El álbum «Tapestry», publicado el 10 de febrero de 1971, convirtió a Carole King en una estrella, pero antes de que la mayoría de aquellos que compraron el disco conocieran su nombre, ya había sido una compositora de enorme éxito durante más de una década.
El talento de King estuvo expuesto desde muy temprana edad. Nacida en Brooklyn de una madre profesora de piano, a los 15 años era un prodigio de la música, y a los 17 compuso «Will You Love Me Tomorrow» para las Shirelles, la primera canción en alcanzar el número uno del Billboard Hot 100 para un grupo de chicas negras.
Junto al letrista y esposo Gerry Goffin, King creó decenas de canciones. La discografía de Goffin-King se convertiría en la banda sonora de los años 60: el optimista «Up on the Roof para los Drifters, el himno baileble «The Loco-Motion» para Little Eva, «Pleasant Valley Sunday» para The Monkees, «One Fine Day» para The Chiffons y «(You Make Me Feel) Like a Natural Woman» para Aretha Franklin, son algunos ejemplos. Fue una carrera tan impresionante que Los Beatles llegaron a grabar «Chains», otra composición suya.
Sin embargo, cuando la pareja se separó, King se mudó de su ciudad natal de Nueva York al barrio de Laurel Canyon en Los Ángeles, donde se sintió atraída por la escena de cantautores asociada con el Troubadour Club de West Hollywood, como Joni Mitchell y James Taylor. «Éramos una comunidad de personas con carreras similares, con influencias similares, intereses similares y un impulso similar para que millones de personas escuchen nuestra música», recordó King en una entrevista con Billboard en 2015. «Un número asombroso de nosotros lo logró», contó King.
Aún así, King tenía tanto desinterés como aversión a estar frente al micrófono. «Siempre existe la preocupación de que no le gustes a la gente», dijo en una entrevista de 2006 sobre su vacilación inicial. «Podés escribir una canción, pero al menos siempre estás a una distancia segura del artista». Sin embargo, fue James Taylor, entonces una nueva estrella, a quien King atribuye su éxito como artista escénica. «Tengo que agradecerle a James Taylor por darme un codazo y enseñarme con el ejemplo que todo lo que tenés que hacer es salir a ser vos mismo, cantar las canciones y todo estará bien», explicó.
Así, King lanzó en mayo de 1970 un álbum con algunas de sus viejas composiciones apropiadamente titulado «Writer», que pasó prácticamente inadvertido. Pero fue el éxito del álbum de James Taylor «Sweet Baby James» (1970), lo que impulsó a la cantautora a comenzar a trabajar en «Tapestry», convocando para la producción a Lou Adler, que había escrito «Wonderful World» para Sam Cooke y había producido el emblemático «California Dreamin'» de The Mamas and the Papas.
«Lo primero que imaginé con Carole es que era una artista solista», dijo Adler en un episodio de la serie de PBS «American Masters» dedicado a King. «Siempre sentías que ella estaba sentada al piano y te cantaba». Como resultado, en el estudio B de los A&M Recording Studios, justo al lado del Sunset Boulevard en Hollywood, la atmósfera estaba destinada a imitar el aura acogedora de una sala de estar.
La postproducción del álbum fue deliberadamente escasa, lo que le pareció bien a King, que de todos modos estaba acostumbrada a grabar demos. «Los discos como ‘Tapestry’ se pueden sobreproducir en un minuto», explicó Hank Cicalo, el ingeniero de sonido del álbum. «‘Agreguemos más guitarra, o esto y aquello…’ Lou y Carole querían esa simplicidad. Querían que fuera agradable y cálido, y un disco muy cómodo para que la gente lo disfrutara».
Con eso en mente, no es difícil imaginarse a King en su sala de estar, tocando al piano «I Feel the Earth Move», que apropiadamente anunció no solo el comienzo de un álbum poderoso, sino que anunció una nueva era. La canción se inspiró en una frase de «Por quién doblan las campanas» de Ernest Hemingway que comparaba el acto sexual con el movimiento de la Tierra. El segundo tema del álbum, «So Far Away», se presenta de manera similar: un riff de piano que consta de teclas solitarias, solo para ser acentuado por una guitarra acústica, tocada por Taylor, y un bajo. Más tarde aparece la percusión y una flauta convenientemente lejana.
La tercera pista del álbum, la dolorosa y ganadora del Grammy «It’s Too Late» contó con la letra de otra amiga de Laurel Canyon, Toni Stern. «Ella siempre me daba una letra completa que era tan evocadora escrita en el papel que la música prácticamente se escribía sola», dijo King. A esa altura del disco, el oyente ya accedió a tres asombrosas canciones originales seguidas. Es una proeza digna de una colección de grandes éxitos.
Pero ahí radica la magia y la seriedad de Tapestry. «Home Again» y «Beautiful encajan en ese sentimiento cálido que Adler trató de crear en el estudio, la primera es una alusión obvia a esa sensación de sala de estar y la segunda al musical de Broadway homónimo en el que los hits pop de King se convirtieron en un gran éxito de taquilla.
«You’ve Got a Friend», el primer tema del lado B, fue escrito por Carole en respuesta al «Fire and Rain» de Taylor, en el que cantaba: «He visto tiempos solitarios cuando no pude encontrar un amigo”. Fue un epicentro musical para la artista. En la canción que sigue, «When You’re Down», emplea el poder de esas notas de piano individuales acompañadas por voces melancólicas cantadas con tristeza, y luego la atmósfera se convierte en un crescendo rotundo en «I’ll Be There». King dijo que escribir esa canción fue muy fácil, fue una de las experiencias de composición más increíbles de su vida.
En cuanto al resto de «Tapestry», King toma una página de «Writer» y vuelve a sus canciones favoritas escritas para otros artistas: su primer éxito, «Will You Love Me Tomorrow?», ahora impregnado de dulce emoción, contó con coros de Mitchell y Taylor, mientras que su versión de «(You Make Me Feel Like) A Natural Woman», rehecha a su propio estilo, sirve como una sobria pieza complementaria a la emblemática interpretación de Aretha Franklin.
La foto de portada de «Tapestry», tomada por el famoso fotógrafo de rock Jim McCrary, es una visión icónica de la felicidad hippie del sur de California: King, descalza y con el pelo encrespado, relajándose junto a su ventana con un proyecto de manualidades y un gato.
King había grabado un par de éxitos menores a principios de los años 60, y el núcleo de los músicos que conformaron la banda que grabó «Tapestry» había hecho dos álbumes anteriores, uno de ellos con el nombre de The City. Pero «Tapestry» fue donde florecieron sus singulares dones. Como dijo Taylor en declaraciones a Billboard, su amiga de toda la vida «decidió escribir desde su propia experiencia y su propio corazón. Era ella misma, se leía como absolutamente sincera».
Antes, rara vez King había escrito letras para su música, pero se le ocurrieron letras maravillosamente sencillas sobre las dificultades y alegrías del amor adulto. «So Far Away», contó, se inspiró en extrañar a su familia: las dos hijas que tuvo con Goffin -Louise y Sherry- y su segundo marido, el bajista Charlie Larkey, mientras estaba de gira tocando el piano para Taylor en 1970.
«Tapestry» era el tipo de álbum en el que los oyentes podían escuchar reflejada su propia vida. «Podría haber sido la guerra de Vietnam, la violencia, la división cultural», contó King. «Personas de todo el mundo me han dicho que ‘Tapestry’ los ayudó a reconectarse con los sentimientos humanos básicos cuando realmente lo necesitaban». El LP pasó 15 semanas consecutivas en el número 1 del Billboard 200 (el periodo más extenso para una solista femenina hasta ese momento), 46 semanas en el Top 10 y la mayor parte de los 70 en la lista, obteniendo cuatro premios Grammy y 13 millones de copias vendidas solo en los Estados Unidos.
«Tapestry tocó la fibra sensible de toda una nueva legión de fans, incluyéndome a mí», comentó el expresidente estadounidense Barack Obama en 2013, cuando King recibió el Premio Gershwin de la Biblioteca del Congreso a la Canción Popular, convirtiéndose en la primera mujer en ganar ese honor. «Consolidó el estatus de Carole como una de las cantantes y compositoras más influyentes que jamás haya visto Estados Unidos», agregó Obama.
«‘Tapestry’ cambió mi vida», dijo King sobre el impacto personal que tuvo el disco tras su lanzamiento. «De manera inmediata, me dio independencia económica, lo cual fue realmente maravilloso. De manera menos inmediata y continua, me abrió puertas». También pudo separar el éxito de su vida personal, cuidar a sus dos hijas y esperar un tercero. «Me enterré en la maternidad y mantuve a raya la fama y todo el asunto del éxito. Y creo que lo hice con éxito», confió.
Texto: Rodolfo Poli / Especial para CRock.com.ar