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Cumple 30 años «Out of Time», el álbum que llevó a R.E.M. a la cima del mundo

11/03/2021 - Retro
Cumple 30 años «Out of Time», el álbum que llevó a R.E.M. a la cima del mundo

Después del éxito de «Green» (1988), el primer disco para un sello grande y una agotadora gira mundial de 11 meses, los integrantes de R.E.M. pensaron que era el momento de tomar una dirección diferente.

El cantante Michael Stipe había dicho a The New York Times que su compañero de banda Peter Buck «no quería acercarse a una guitarra eléctrica, y mucho menos tocar una». Y no era el único dispuesto a hacer valer sus credenciales como multi-instrumentista. Después de 10 años y seis álbumes, una vez que el cuarteto under oriundo de Athens, Georgia, había logrado cierto reconocimiento, era el momento ideal para ir más allá.

El resultado fue «Out of Time», el séptimo y fundamental LP del grupo, lanzado hace exactamente 30 años (el 12 de marzo de 1991). Stipe lo ha calificado como un disco sobre «la memoria, el tiempo y el amor», y al igual que esos conceptos pueden ser difíciles de alcanzar, elípticos, las 11 canciones del álbum no se adhieren estrictamente a la estética habitual del grupo. Hay melodías country sucias, cancioncillas pop y baladas vertiginosas, súper-dispersas que hablan de la separación y temibles criaturas fuera de control.

Los integrantes de la banda aseguraron que «Out of Time» es prácticamente una obra de arte, y remplazaron el tono politizado de sus viejas canciones por algo más romántico.

Por supuesto, el álbum es recordado por «Losing My Religion», que Buck ha llamado «su canción más R.E.M.». El contagioso single que llegó al número 4 en el Hot 100 estadounidense -la ubicación más alta de un single en toda la carrera de la banda- y ayudó a catapultar al álbum al tope del Billboard 200.

Basado en un ostinato de mandolina, «Losing my Religion» fue un tremendo éxito debido a su amplia difusión en la radio y a una MTV en sus mejores años, que programó incesantemente su llamativo videoclip, aclamado por la crítica y repleto de imaginería religiosa (aunque el grupo siempre defendió que no iba sobre eso, sino sobre la obsesiva desesperación por un amor no correspondido).

Gracias a la ayuda del productor Scott Litt, la banda consiguió facturar un disco redondo, que recibió siete nominaciones a los Grammy en 1992, de las cuales ganó tres: Mejor Interpretación de Música Alternativa, Mejor Interpretación Pop de Dúo o Grupo con Vocalista y Mejor Vídeo Musical Corto (siendo estas dos últimas para «Losing My Religion»).

Llegados a este punto ya no había marcha atrás y R.E.M. nunca volvería a ser la banda de rock alternativo que era hasta entonces. Aunque eso sí, siempre supieron mantener un elegante equilibrio entre el éxito comercial y canciones más profundas para aquellos oyentes de la primera hora, que añoraban su época indie. Sin embargo, como suele suceder, algunos fans no les perdonaron el éxito. «La gente que cambió de opinión por ‘Losing My Religion’ simplemente puede besarme el culo», declaró el guitarrista Peter Buck a la revista Rolling Stone.

Años después del lanzamiento, el bajista del grupo, Mike Mills, dio su opinión al respecto. «Sin ‘Losing My Religion’, ‘Out of Time’ hubiera vendido dos o tres millones de copias, en vez de diez millones como lo hizo», indicó. «Pero el fenómeno de que sea un éxito a nivel mundial es algo extraño a considerar. Básicamente, fue un éxito en casi todos los países civilizados del mundo». De hecho, el álbum vendió más de 18 millones de copias a escala global, y alcanzó el número uno en los Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania y los principales mercados del planeta.

Así y todo, los ejecutivos de la discográfica Warner no querían lanzar «Losing My Religion» como single adelanto. Finalmente, y para su propia fortuna, terminaron cediendo a las presiones del grupo. El álbum estaba repleto de potenciales singles como el optimista «Shiny Happy People» (con Kate Pierson, de The B-52’s), la deliciosa «Near Wild Heaven» o «Radio Song», con la participación del rapero KRS-One, en momentos en los que el rap empezaba a contagiarlo todo.

«Out of Time» es un perfecto equilibrio de canciones fácilmente digeribles -como las antes mencionadas más «Texarkana» y «Me in Honey»- y otras más oscuras y complejas («Low» y «Country Feedback»), con aires folk («Half a World Away») y otras prácticamente instrumentales («Endgame» y «Belong»).

Y es que las sesiones de grabación, que empezaron en septiembre de 1990 en Bearsville Studio A en Woodstock (Nueva York), contaron con la banda totalmente inspirada y enchufada para levantar su obra magna. Incluso, en «Losing My Religion» Michael Stipe grabó la voz en una única toma, lo que sin duda constata el gran estado creativo del grupo.

R.E.M. decidió no salir de gira para promocionar «Out of Time», por eso los videoclips jugaron un papel fundamental en su difusión. El más destacado, sin dudas, es el galardonado «Losing My Religion», dirigido por Tarsem Singh, con referencias al pintor italiano Michelangelo Merisi da Caravaggio y al cineasta ruso Andre Tarkovsky.

R.E.M. -y este disco en particular- fueron fundamentales para lo que vendría en el resto de la década del 90, con el advenimiento del grunge (con Nirvana a la cabeza) y del rock alternativo en general (grupos como Red Hot Chili PeppersSoul Asylum y Spin Doctors deben parte de su éxito a la puerta abierta por la banda de Athens).

Desde el under y las radios universitarias, R.E.M. había logrado finalmente conquistar el mundo y sonar en todas las emisoras comerciales del planeta. De ser una banda de culto, a transformarse en el grupo de rock más grande del mundo.


Texto: Rodolfo Poli / Especial para CRock.com.ar