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Entrevista: Charly García habla de «Clics Modernos» (archivo noviembre 1983)

06/10/2018 - Especiales
Entrevista: Charly García habla de «Clics Modernos» (archivo noviembre 1983)

En 1983, Charly García viajó a Nueva York para comprar instrumentos. Sin embargo, esa visita a la Gran Manzana se convertiría en una estadía más prolongada que derivaría en la grabación de uno de los discos más trascendentales de la historia del rock argentino: «Clics Modernos».

«Cuando empezó no tenía ni idea de que se iba a llamar ‘Clics Modernos'», contó Charly en una entrevista realizada pocos días después del lanzamiento del álbum, ocurrido el 5 de noviembre de aquel año. «El título ‘Clics’ es como el disparo de una foto, puede ser, como ‘pif'», mencionó.

«Yo fui (a Nueva York) a comprar instrumentos, nunca había estado en Nueva York y sentí una buenísima onda y pensé que iba a ser muy bueno para mí quedarme un tiempo y curtir ahí… eso significa tener amigos, ir a clubes, tratar de tocar con alguien y eso… sentí que hubo una bienvenida así, de feeling, de onda, que fui como bienvenido, entonces dije ‘me quedo'», confesó sobre la atracción que sintió en Nueva York.

«Me quedé, empecé a trabajar, a hacer cosas en mi casa con mis grabadores. Después encontré un tipo que mata que se llama Joe Blaney, que venía de grabar ‘Combat Rock’ de The Clash y se copó mucho conmigo y encaramos un proyecto de grabar en estudios grandes y todo con poca plata y mucha onda, y salió bien», agregó.

García venía de ser muy criticado por aceptar el patrocinio de la firma de jeans Fiorucci para el histórico concierto en Ferro, que finalizó con la explosión de una enorme maqueta de la ciudad de Buenos Aires mientras sonaban los últimos acordes de «No bombardeen Buenos Aires». Muchos lo acusaban de «haberse vendido» a una marca y de abandonar las canciones de protesta.

Al respecto, Charly respondió con la canción «Dos cero uno (Transas)», que comienza diciendo «Él se cansó de hacer canciones de protesta y se vendió a Fiorucci». En aquella entrevista explicó el concepto: «Somos una generación de culposos y culpables, entonces pienso que no hay tanta culpa. El tema lo que dice es ‘señores, me vendí a Fiorucci ¿qué pasa?’. Por supuesto yo no me vendí a Fiorucci, es lo que la gente piensa de mí. Entonces, es bueno decirles ‘señores… sí, ¿y? ¿Quién de ustedes no?'».

Sobre esta misma temática, agregó: «Es asumir que es un símbolo más de algo. Yo no me veo más un genio, nunca me creí  pero siempre hubo alguien que me decía que era un genio… yo no me creo un genio y creo que muchos de los genios que tenemos acá no son genios, y hay que asumir que no somos genios. Todo es un mito. Si vos vas a pensar lo que es la cultura o el arte, y por qué la Mona Lisa es más famosa que otro cuadro… ¿entendés?, si vos te pensás que vos creás, uno crea siempre sobre algo… entonces crear es más tomar decisiones y elegir. Y cuando elegís a veces necesitás un apoyo financiero para elegir hacer una ciudad y destruirla, porque lo que yo quería mostrar era eso, era que si bombardeaban Buenos Aires iba a ser pesado».

En la canción «No soy un extraño», la intención de García fue plantear «Sorpresa, a la vez decís ‘oia, ¿qué pasa?'», explicó. Y agregó: «El personaje se termina integrando. Primero dice ‘no hay que pescar dos peces con la misma red’, como diciendo ‘no puedo usar el mismo parámetro para medir dos realidades distintas’. Después termina diciendo ‘vamos a tomar un trago, vamos a transar con eso’. Es como decir ‘bueno, soy nuevo, no conozco mucho y estoy dispuesto a aceptar algo nuevo'».

«Pensar que la alegría está en el descubrimiento y no en la repetición, está en el cambio», ahondó en el planteo. «Pienso que una cosa que nos hace falta -vamos a hablar como político- a los argentinos es una predisposición al cambio, pero estamos acostumbrados a un cambio muy pequeño, que es el cambio de adaptarse a lo que la realidad nos dicta y no adaptarnos a lo que realmente sentimos. Pienso que ese tema trata de reflejar la onda cuando vos te encontrás con tu primera novia, tenés el primer beso, tenés tu primer sacudón político, tenés el primer lo que sea… pienso que muchas cosas de la vida son como una recreación de la primera vez que hiciste algo. Lo que se captura en las canciones son instantes, y lo que dice ‘No soy un extraño’ es una cruzada de plaza, esa es un poco la idea del tema».

«¿Cuántas veces escuché en un taxi ‘yo escuchaba rock cuando era joven, pero ahora ya me casé y ya dejé todo esto’? ¿Entendés?», reflexionó. «Tiene que ver con que en la Argentina a los 25 años tenés que casarte y tener diez hijos porque si no no sos un ser humano. Pete Townshend decía en un reportaje ‘no creo a nadie que tenga menos de 30 años’ y Truman Capote dice ‘no creo a nadie que no haya bebido una copa de whisky en su vida y nunca se haya emborrachado’. Ok, son puntos de vista, pero tienen que ver. Yo creo que es un poco el condicionamiento que nos hace volver muy serios, muy jóvenes. Y muy viejos, muy jóvenes. Eso es lo que me pasa en los taxis, yo encuentro gente que tiene menos de mi edad y que me dice ‘en mi época’. Y yo los veo y parecen mi papá. Y digo ‘¡Dios mío, qué pasa!’. ¿Hay una mutación intelectual?, ¿hay una mutación de vida?… hay. Yo hice ‘Rasguña las piedras’, que es ‘The Wall’… el concepto es el mismo, es exactamente el mismo: rasguña las piedras, rasguña the wall. Hay un ‘wall’, te lo hacés vos o te lo hacen los demás, pero siempre hay un ‘wall’… siempre hay una pared. Es para defenderse o es para significar donde está el poder y donde estás vos, el futuro es gente mirando televisores y gente en la calle desesperada sin poder comer un pedazo de pan… y gente mirando televisores informándose de lo que pasa en Nigeria y qué se yo».

En aquella entrevista de noviembre de 1983, García planteó el concepto de «globalización» mucho tiempo antes que éste aparezca en los medios. «Para mí, por lo que siempre pensé, el mundo tiene un final feliz o un final trágico. Yo pienso que va a tener un final feliz… eso es lo moderno», planteó. «Pero es así, como que hay una nueva corriente de pensamiento, donde se piensa que no va a haber un apocalipsis, sino se piensa que va a haber una sola cultura universal, que va a abarcar a todos los países, donde un país va a hacer una rueda del auto, otro país va a hacer la ventana, otro país va a hacer los farolitos, otro país va a hacer la nafta, entonces… ¿para qué bombardear a nuestro vecino que nos hace la puerta del auto? Yo pienso que, o se llega a eso o se llega a pensar ‘yo soy blanco y lindo y vos sos negro y feo, vos sos amarillo y yo soy rojo’, y toda esa serie de inhibiciones estúpidas que dividen a la gente».

En ese mismo sentido, expresó que «el mundo ya es demasiado chico. No es grande, ya es chico, chico de espacio… ya es chico de espacio, te tomás un avión y estás en dos minutos en cualquier lado y tu realidad cambia así… y te vas a la India y es diferente, y te vas a China y es diferente, y venís acá y es diferente… es todo una cultura diferente, pero en el fondo es ‘Ebony and Ivory’ (en alusión al tema de Paul McCartney y Stevie Wonder, que hace una analogía entre las teclas de un piano y los seres humanos), es negro y blanco, convivimos o nos matamos, entonces tenemos que aprender a vivir no solamente entre argentinos, entre naciones, entre gente que piensa diferente a uno».