«Born In The U.S.A.» (1984) es indudablemente el disco más vendido de Bruce Springsteen, mientras «Born To Run» (1975) es considerado el mejor trabajo de su carrera. Pero muchos fans creen que su sucesor, «Darkness on the Edge of Town» (1978), es superior. Una mirada a su historia muestra nuevamente que la ira y la desesperación pueden producir grandes cosas.
Es la historia de una larga y sofocante noche de verano en cualquier ciudad de la costa este de los Estados Unidos. Con amantes, con temerarios, con todo tipo de figuras extrañas que solo quieren una cosa: dejar atrás la trampa de la muerte de la pequeña ciudad. «Nacimos para correr», cantaba Bruce Springsteen en 1975 en su álbum más exitoso hasta ese entonces, que lleva el título de «Born To Run».
La crítica vio en él, además de una furiosa gira que lo llevó por primera vez a Europa, al futuro del rock ‘n’ roll. Él mismo vio, después de toda esa furia, las salas de los tribunales y las copas de coñac vacías. Con 26 años, se había dado cuenta que el contrato que había firmado con su representante Mike Appel -sin leer fue firmado en el capó de un auto- no sólo le cedía la mayoría de los ingresos, sino también los derechos de su obra.
Rompiendo lazos
Cuando fluyó la primera gran cantidad de dinero como resultado del enorme éxito de «Born To Run», Springsteen, que ya era conocido como «The Boss», se dio cuenta de que no estaba de acuerdo con que lo traten como un empleado. Se rebeló, quería recuperar su trabajo y su libertad.
Después de agotadoras disputas legales finalmente se llegó a un acuerdo. Y después de muchos meses de desesperación, el artista había recuperado el control total de lo que había creado, pero perdió un buen amigo, con cuya ayuda había crecido. Además, como resultado, heredó una enorme deuda en un momento en que no podía saber si su carrera continuaría y cómo.
Oscuros nubarrones
La mayoría de las canciones para el próximo álbum, «Darkness on the Edge of Town», fueron escritas por Springsteen en su granja en Holmdel (Nueva Jersey), entre 1976 y 1977. Dos oscuros nubarrones aparecían sobre el proceso de grabación: En primer lugar, las altas expectativas después del éxito de «Born to Run»; por el otro lado, el proceso con el mánager Mike Appeal, que tenía tanto poder como para prohibirle a Springsteen publicar un nuevo álbum.
Así que, en lugar de meterse en un estudio, Bruce Springsteen salió de gira con la E Street Band y cada noche comenzaba su concierto con una furiosa versión del clásico de The Animals «It’s My Life» (que dice «es mi vida y hago lo que quiero»). Una especie de exorcismo.
En retrospectiva, Springsteen califica positivamente esta fase, especialmente después del final del proceso legal. «Finalmente había llegado el momento de volver al trabajo y sacar algo de todo esto», escribió en su autobiografía. Y lo que hizo es que en «Darkness at the Edge of Town», Springsteen por primera vez descubre constantemente algo que lo ha acompañado a lo largo de su vida artística: la clase trabajadora, para decirlo en un cliché.
Los amantes, que inicialmente querían dejar todo atrás en «Born To Run», finalmente habían dado una vuelta con el auto y regresaban a su ciudad natal. Porque ahí es donde tiene lugar la vida real. Springsteen, y con él sus personajes, se convirtieron en adultos soñadores.
Honestidad brutal
El álbum cuenta con un puñado de historias de honestidad brutal, sin siquiera comenzar a caer en estereotipos baratos. Son historias de personas (tal vez solo un chico) que están más bien en el lado perdedor de la vida en busca de algo verdadero, genuino, bello. Lobos solitarios. En este sentido, «The Promised Land» es la canción más programática del álbum, con líneas potentes como esta: «Lo acabo de hacer. Me siento tan débil. Solo quiero hacer volar este pueblo / toma un cuchillo y corta este dolor de mi corazón / encuentra a alguien que tenga ganas de que algo empiece».
La salvaje «Candy’s Room», sin embargo, describe su visita a una prostituta, desde la visión emocional del protagonista, que está enamorado de Candy. Pero ella quiere ganar su dinero, y él sabe que esa celebración durará sólo una noche.
«Racing In The Street» es una balada depresivamente conmovedora sobre la fugacidad del amor y la juventud, en la que Springsteen fusiona dos de sus grandes motivos narrativos de una manera sutil: autos y mujeres. O el himno «Something In The Night»: un gran gesto hecho canción.
El álbum atrae musicalmente una esbelta potencia instrumental que los tres predecesores no conocían y que encajaba perfectamente con un momento de punk emergente. Un ejemplo de esto es el sonido seco de «Adam Raised a Cain», que comienza con un solo de guitarra desatado.
Las canciones siguen vivas
Casi todas las diez canciones de «Darkness on the Edge of Town» han sido una constante en los conciertos de Springsteen desde su lanzamiento, a pesar de que el álbum no arrojó un solo hit. La canción más exitosa del disco, que en su extensa versión se convirtió en legendaria durante la impresionante gira de 1978, fue «Prove It All Night» (que alcanzó el puesto 33 en el Billboard Hot 100). «Badlands» ni siquiera alcanzó el Top 40, aunque la canción envejeció muy bien y es un número fijo en los conciertos de Springsteen, así como en las compilaciones.
Springsteen desarrollaba un enorme potencial en ese momento, algo demostrado también por las canciones que no terminaron en el disco porque no encajaban en el concepto: «Because The Night» fue grabada por Patti Smith y se convirtió en un éxito, lo mismo que «Fire» para las Pointer Sisters. Otras canciones quedaron para «The River», de 1980.
Springsteen escribió al menos 40 canciones en aquel entonces, intercambiando pasajes de texto en interminables sesiones de estudio, asignándolos a diferentes arreglos musicales y volviéndolos a tocar en vivo con toda la E Street Band. En 2010 se lanzó el álbum «The Promise: The Darkness on the Edge of Town Story», donde se inmortalizan no sólo aquellas sesiones de estudio sin fin (con el legendario productor Jimmy Iovine), sino además una grabación de video en vivo de uno de aquellos legendarios conciertos.
La crítica lo aclamó
Publicado el 2 de junio de 1978, el álbum alcanzó el número cinco en la lista del Billboard 200 de los Estados Unidos, cosechando excelentes críticas. Recibió cinco de cinco estrellas en la Rolling Stone estadounidense y fue elegido Disco del Año 1978 por la revista británica New Musical Express (NME).