Franco Battiato, figura clave de la cultura italiana a partir de su prolífica y ecléctica labor como músico y sus celebradas e inteligentes letras, murió ayer a los 76 años en su residencia en Catania, Sicilia.
Así lo comunicó su familia a través de las redes sociales, en donde no brindó precisiones sobre los motivos del deceso y aclaró que el funeral se llevará a cabo en una ceremonia privada.
El artista no aparecía en público desde 2017, más allá del lanzamiento del disco «Torneremo Ancora», en 2019, lo que provocó diversos rumores sobre su estado de salud que fueron desmentidos sistemáticamente por su familia.
Con una evolución musical que lo llevó a recorrer distintos estilos que le permitieron mantenerse a la vanguardia de la escena de su país y posturas provocadoras desde su sitio de librepensador de izquierda, Battiato fue una lúcida figura de la escena local, admirado, respetado y querido a nivel popular.
Alrededor de 50 discos desde su irrupción en escena a mediados de los 60 y con incursiones en la dirección cinematográfica, el músico alzó su voz con inteligencia para interpelar al oyente sobre sus situación material y espiritual sin caer en proclamas panfletarias.
Tras sus primeros pasos como intérprete de canciones sicilianas en un cabaret, fue descubierto por el humorista y músico Giorgio Gaber, pionero del rock and roll en Italia, quien lo invitó a registrar algunos temas.
Así publicó varios singles en la segunda mitad de los 60 hasta que en 1971 tuvo su debut en un larga duración con «La Convenzione».
A partir de allí, la carrera de Battiato no tuvo pausa y fue marcando el pulso de la cultura de su país a partir de sus experimentaciones rítmicas que lo llevaron a pasar del rock progresivo a la música sintética, con escalas en el punk, la new wave, la étnica y hasta la ópera, para recalar en el pop y la canción de autor.
Sin embargo, la constante siempre en la obra de este artista fueron sus lírica, mezcla de reflexiones filosóficas y sutiles críticas a la sociedad, tal como se desprende de sus discos «La voce del patrone», «Pollution» o «L´arca di Noé», entre tantos.
Battiato también dirigió varias películas, entre las que resaltan «Amor perdido» y «Musikanten», dedicada a Beethoven, ambas presentadas en el tradicional Festival Internacional de Cine de Venecia.
En 1989, el músico fue convidado a cantar en el Vaticano ante el Papa Juan Pablo II, quien manifestó luego el gran impacto que sintió al escuchar las letras de las composiciones interpretadas en la ocasión.
La intensa actividad de Battiato recién tuvo un freno en 2017 cuando debió suspender una gira por problemas de salud, lo que convirtió a su show de septiembre de 2017 en Catania en el último de su carrera.
A partir de allí hubo un accidente doméstico con quebradura de pierna y fémur que lo mantuvo postrado y rumores sobre un Mal de Alzheimer, desmentido por su familia.
Más allá de su desaparición de la escena pública, el artista se las ingenió para dejar una última obra en 2019.
Fuente: Télam