Si recientemente compraste algún disco de vinilo, hay muchas probabilidades de que haya sido fabricado en un pequeño pueblo de la República Checa.
Lodenice, una ciudad con una población de apenas 1.800 habitantes, es la sede de GZ Media, que fabrica alrededor de 14 millones de discos por año, lo que la convierte en la planta de vinilos más grande del mundo. Cinco de los nueve millones de LPs comprados en los Estados Unidos el año pasado se fabricaron en esa planta, según la agencia AFP.
«Todos los viernes, un avión despega hacia California, llevando entre ocho y diez toneladas de discos», dijo la gerente de marketing de la empresa, Jana Březinová.
GZ ha fabricado algunos de los vinilos de mayor venta en los Estados Unidos, incluyendo títulos de los Rolling Stones, Bob Dylan, Madonna y U2.
Los quince álbumes clásicos del rock nacional reeditados recientemente en la Argentina por Sony Music fueron fabricados en esa planta de República Checa. Pudieron sortear los bloqueos aduaneros e ingresar al país gracias a una «gestión especial» de la Ministra de Cultura, Teresa Parodi.
Pero, ¿cómo fue que Lodenice terminó convirtiéndose en un eje de la reactivación de vinilo?. De la misma manera que las plantas de Nashville (Tennessee) y Salina (Kansas), ambas en los Estados Unidos, GZ tuvo la suerte de conservar sus viejas prensas de discos de vinilo.
GZ Media, que fabricó su primer disco en 1951, decidió guardar sus prensas de vinilo en lugar de venderlas cuando el mercado se desaceleró, hasta quedar casi parado en los años 90.
«Alguien con visión de futuro decidió preservar las viejas prensas de discos de vinilo y guardarlas en un almacén», dijo Michal Nemec, director de ventas y marketing de GZ Medios. «Fue una buena decisión».
Los ejecutivos de la planta dicen que su producción ha aumentado entre un 25 y un 30 por ciento cada año, sin signos de desaceleración.