Sleepy LaBeef, un intérprete de rock y country que comenzó su carrera a mediados de los años 50 y cuyos conciertos continuaron siendo importantes para la comunidad rockabilly hasta este año, falleció el jueves (26 de diciembre) a los 84 años. No se ha comunicado la causa de su muerte.
Aunque LeBeef nunca tuvo ningún single exitoso en la década del 60, su leyenda se agrandó casi tanto como él -medía casi dos metros de altura-, gracias a su participación en festivales donde a menudo era el único vínculo activo con aquel rock and roll primitivo.
La muerte fue confirmada por su familia en su cuenta de Facebook. «Es con profunda y agonizante tristeza que les informamos de la noticia de que esta mañana, Sleepy LaBeef, nacido Thomas Paulsley LaBeff, dejó esta vida para estar con el Señor», escribió su esposa, Linda LaBeef. “Murió en su casa, en su propia cama, rodeado de su familia que lo amaba y a quien quería mucho. Tuvo una vida plena y vibrante, llena de la emoción de muchos viajes y experiencias, la satisfacción que le brindó poder pasar su vida haciendo lo que más amaba y el amor pleno de su esposa, hijos y nietos a su alrededor».
LaBeef estuvo actuando hasta septiembre, cuando se presentó en el Festival Blues to Bop de Suiza, una señal de su perdurable popularidad entre los entusiastas de las raíces del rock, tanto en Europa como en los Estados Unidos.
Si bien grabó en los sellos Starday, Columbia, Sun y Rounder, casi todos sus fans estuvieron de acuerdo en que los shows en vivo eran realmente donde se destacaba. «Solía hacer unos 300 conciertos al año», dijo en una entrevista con el New York Times en 1991. «Ahora los he reducido a entre 200 y 250, ya que estoy mucho en el extranjero». En cuanto a sus grabaciones, que generaron solo unos pocos éxitos menores, dijo: «Creo que podés escuchar los discos y decir que les falta un poco de entusiasmo”.
Ese entusiasmo no era un problema para él en sus conciertos, donde los fans lo conocían como «la rockola humana». The Times informó que LeBeef reclamó un repertorio de 6.000 canciones, algo que se convirtió en un hecho aceptado y citado a menudo, aunque luego él mismo lo negó. «Nunca dije que sabía 6.000 canciones», dijo con una sonrisa en una entrevista con Boston Blues Society en 2015. «Sé más canciones de las que probablemente cantaré, pero nunca me detuve lo suficiente como para contarlas… y nunca me quedaré sin canciones».
LaBeef había nacido el 25 de julio de 1931 en Smackover, Arkansas, siendo el menor de diez hermanos. Recibió su apodo («Dormilón») como resultado de un ojo entrecerrado, según algunos, o simplemente por el aspecto «medio despierto». En su adolescencia se mudó a Houston y se convirtió en un habitué en programas de radio como «The Houston Jamboree» y «The Louisiana Hayride». En sus primeros singles fue acreditado como Sleepy LaBeff (o, en el caso de «Tore Up», Tommy LaBeff), pero se convirtió en «LaBeef» a partir de sus lanzamientos de 1965. En sus primeros años compartió escenarios con estrellas como Chuck Berry, Buddy Holly y Fats Domino. Sin embargo, sus favoritos -como le dijo a Sheree Homer en su libro «Dig That Beat!»- eran George Jones, Bill Monroe y Sister Rosetta Tharpe.
«El éxito es bueno», le dijo a Homer, «pero si lo tenés en tu corazón, entonces no entrás en esto para ganar un montón de dinero. Lo hacés porque amás la música. Ese amor me mantiene en marcha, y le agradezco al Señor por la fuerza para hacerlo. Nunca tuve un disco número uno, pero estoy contento de estar actuando».