Bruce Dickinson ha hablado con franqueza de su batalla contra el cáncer y también ha imaginado el momento en que Iron Maiden deje de existir.
El ícono del heavy metal, de 59 años, habló con la publicación británica NME antes de lanzar la autobiografía «What Does This Button Do?». En 2014, el vocalista de Iron Maiden recibió tratamiento médico por un bulto del tamaño de una pelota de golf en su lengua.
Después de ser diagnosticado con cáncer, Dickinson reconoce que consideró inmediatamente la posibilidad de morir. «Francamente, tan pronto como me diagnosticaron [lo consideré]», dijo.
«Pero no estaba en primer plano porque no me estaba muriendo en ese momento. Básicamente me sentí perfectamente bien, pero resultó que una pelota de golf crecía en mi lengua y otras cuatro pelotas de golf crecían en mis nódulos linfáticos», explicó.
Y continuó: «En el momento en que me diagnosticaron hasta que se resolvieron las cosas, mis posibilidades de supervivencia eran realmente 60/4, lo que es mejor que 50/50. Pero no estaba pensando en morir, estaba pensando en vivir».
También habló sobre cómo el tratamiento contra el cáncer había afectado su canto, y admitió que sus cuerdas vocales fueron «cocinadas» luego de extensas sesiones de radioterapia.
«Obviamente, es lo primero que te produce un poco de paranoia cuando empezás… y fue muy desagradable al principio en los ensayos, porque sabes que no era tanto la voz, sino la forma real de mi lengua y mi garganta, y algunos de los músculos probablemente habían sido cocinados un poco por la radiación», dijo.
«Al principio mi voz era bastante débil, pero solo en ciertos momentos, aunque, irónicamente, las notas altas eran realmente más claras que antes, ¿qué extraño es eso?».
Con Iron Maiden todavía en actividad después de 40 años, Dickinson está mirando hacia el futuro, admitiendo que continuará con la banda todo el tiempo que su salud lo permita.
«No tengo un marco de tiempo para eso. Mientras mi cuerpo lo pueda hacer, mientras la gente siga yendo a los conciertos, y mientras no tenga que mirar a un público que sea tan viejo como yo, soy un conejito feliz», dijo.
«En un momento alguien te dice que vas a morir de cáncer de lengua y dos años después estás aterrizando un 747 con Iron Maiden y listo para cantar frente a 50.000 personas. Si no podés mirar hacia arriba y decir ‘gracias a Dios’ por eso… no es que sea religioso… si no podés decir que estás realmente agradecido a alguien en algún lugar por dejarme tener la oportunidad de hacer esto, entonces sos una persona bastante rara», sentenció.