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Hace 40 años los Blues Brothers llegaban al cine en una comedia de culto para amantes del soul

16/06/2020 - Retro
Hace 40 años los Blues Brothers llegaban al cine en una comedia de culto para amantes del soul

Hace 40 años, se estrenaba con moderado éxito en cines y malas críticas la película «The Blues Brothers», aunque con los años se convertiría en un filme de culto, especialmente, para los amantes de la música negra.

Dan Aykroyd y John Belushi habían creado el dúo cómico cuatro antes, en 1976, para un sketch del programa de televisión «Saturday Night Live». El experimento salió tan bien que decidieron formar un grupo de verdad. Fue tal el éxito sobre los escenarios que decidieron ir un paso más allá y llevar a los hermanos del blues a la gran pantalla, acompañados por lo más destacado de la música negra.

Dirigida por John Landis, la desopilante historia estaba plagada de soberbios números musicales a cargo de delirantes personajes encarnados por leyendas de la música como James Brown, Ray Charles, John Lee Hooker, Aretha Franklin, Chaka Khan y Cab Calloway, entre otros.

Además de las mencionadas figuras, la cinta contó con un amplio y pintoresco elenco, en donde aparecían la estrella de «Star Wars» Carrie Fisher, la famosa modelo de los años 60 Twiggy, el recordado comediante John Candy y el director de cine Steven Spielberg.

Pero como si esto no alcanzara, la película iba a sumar otros ingredientes que la ubicarían en un lugar especial en la mitología musical y hollywoodense, como las leyendas sobre los excesos del consumo de cocaína durante el rodaje, el alto presupuesto gastado en roturas de autos e inesperados romances.

La película, que en Argentina se conoció con el nombre de «Los Hermanos Caradura», tenía que ser rodada mayormente en Chicago, la gran ciudad del blues eléctrico, y para asegurarse los permisos de rodaje, Belushi donó 200.000 dólares a los orfanatos de la ciudad como gesto de buena voluntad. Sabía que sus planes implicaban convertir la ciudad en un pequeña zona de guerra, y quiso ponérselo difícil al alcalde para decir que no.

La película, estrenada en los Estados Unidos el 20 de junio de 1980, impulso la carrera de la banda The Blues Brothers, integrada por prestigiosos músicos contratados para el filme para acompañar a los protagonistas, quienes siguieron ofreciendo recitales y registrando discos bajo ese nombre.

Pero también inició una larga saga de filmes lanzados a partir de la buena repercusión de sketches de «Saturday Night Live», como «The Coneheads» o «El mundo según Wayne».

La historia se centra en los hermanos Jake y Elwood Blues -Belushi y Aykroyd, respectivamente-, quienes al salir de la cárcel se enfrentan a unos malvados nazis de Illinois en su intento de cumplir una «misión divina»: reunir a su vieja banda para recaudar dinero para el orfanato católico en el que se criaron.

Así iniciarán una aventura que consistirá en el reclutamiento de los miembros originales del grupo, una accidentada vuelta al ruedo y la organización del gran concierto; en una serie de acontecimientos que les irá sumando enemigos, con las consecuentes persecuciones.

Los momentos más sublimes aparecen cuando, en ese peregrinaje, se suceden escenas musicales con James Brown en el rol de pastor, que con su mensaje «ilumina» a los hermanos; Ray Charles como un vendedor de una casa de instrumentos musicales a la que acuden para proveerse, Aretha Franklin como una despechada esposa del guitarrista del grupo, o Cab Calloway cantando «Minnie the Moocher» para entretener a una impaciente audiencia que espera por el show final, entre otros.

El presupuesto inicial del filme, de unos diecisiete millones de dólares, se disparó hasta casi treinta. Y no siempre por necesidades técnicas o cinematográficas: el director Jon Landis se vio obligado a dedicar una partida semanal a la compra de cocaína para los actores, especialmente para John Belushi.

Hubo un momento en el que la película peligraba, así que intentaron que frenase sus impulsos adictivos y le cortaron el suministro. Pero los fans de Belushi se colaban en el set para regalarle drogas, así que Landis contrató a un guardaespaldas que se encargó de evitar cualquier contacto externo.

Aun así, Belushi siguió en modo descontrolado. Desaparecía cada dos por tres para volver a aparecer completamente borracho en lugares insospechados. Una mañana estrelló su auto contra una casa que estaba cerca del estudio, y cuando el rodaje ya estaba terminando estuvo a punto de arruinar la escena final. Mientras caminaba hacia el estudio, se encontró a un chico en un skate, y se le ocurrió que quizá podría practicar un poco. Le pidió la tabla al chico, se pegó un golpe tremendo que le provocó varias heridas, y tuvieron que inyectarle analgésicos para poder rodar.

Otro de los gastos más importantes del rodaje fueron las escenas de persecuciones, en las que llegaron a estrellar un total de 103 autos, casi todos ellos de policía. En una escena en la que también aparecen tanques y camiones del ejército se gastaron la friolera de tres millones y medio de dólares, y también dejaron mucho dinero en la secuencia en la que acaban con el vehículo del líder nazi, que fue lanzado desde un helicóptero desde casi 400 metros de altura. Cuenta la leyenda que cuando se hizo la irregular secuela «Blues Brothers 2000», destrozaron 104 autos sólo para superar ese récord.

Durante el rodaje, Dan Aykroyd y Carrie Fisher tuvieron un romance que acabó en pedida de mano entre toma y toma. Dicen que ella se atragantó con una col de bruselas, y que él le tuvo que hacer la maniobra de Heimlich para ayudarla a expulsarla. Cuando Fisher le dio las gracias, aún en shock y tumbada en el suelo, él se declaró y estuvieron comprometidos unos meses, hasta que la relación terminó.

Pero de todas las anécdotas desopilantes del rodaje de «The Blues Brothers», la más increíble quizá fue la visita del Papa Juan Pablo II, que estaba de visita oficial en Chicago y se acercó al set para bendecir a los protagonistas. Muchos años después, el periódico del Vaticano L’Osservatore Romano declaró que la película era «un clásico católico». Definitivamente, la de Jake y Elwood fue una misión divina

Aunque Belushi murió en 1982 por una sobredosis de cocaína, «The Blues Brothers» tuvo una secuela en 2000, con John Goodman en su lugar.