Sunflower Bean va en camino de convertirse en una de las bandas «mimadas» por la crítica en este 2018. El trío oriundo del distrito neoyorquino de Brooklyn ha sido destacado por publicaciones especializadas como NME y Consequence of Sound (en este último caso como «Artista del Mes»).
Julia Cumming, Nick Kivlen y Jacob Faber tienen solo 22 años, y aunque lo que lograron como Sunflower Bean a otros músicos les llevó toda una vida, aún son muy conscientes de su edad.
«El guitarrista Nick Kivlen es como un joven desgarbado Bob Dylan, la cantante y bajista Julia Cumming -que modela para Saint Laurent- es una artista punk neoyorquina del estilo de Debbie Harry, y el baterista Jacob Faber es un Frank Zappa de bolsillo. Una especie de ‘grandes éxitos de la década del 70’ empaquetados como un trío moderno», según NME.
El absorbente segundo álbum del grupo de rock, «Twentytwo in Blue», actualiza esa década con el mundo moderno, mezclando una pesada y muy fuerte influencia de Fleetwood Mac con letras que aprovechan la juventud en el contexto de la era Trump.
Cumming acepta la obvia influencia de la mítica banda de AOR. «Creo que un disco del que definitivamente nos inspiramos cuando hicimos este fue ‘Tusk'», dice, «Tusk» es el disco épico de Fleetwood Mac de 1979, con sesiones de grabación en las que proliferaba la cocaína. Las sesiones de «Twentytwo In Blue» han sido menos salvajes. «No tanto en las canciones como en el elemento de experimentación. Pero también, estamos buscando lugares muy modernos y actuales. Sacamos mucho de Gorillaz, a quienes amamos y admiramos en cuanto a una banda contemporánea. También trabajamos con Jacob Portrait de Unknown Mortal Orchestra, un bajista increíble y un productor increíble».
Además de Portrait, el grupo también contó con la participación de Matt Molnar (de Friends), manteniendo los elementos de rock clásico de su lanzamiento anterior, con el agregado de bongos, cuerdas y otros instrumentos exuberantes.
En declaraciones a Consequence of Sound, Kivlen dice que esto le dio «un toque de fiesta» a algunos de los agudos comentarios del disco sobre el clima cultural de los Estados Unidos, un tema que es más o menos inevitable en estos días.
Pero mientras como Sunflower Bean se enfrentan al mundo en el que vivimos, también buscan inspirar. «En un momento como este en el que todo está tan desordenado, por el otro lado crea una oportunidad enorme para la creatividad y el crecimiento», cuenta Cumming. «Creo que los artistas en este momento se encuentran en un lugar realmente único donde realmente pueden poner a prueba los límites y, afortunadamente, sin límites de su creatividad para acercarse realmente a algo que es realmente importante en lugar de nuestros propios ombligos. ¿Por qué no intentarlo?».
El nuevo álbum es el sucesor de «Human Ceremony» (2016) y muestra un evidente crecimiento de la banda, tanto como músicos y como personas.
«En solo dos años, han absorbido la historia del glam rock y prestado suficiente atención al mundo en general para convertirse en adultos totalmente hastiados», escribió el crítico Robert Ham en la crítica de Consequence of Sound.