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Cumple 50 años «Paranoid», el disco con el que Black Sabbath sentó las bases de heavy metal

17/09/2020 - Retro
Cumple 50 años «Paranoid», el disco con el que Black Sabbath sentó las bases de heavy metal

En un intento por capitalizar el éxito obtenido en las listas británicas con su álbum debut homónimo, Black Sabbath regresó al estudio con el productor Rodger Bain en junio de 1970, solo cuatro meses después del lanzamiento del primer disco. «Paranoid», tal el título de ese segundo álbum, fue grabado en Regent Sound Studios e Island Studios en Londres, Inglaterra.

Lo que había solidificado su fama fue la forma en que construyeron su sonido, haciéndolo aún más poderoso. Después de que una banda de rock progresivo cambiara su nombre a Black Widow e incluyera en sus letras textos de hechicería, Sabbath se apartó de eso y reorientó sus letras para abordar problemas sociales. Reescribieron la canción «Walpurgis» -originalmente sobre brujas- y la rebautizaron como «War Pigs», apuntando a los políticos malvados, y crearon otras dos canciones sobre la guerra, «Electric Funeral» y «Hand of Doom».

Justo cuando pensaban que habían terminado el disco, Bain pidió una canción más para completar el LP. El baterista Bill Ward explicó: «No teníamos suficientes canciones para el álbum, y Tony (Iommi) simplemente tocó la guitarra y eso fue todo. Tomó veinte, veinticinco minutos completarla». En las notas del álbum en vivo «Reunion» (1998), el bajista Geezer Butler cuenta que escribieron la canción «en cinco minutos, luego me senté y escribí la letra lo más rápido que pude. Todo estuvo listo en unas dos horas».

En 2013, Butler le dijo a la revista Mojo que la canción «Paranoid» era «sobre la depresión, porque realmente no sabía la diferencia entre depresión y paranoia. Es una cosa de drogas; cuando estás fumando un porro, te volvés totalmente paranoico con la gente, no te podés relacionar con la gente. Existe ese cruce entre la paranoia que tenés cuando fumás droga y la depresión posterior».

«Paranoid» cristalizó el proceso de composición de la banda, con Iommi iniciando las ideas con sus riffs, Ozzy (Osbourne) trabajando en una melodía, Butler proporcionando el impulso y la mayoría de las letras, y Ward aportando ritmos casi siempre fuertes bajo el retumbar del bajo. El single fue lanzado en septiembre de 1970 y alcanzó el número cuatro en las listas del Reino Unido, siendo el único Top 10 en toda la carrera de Black Sabbath. La canción también le permitió al grupo llegar al programa de televisión Top of the Pops.

Sin embargo, Butler no estaba muy convencido de lanzar la canción como single. Según el libro de Mick Wall, «Black Sabbath: Symptom of the Universe», el bajista estaba en contra de la canción porque pensaba que se parecía demasiado a «Communication Breakdown» de Led Zeppelin, admitiendo que «pensé que era muy parecida y que no podíamos salirnos con la nuestra… Ellos eran nuestra banda favorita en ese momento».

La canción «Iron Man» se tituló originalmente «Iron Bloke». Al escuchar a Iommi tocar el riff de guitarra por primera vez, Osbourne comentó con asombro que sonaba «como un gran tipo de hierro caminando». El título fue cambiado más tarde a «Iron Man» cuando el bajista y letrista Geezer Butler compuso la letra, que narra la historia de un hombre que viaja en el tiempo hacia el futuro y ve el apocalipsis. En su intento por regresar al presente, un campo magnético lo convierte en acero. Sus intentos de advertir a la población son ignorados y burlados. Esto hace que Iron Man se enoje y se vuelva vengativo, causando él mismo la destrucción que había visto en el futuro. No tiene nada que ver con el superhéroe de Marvel, aunque terminó siendo asociada con el personaje de Tony Stark al ser incluida en la película «Iron Man», de 2008.

En su libro de memorias, Osbourne comenta que «Tony Iommi resultó ser uno de los mejores creadores de riffs de rock pesado de todos los tiempos. Siempre que íbamos al estudio lo desafiábamos a que superara su último riff, y se le ocurrían cosas como ‘Iron Man’ y dejaba boquiabiertos a todos».

«Electric Funeral» también contiene imágenes apocalípticas relacionadas con la guerra nuclear. En la película del concierto «The Last Supper», Iommi recuerda que en ese momento «la mayoría de las bandas hablaban de las ‘flores en tu cabello’ y nosotros queríamos cantar y tocar sobre el otro lado de la vida».

En el documental de 1992 «Don’t Blame Me», Osbourne coincide: «Éramos cinco chicos y yo viviendo en una casa de dos habitaciones. Mi padre trabajaba por las noches, mi madre trabajaba de día, no teníamos dinero, nunca tuvimos un auto, muy rara vez nos fuimos de vacaciones… Y de repente, ya sabés, escuchamos sobre ‘Si vas a San Francisco, asegúrate de llevar una flor en el pelo’. Y pensamos, ‘¿Qué diablos es San Francisco? ¿Dónde queda eso? ¿Qué es toda esta mierda de las flores? ¡Si no tengo zapatos en los pies!'».

«Podías ver que muchas cosas iban mal en el mundo «, recordó Butler a Classic Albums en 2010, «y nadie decía nada al respecto. Bob Dylan se había desvanecido desde hacía un tiempo en la memoria y no había nadie hablando de las cosas de las que quería hablar, cuestiones políticas, así que eso es lo que me inspiró».

«Planet Caravan» era una canción inusualmente tranquila que mostraba que la banda era capaz de hacer algo más que aplastantes riffs de guitarra. Iommi admitió que la banda tenía dudas sobre el tema y le dijo a Classic Albums: «Era casi uno de esos casos en los que te preguntás si debés hacer eso?». Y Butler agregó: «Se nos ocurrió eso en el estudio y fue realmente genial. era una canción lenta y no queríamos salir con esa mierda habitual de amor. Así que se trataba de flotar por el universo con tu ser querido, en lugar de ‘Vamos al pub a comer unas papas fritas’, o lo que sea… Simplemente llevar una nave espacial a las estrellas y tener el mejor fin de semana romántico». La influencia del jazz de Django Reinhardt es evidente en la forma de tocar la guitarra de Iommi.

«Hand of Doom» abordó el problema de los soldados que regresaban de la guerra de Vietnam drogados con heroína, que la banda presenció de primera mano cuando tocaron en dos bases del ejército estadounidense, pero, como Butler le confió a Matthew Longfellow en 2010, «no había nada en las noticias sobre esto. No había programas que les dijeran que las tropas estadounidenses en Vietnam, para superar esa guerra horrible, se estaban drogando y todo este tipo de cosas. Simplemente se me quedó en la cabeza y cuando llegamos a ‘Hand of Doom’, de eso es sobre lo que escribí».

El álbum iba a llamarse «War Pigs», pero la compañía discográfica lo retituló «Paranoid», haciendo que la portada del disco, que representaba a un «cerdo de guerra» con unas espadas, pareciera particularmente extraña. Algunas versiones cuentan que los ejecutivos de la discográfica decidieron cambiar el título para evitar conflictos con la guerra de Vietnam, aunque Ozzy reconoció que la intención era vincular al álbum con el single, que ya era un hit. Y no había tiempo para cambiar la portada.

El álbum se convirtió en un éxito, alcanzando el primer lugar en la lista británica tres semanas después de su lanzamiento en septiembre. Fue certificado oro en el Reino Unido y, después de su lanzamiento en los Estados Unidos, a principios de 1971, finalmente se convirtió en cuádruple platino.

Después de su lanzamiento, la revista Rolling Stone le dio a «Paranoid» una crítica ridículamente extraña (incluso cita como cantante al vocalista de Black Widow). Sin embargo, la publicación terminó retractándose y rindiéndose ante la evidencia, eligiéndolo recientemente como el «Mejor álbum de heavy metal de todos los tiempos».

A mediados de los 70, la revista Circus le preguntó a Osbourne qué etiqueta usaría para describir la música de Sabbath. Y respondió: «Rock depresivo». En los últimos años, ha dicho que odia el término «heavy metal» porque va desde Black Sabbath a Poison.

Aunque los preceptos del heavy metal -guitarras ruidosas, bajo atronador, baterías estrepitosas, voces que gritan y letras inquietantes- ya existían a finales de los 60 en álbumes y singles de Blue Cheer, Iron Butterfly y Grand Funk Railroad, las bandas que ratificaron el género a finales de los 70 y 80 parecían seguir el modelo de Black Sabbath, así como de Led Zeppelin y Deep Purple, más que sus contrapartes estadounidenses.

Judas Priest, oriunda de Birmingham, publicó su primer álbum en 1974 y se convirtió en un innovador del heavy metal dos años más tarde con «Sad Wings of Destiny», con un sonido que equilibraba la franqueza de Sabbath con el virtuosismo de Deep Purple. Motörhead, Iron Maiden y Metallica siguieron su ejemplo en los años venideros y, a principios de los 80, el término «heavy metal» era como una religión para los fans de estas bandas, y Black Sabbath era su demiurgo.

Los miembros de Sabbath no pueden recordar exactamente cuándo escucharon por primera vez su música descripta como «heavy metal». “Creo que llevábamos dos años de carrera y empezaron a llamarnos ‘heavy metal’”, dice Ward. “Y recuerdo que todos lo negamos furiosamente. Porque era una palabra nueva. Recién comencé a adoptar ese término para nosotros en los últimos años, cuando comencé a aceptar la idea de que eso es parte del metal «.

Iommi, por su parte, cuenta: «Recuerdo a alguien de (la publicación musical británica) Melody Maker o algo así que dijo: «Oh, estás tocando ese heavy metal». Y le dije: “’¿Heavy metal?¿Que es eso?’. Esa fue la primera vez que lo escuché, porque hasta entonces siempre nos habíamos considerado una banda de rock pesado».

«No escuché que nos citaran como influencia hasta que aparecieron bandas como Nirvana, Soundgarden y Metallica, y algunas de las cosas punk, como The Stranglers«, dice Iommi. “Una vez que la gente empezó a citarnos como su influencia, los más chicos nos empezaron a escuchar. Si Metallica decía: «Black Sabbath nos influyó’, entonces la gente nos escucharía. Eso ayudó a que creciera».


Texto: Rodolfo Poli