Pocos días antes de que se cumplan 30 años del lanzamiento del icónico álbum «Nevermind» de Nirvana, caracterizado por la figura de un bebé en su portada, la persona retratada demandó a la banda por «pornografía infantil».
A pesar de que históricamente la imagen fue interpretada como una metáfora de la manera en que el capitalismo corrompía a los seres humanos, Spencer Elden, el hombre que de bebé fue fotografiado para la portada, alegó que el uso de su imagen desnuda en el agua intentando tomar un billete utilizado como carnada simbolizaba a «un trabajador sexual», según consignó el sitio Variety.
«Los acusados comercializaron intencionalmente pornografía infantil de Spencer y aprovecharon la naturaleza impactante de su imagen para promocionarse a sí mismos y a su música a sus expensas», manifestó Robert Lewis, abogado de Elden, en la demanda presentada ante un tribunal de California.
En este sentido, añadió: «Los acusados utilizaron pornografía infantil que mostraba a Spencer como un elemento esencial de un plan de promoción de discos que se utiliza comúnmente en la industria de la música para llamar la atención, en el que las portadas de los álbumes presentaban a los niños de una manera sexualmente provocativa para ganar notoriedad, impulsar las ventas y atraer la atención de los medios y de las críticas».
En la demanda, el hombre reclama al menos 150 mil dólares de resarcimiento de cada uno de los involucrados en la producción, entre los que aparecen los integrantes vivos del grupo, Dave Grohl y Krist Novoselic, Courtney Love -viuda de Kurt Cobain-, el fotógrafo Kirk Weddle, el director de arte Robert Fisher y las compañías discográficas que lanzaron y distribuyeron el álbum.
También aparece Chad Channing, primer baterista de Nirvana, a pesar de que ya no era parte del grupo al momento de la edición de «Nevermind».
Elden recreó en diversos aniversarios la portada del disco, volviendo a posar en una piscina con una malla, aunque siempre manifestaba lo extraño que le resultaba ser famoso por algo que ni siquiera recordaba.
Sin embargo, remarcaba que sus padres habían accedido a que le tomaran esa foto porque eran amigos del fotógrafo, quien les había ofrecido 200 dólares para realizar la toma.
Del mismo modo, alegó que sus progenitores nunca dieron el consentimiento firmado para que la imagen fuera utilizada en la portada de un disco.
Texto: Hernani Natale / Télam