El 22 de abril de 2002, hace 13 años, Gustavo Cerati se presentaba en el Teatro Colón de Buenos Aires. Ese espectáculo inusual para un artista de rock ya había sido estrenado un año antes en el porteño Teatro Avenida, concierto que quedaría plasmado tiempo después en el CD y DVD «11 Episodios Sinfónicos».
La siguiente es la crónica de ese histórico concierto de Cerati en el Colón a cargo del periodista Carlos Vera, de la agencia Télam:
Con un entusiasta público de pie en los pasillos de platea y totalizando las 3.400 personas que colmaron la capacidad del teatro Colón, Gustavo Cerati fue ovacionado anoche en la máxima sala lírica porteña, por su actuación junto a la Orquesta Sinfónica Nacional.
Autor de la orquestación de los temas provenientes del celebrado álbum «Bocanada», Alejandro Terán asumió la conducción como maestro invitado al podio frente a más de medio centenar de los atriles de la formación instrumental sinfónica y acompañó al cantautor y guitarrista en la interpretación de «Once episodios sinfónicos».
La aparición del artista en escena pasadas las 21.40, significó su debut en el Colón, y el primer estallido de alegría de un público que, integrado en más del noventa por ciento por jóvenes, transformó la velada del Colón en una auténtica fiesta musical llena de colorido y emociones.
Pero después de la calurosa bienvenida, el nivel y la calidad de esta experiencia ‘colonista-pop’, fue en aumento con el tema inicial «Canción animal», que se convirtió en el umbral para todo un encadenamiento de lujo entre la voz de Cerati y la Sinfónica Nacional.
Efectivamente esta apertura del programa permitió también apreciar de entrada, el destacado trabajo de Terán en los arreglos que antes había realizado junto a La Portuaria, Los Pericos, Soda Stereo y Willy Crook entre otros.
Terán, se mostró como un batuta pulcro e intenso, un músico de temperamento y desbordante de ideas, cuidadoso de los planos sonoros a los que se ajustaron el solista y la orquesta bien ensamblada en todos sus sectores.
Como segundo de los «Once Episodios…» de la serie, llegó luego el melodismo de «Bocanada» -tema principal y título del CD homónimo-, al que siguió «Corazón delator» con segmentos dramáticos y heroicos en la voz solista y «Fue», con bellísimo arreglo en cuerdas y maderas (con el perfecto oboe solista de Andrés Spiller, y los flautas Gabriel Sorín y Patricia Da Dalt).
No bien se acallaron las ovaciones, con el vocal instrumental «El rito» se pudo apreciar de nuevo, la labor de Terán acentuada esta vez en el sector de bronces con los cornistas Mario Tenreyro y Fernando Chiappero, y el tuba Marcos Leto junto al timbalista Osvaldo Ayala y la percusión total de la orquesta.
«A merced» reservó el destaque de la línea de trombones de la Sinfónica con Henry Bay y Carlos Ovejero -dos de los mejores solistas de la orquesta-, y fue un pórtico para el simbólico y telúrico «Raíz», recorrido por ritmos caribeños, afros y brasileños, y para mostrar el arte interpretativo de Cerati en uno de los momentos pico de su actuación estelar de anoche.
El solista invitado Sebastián Schachtel (theremin synth), fue apasionante junto al cantante y la orquesta en la exótica fusión oriental y caribeña «Sweet Sahumerio», tema que dió paso al nuevo arreglo de «Lisa», canción vals siempre con el remate heroico y romántico de la voz y ahora, con un relevante segmento percusión del baterista Martín Carrizo, ex ANIMAL y Walter Giardino Temple.
Tema sinfónico que surgió del CD «Bocanada» (1999), en el primer disco solista de Cerati luego de su separación de Stéreo, el melancólico «Verbo carne» llegó con el tramo dedicado a la arpista del conjunto, Arianna Ruiz Cheylat.
Terán había escrito profusamente para su cuarteto de cuerdas «Nocturna» y anoche en la parte instrumental del celebrado «Persiana americana» de Cerati, el arreglador volvió a reunir las cuatro cuerdas en un grupo con la unión del primer violín Luis Roggero, el ‘guía’ Roberto Calomarde, el viola Gustavo Massún y el chelo de Claudio Baraviera.
Y ya, en agregado o encore ante la insistencia del público, volvió con el tema -también del disuelto grupo-, «Signos» y el final con el regalo de «Hombre al agua», de nuevo con el ‘bata’ Martín Carrizo y coro y palmas de una concurrencia que no escatimó aplausos y ovaciones.