Antonio Carrizo fue una de las grandes personalidades de la historia de la radio en la Argentina. Será recordarlo también como un gran divulgador de la cultura de nuestro país. Pero pocos conocían su amistad con Pappo.
En “Pappo. El hombre suburbano”, el periodista Sergio Marchi hace un recorrido minucioso y detallista por la vida y obra de uno de los músicos más representativos del rock argentino. Y el propio Marchi comentó cómo Carrizo «sin saberlo, hizo mucho por mí: me ayudó a terminar ‘El hombre suburbano'».
Se fue una leyenda de la radio: el gran Antonio Carrizo. Sin saberlo, hizo mucho por mí: me ayudó a terminar "El hombre suburbano".
— Sergio Marchi (@marchisergio) 1 de enero de 2016
Lo entrevisté para "Cinta Testigo" en 2001. Luego, nos hicimos amigos y me invitaba seguido a "El Locutorio", su programa en Radio Rivadavia
— Sergio Marchi (@marchisergio) 1 de enero de 2016
Me hacía hablar de rock. Y un día me habló él. De Pappo. Este es un resumen. https://t.co/wIqnJbWJAb
— Sergio Marchi (@marchisergio) 1 de enero de 2016
Antonio Carrizo se encontraba convaleciente de un ACV en su departamento de Capital Federal, donde lo cuidaban sus hijos José y Blanca, ya que su esposa falleció en 2012, y debió ser trasladado a la Trinidad por una recaída en su estado de salud.
Nacido en General Villegas, provincia de Buenos Aires, el 15 de septiembre de 1926, su apellido real era Carrozi y una de sus pasiones, la radio, donde debutó en 1948 en los estudios de El Mundo, y al poco tiempo «Tony», como lo llamaban sus amigos, se convirtió en jefe de programación de esa emisora.
¨La radio me dio absolutamente todo. Me dio la vida y una forma de vida», solía afirmar el conductor agradecido con el medio que lo tuvo al frente de envíos inolvidables durante décadas como «La Vida y el Canto», programa capaz de combinar música y palabras en equilibradas dosis, por Radio Rivadavia.
Seis entrevistas al escritor Jorge Luis Borges en 1979 realizadas durante ese ciclo marcan una impronta en la forma de crear climas y aprovechar silencios en el éter, enriquecidas por el gran conocimiento sobre su obra que tenía Carrizo, bibliófilo vinculado con la imprenta Colombo, donde se preparaban casi a mano ediciones especiales.
Los colores de su voz, la forma de «charlar» la noticia se extendieron a la televisión y trabajó en «Polémica en el Fútbol» y condujo el programa ómnibus «Sábados Continuados», realizado en el estudio 1 del antiguo Canal 9 de Alejandro Romay, semillero de figuras populares como Palito Ortega, Violeta Rivas y Chico Novarro, entre otros artistas que él presentaba con sus modos inconfundibles.
La década del 70 lo tuvo en la pantalla chica al frente de «La Primera de la Noche» en Canal 7, donde en 1974 realizó también «Juntos», con la periodista Liliana López Foresi, programa creado y producido por Roberto Fontana.
Su veta de un histrionismo sutil pudo disfrutarse en sus participaciones durante sus participaciones en el sketch «El contra» como partenaire del cómico Juan Carlos Calabró, aunque su capacidad de armonizar lo popular con lo exquisito ya había podido disfrutarse en su conducción del programa periodístico, generoso en toques de humor, «Semanario Insólito» en 1982, junto a Raúl Portal y Virginia Hanglin.
Otro maestro de la radio, Héctor Larrea, lo definió como, «una figura demasiado grande, fue quizás el más grande locutor que hayamos tenido y fue un privilegio conocerlo», en declaraciones realizadas a la agencia Télam, en diciembre de 2014.
«El -continuó el locutor- marcó todos los rumbos. Todos los tonos de emisión que se podían concebir los tenía Antonio, los altos, los bajos, nunca una melosidad, nada sobrecargado, los énfasis tenían siempre sentido. Antonio es el gran referente de la radiofonía, que excede al locutor, al animador, va mucho más allá, le ponía personalidad a todo. Tenía una mezcla de un humor y sabiduría que te hacía más linda la vida».
Mientras que Alejandro Dolina afirmó que «en Carrizo reconozco a un amigo antes que nada, el fue mi benefactor, yo le debo muchísimo en todos los órdenes. Es una de las personas más extraordinarias que conocí. De manera que los homenajes siempre me resultan insuficientes, tratándose de una persona tan fuerte y lleno de complejidad».
«Lo que me parece también es que su ejemplo no registra muchos seguidores, la radio que se oye hoy no es la radio de Antonio. No solamente por haber renunciado la radio a ciertos rigores, y renunciar a los rigores a veces es bueno, a veces puede ser un paso adelante, pero creo que se ha renunciado antes que nada a la complejidad y al pensamiento», enfatizó.