El tecladista Larry Willis, quien fuera miembro de la banda estadounidense Blood, Sweat & Tears, falleció a los 76 años, según confirmaron amigos y allegados. Había sufrido una embolia pulmonar mientras estaba siendo tratado por neumonía en un hospital cerca de su casa en Baltimore.
Willis tocó con la banda de jazz-rock desde 1972 hasta 1978, apareciendo en sus álbumes «New Blood» (1972), «No Sweat» (1973), «Mirror Image» (1974), «New City» (1975), «More Than Ever» (1976) y «Brand New Day» (1977). Además, fue reconocido como pianista de sesión, apareciendo en cientos de álbumes para otros artistas.
Su primer crédito discográfico data de 1966; mientras que su más reciente es de 2017. Su última actuación en vivo tuvo lugar en Baltimore el pasado 1 de agosto.
Nacido en Harlem en 1942, Willis originalmente estaba más interesado en la voz que en el piano, antes de descubrir a Miles Davis cuando tenía unos 11 años. Tomó un entrenamiento clásico para su voz, pero además de algunas breves lecciones, decidió aprender a tocar el piano. Se convirtió en miembro de un trío escolar de jazz. Su primer compromiso profesional llegó a los 19 años.
Willis se unió a Blood, Sweat & Tears durante una era de cambios, dos años después del lanzamiento de haber lanzado u primer álbum solista. Mientras tanto, continuó trabajando con otros artistas, incluidos Dizzy Gillespie y Nat Adderley.
«Era el acompañante perfecto», dijo el propietario de Mapleshade Records, Pierre Sprey, quien empleó a Willis como director musical en los años 90 y 00. “Tenía esa inclinación natural para acompañar, que algunas personas tienen. No es porque sean desinteresados; simplemente se enorgullecen de hacer que otras personas toquen mejor de lo que lo harían de otra manera».
Recordando un consejo que recibió del maestro John Mehegan, Willis dijo una vez: “Me dio un muy, muy buen consejo que mantengo siempre presente. Él dijo: ‘Larry, el piano es la maquinaria más complicada que el hombre haya inventado’. Y le pregunté por qué, y me dijo: ‘Bueno, para empezar, cada vez que te sientas en este instrumento, las probabilidades siempre son de 88 a 10, y no mejoran».