Larry Taylor, el bajista fundador de la banda californiana de boogie rock Canned Heat, falleció a los 77 años. Un portavoz del grupo confirmó hoy martes (20 de agosto) que Taylor murió en su casa en Lake Balboa, California, ayer lunes (19 de agosto) después de librar una batalla de 12 años contra el cáncer.
Taylor, incansable músico de sesión, apareció en más de media docena de álbumes de The Monkees, Tom Waits y del ícono del blues John Mayall, así como en discos de Albert King, Leo Kottke, The Blasters y Sunnyland Slim.
Taylor fue ampliamente conocido por su trabajo con Canned Heat, cuyo debut homónimo de 1967 -con versiones de clásicos del blues de Muddy Waters, Willie Dixon y Robert Johnson-, fue lanzado justo después de la aparición de la banda en el Monterey Pop Festival, donde actuó junto a The Who, Grateful Dead, Big Brother and the Holding Company, Otis Redding y Jefferson Airplane.
Formó parte de la formación clásica de Canned Heat, que también incluía a los guitarristas Alan Wilson y Henry Vestine, al cantante Bob Hite y al baterista «Fito» De La Parry, este último el único miembro que aún sigue vivo de aquella alineación original.
Taylor, conocido por su apodo, «The Mole», nació en Nueva York el 26 de junio de 1942 y actuó con Canned Heat entre 1967 y 1970. Se reunió con sus compañeros de banda varias veces a lo largo de los años hasta 1999. Canned Heat fue parte del festival de Woodstock en 1969.
Taylor comenzó su carrera a los 18 años girando con el emblemático rockero Jerry Lee Lewis, antes de convertirse en el bajista de sesión de la banda The Monkees, tocando en éxitos como «Last Train to Clarksville» y «(Theme From) The Monkees».
Antes de unirse a Canned Heat, también tocó en discos de Albert King, Solomon Burke, Buddy Guy y Charlie Musselwhite, según indica una biografía oficial. Además de tocar el bajo en álbumes de John Hammond Jr., Kim Wilson y John Lee Hooker en las últimas tres décadas, Taylor formó la Hollywood Fats Band con el guitarrista de blues Michael «Hollywood Fats» Mann. Canned Heat tenía previsto tocar en el festival Woodstock 50 antes de que ese evento se cancelara a principios de este mes.
«Larry contaba grandes historias, chistes divertidos, era un aficionado a la comida, el vino, los discos y el rock, un genio de la informática y un ser humano especial que realmente ‘vivía para la música’… la música era su religión», dijo a Billboard su mánager, amigo y productor Skip Taylor. «Influyó en muchos de nosotros de diferentes maneras y será extrañado por muchos en toda la industria de la música».