La empresa estadounidense Gibson Brands Inc., una de las mayores fabricantes de guitarras del mundo, presentó hoy un pedido a la justicia comercial para declararse en quiebra junto a un plan para reflotar la compañía.
Gibson presentó el pedido al tribunal de quiebras del estado de Delaware, en el noreste de los Estados Unidos, para «protegerse de sus acreedores», aunque parte de ellos «podrían pasar a convertirse en accionistas», informó la empresa en un comunicado.
La compañía con sede en la ciudad estadounidense de Nashville, que vende más de 170.000 guitarras al año en 80 países, pidió la quiebra al argumentar que «cuenta con el apoyo de muchos de sus acreedores y prestamistas para llevar adelante el plan que permitiría su supervivencia».
La agencia de noticias Bloomberg apuntó que Gibson debe más de 500 millones de dólares y los prestamistas proporcionarán un nuevo préstamo de hasta 135 millones para mantenerse en el negocio.
La razón del pedido de quiebra de Gibson es la caída en la venta de instrumentos, así como una estrategia de recortes que no logró contener una caída financiera devastadora que generó nerviosismo entre sus acreedores.
El presidente de Gibson, Henry Juszkiewicz, resaltó que la compañía había dado «pasos sustanciales» en los últimos doce meses hacia una «reestructuración operacional».
El plan propuesto hoy fue consensuado con los propietarios del 69% de la deuda de Gibson en 2018, según el comunicado de la compañía.
Sumado a la inyección de 135 millones de dólares, Gibson dispuso el cierre de Gibson Innovations, un departamento de dispositivos personales de audio con sede en los Países Bajos que había sido adquirido a Philips.
La empresa destacó que esa suma significará «fondos para el negocio de instrumentos musicales y audio profesional, además de apoyar a los principales proveedores y distribuidores de la compañía» y permite a Gibson tener capital financiero utilizable, menos deuda material.
Previamente, Juszkiewicz había culpado a los comercios minoristas por los problemas de Gibson, diciendo que éstos se estaban enfocando en atender a músicos profesionales mientras ignoraban a los nuevos clientes. «Se trata de hacer que el cliente se sienta bienvenido», dijo, «ayudándolos con el conocimiento».
Y agregó: «Eso es lo que necesita la industria, porque no la tiene… Los niños están creando su propia música y sus propios videos. Tenemos que encontrar una forma de ser parte de sus vidas. Perdemos por no ser parte de sus vidas e insistimos en que se conviertan en parte de la nuestra».