Viola Smith, pionera entre las mujeres bateristas y una verdadera leyenda de la música popular estadounidense, que se mantuvo activa hasta hace poco meses a pesar de padecer Alzheimer, murió a los 107 años en su casa de California.
Aunque el deceso se produjo el miércoles 21 de octubre, la noticia fue difundida ayer a través de las redes sociales de diversas instituciones musicales de los Estados Unidos, que despidieron a la longeva artista.
Famosa por la gran cantidad de tambores que utilizaba -entre ellos el doble bombo que años más tarde sería fundamental en las bandas de hard rock-, pero fundamentalmente por el personal uso que hacía de los tom-toms, Viola asombró con su estilo al ambiente musical de la primera mitad del siglo XX, que no estaba acostumbrado a ver a una mujer en ese rol.
La técnica de esta artista, caracterizada por su velocidad, la llevó a que fuese calificada como «la Gene Krupa femenina», aunque con su impronta feminista de avanzada para la época, ella prefería replicar esos comentarios advirtiendo que, en realidad, el legendario baterista debía ser definido como «el Viola Smith masculino».
Con una larga trayectoria en diversas orquestas de jazz y música popular, Smith dio sus primeros pasos en la música, a instancias de su padre, como integrante de The Schmitz Sisters Family Orchestra, conformada por sus ocho hermanas.
«Éramos 10 hermanos y ocho estábamos en la orquesta», dijo Smith a DrumTalkTV en 2017. «Todos tocamos el piano, teníamos dos pianos y un órgano en casa, mis dos hermanos estaban practicando en el piano y escucharon a mi papá dicen que iba a tener una orquesta de señoritas».
«Cuando escucharon eso, ese fue el final de la práctica (para ellos), ¡no más piano a partir de entonces!». Como era la sexta hija de la familia, dijo, sus hermanas mayores se hicieron cargo de las cuerdas y los vientos. «Mi papá dijo: ‘¡Ahora, necesitamos un baterista!’ Gracias a Dios, fui yo».
La banda tocó en teatros durante las vacaciones escolares. Smith tomó lecciones de los bateristas en el foso de la orquesta. La banda pronto se encontró siendo requerida para bodas y ferias estatales. En 1938, Smith formó otra orquesta totalmente femenina, The Coquettes, con su hermana Mildred, que tocaba el bajo. La banda se mudó a Nueva York en 1942, donde Smith estudió con el legendario innovador del snare-drum, Billy Gladstone.
Pero la gran exposición pública iba a llegar ese mismo año, en medio de la Segunda Guerra Mundial cuando, ante el reclutamiento de muchos hombres músicos, los salones de baile comenzaron a contratar a mujeres para animar las fiestas.
«En estos tiempos de emergencia nacional, se está reclutando a muchos de los instrumentistas estrella de las grandes bandas. En lugar de reemplazarlos con lo que puede ser un talento mediocre, ¿por qué no dejar que algunas de las grandes mujeres artistas del país tengan su oportunidad?», manifestó en aquella ocasión en un artículo en la revista Down Beat.
«Las chicas tenemos tanta resistencia como los hombres. Hay muchas chicas trompetistas, saxofonistas y bateristas que pueden soportar la rutina de las largas giras y los exigentes conciertos de una noche. Las chicas de hoy no son las criaturas indefensas de generaciones anteriores», agregó.
«Hay algunas chicas músicas que son tan geniales con sus instrumentos como los músicos masculinos. Pueden improvisar; sus solos son bien definidos y estimulantes y muestran una imaginación ilimitada». Smith concluyó lo que efectivamente era un manifiesto con una instrucción provocadora para los líderes masculinos de las bandas: «Piénsenlo, muchachos».
A lo largo de su extensa trayectoria, Viola Smith actuó en numerosas ocasiones en famosos programas televisivos, como el caso de «The Ed Sullivan Show»; en obras de Broadway y en cine, con apariciones en los filmes «When Johnny Comes Marching Home» y «Here Come the Co-Eds».
A pesar de su edad, la artista se mantuvo activa hace pocos meses en diversas bandas de Costa Mesa, California, en donde residía.
Su imagen resultó inspiradora para artistas como Meg White (de The White Stripes), Georgia Hubley (de Yo la Tengo) o la local Andrea Álvarez, entre otras.