Mercedes Sosa falleció en la madrugada del domingo 4 de octubre de 2009, dejando a la música popular argentina sin su máxima voz, sin ese canto profundo y mágico que como pocos logró poner en superficie los valores del arte contemporáneo latinoamericano.
El talento interpretativo de esta tucumana nacida el 9 de julio de 1935, permitió que las obras musicales de este lado del mundo encontraran un cauce mágico para llegar a personas de todo el planeta.
Capaz de abrir la boca para cantar y decirlo todo, Mercedes se formó estéticamente dentro del Movimiento del Nuevo Cancionero, una corriente renovadora del folclore, surgida en la provincia de Mendoza y que compartió con Armando Tejada Gómez, su esposo Manuel Oscar Matus y Tito Francia.
Desde entonces, con el debut discográfico con “Canciones con fundamento” (1965) y con la magia de su canto, consiguió hacer conocer y trascender un repertorio nuevo y socialmente comprometido.
Esa ligazón con lo social le valió transformarse en una voz brillante capaz de traducir los pesares del pueblo con testimonios como «Canción con todos», «Cuando tenga la tierra» y «La Navidad de Juanito Laguna» y los discos “Homenaje a Violeta Parra” y “Hasta la victoria”.
Por aquellos años cautivó al público europeo y estadounidense y se vinculó con Ariel Ramírez, quien inmediatamente le propuso ser la voz de «Mujeres Argentinas», trabajo que recién se corporizó luego de la aparición de la emblemática «Zamba para no morir».
Reconocida por sus dotes interpretativas pero sin renunciar a lo testimonial, su posición resultó inaceptable para aquellos que apostaban al silencio y al terror y hacia 1979, tras publicar «Serenata para la tierra de uno» y ser detenida en la ciudad de La Plata junto con todo el público que había ido a escucharla, viajó a París y en 1980 se afincó en Madrid.
Recién pudo regresar a los escenarios argentinos el 18 de febrero de 1982 y en el porteño teatro Opera realizó una docena de impactantes recitales que compartió con León Gieco, Charly García, Antonio Tarragó Ros, Rodolfo Mederos y Ariel Ramírez y que quedaron plasmados en el álbum «Mercedes Sosa en Argentina».
Ya con el regreso de la institucionalidad democrática y lejos de quedarse quieta, se puso como desafío seguir abriendo puertas con la decisión de sumar nuevos autores latinoamericanos a su repertorio y así impulsó a los entonces no tan conocidos trovadores cubanos Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.
Tampoco dejó de parar la oreja a las nuevas expresiones del folclore y, por ello, registró obras de incipientes creadores como Víctor Heredia, Teresa Parodi, Antonio Tarragó Ros, Raúl Carnota y Peteco Carabajal, entre otros.
Con el mismo espíritu abierto y audaz, no tuvo reparos en acercarse a artistas del rock local (como los ya citados Gieco y García, pero también a Luis Alberto Spinetta, Fito Páez, Pedro Aznar, Gustavo Santaolalla, Alejandro Lerner y David Lebón) a los que además integró a espectáculos y placas que ganaron reconocimiento en gran parte del planeta.
Esa gran presencia en los tablados del mundo, le permitió ser convocada por grandes de la talla de Luciano Pavarotti, Sting, Lucio Dalla, Nana Mouskouri, Tania Libertad, Joan Baez, Andrea Bocelli, Silvio Rodríguez, Alfredo Kraus, Pablo Milanés, Milton Nascimento, Caetano Veloso, Chico Buarque, Gal Costa, Nilda Fernández, Pata Negra, David Broza, Luz Casal, Cecilia Todd e Ismael Serrano.
De la mano de ese trabajo constante y consecuente fue justamente considerada una suerte de embajadora de la canción argentina que no cejó en esa tarea ni en estos últimos años, cuando su salud empezó a mostrar cierto agotamiento.
Aún así, en 2005 y bajo la batuta de Chango Farías Gómez, protagonizó el magnífico álbum “Corazón libre” que, a partir de la canción de Rafael Amor, entregó un valioso testimonio editado por el sello alemán Deutsche Grammophon.
Duende Garnica, Demi Carabajal, Jorge Fandermole, el dúo Orozco-Barrientos, Coqui Sosa, Marcelo Perea y Alberto Rojo, son algunos de los nuevos creadores que, como tantos otros cantantes y músicos, pueden dar cuenta de esa práctica integradora y multiplicadora encarnada por Mercedes.
La apuesta que vino a cerrar esa tendencia histórica, se plasmó en el formato comercial de los dispares “Cantora I y II” que, entre otros, la unió con Gustavo Cerati, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Luis Alberto Spinetta, Charly García, Caetano Veloso, Shakira y Calle 13.
A modo de cierre de ese trabajo doble y de una tozuda determinación de vida, el segundo volumen de “Cantora” remata con una versión folclórica del Himno Nacional Argentino.
Como una metáfora de su vida y de su obra, la canción nacional la compartió con Franco Luciani, Tilín Orozco, Alberto Rojo, Motta Luna, Sebastián Garay, María Eugenia Fernández, Fernando Barrientos, Bruno Arias, Jesús Hidalgo, Bebe Ponti y Duende Garnica.
Sosa, en sus palabras
A lo largo de una carrera profesional de más de 40 años, Mercedes Sosa ofreció infinidad de entrevistas a los medios periodísticos en las que fue desgranando parte de su pensamiento musical y de las ideas que guiaban su arte.
A tal punto «la Negra» fue requerida por la prensa que en una entrevista al diario La Nación en 1993 afirmó: «Cantar no me cansa, lo que me cansa es opinar. Siempre y en todos lados me piden declaraciones».
Más allá de esta humorada, muchas de las frases que la cantante entregó a la prensa son la mejor expresión de una decisión irrenunciable por el canto y por la cercanía con su gente.
Van aquí algunas de esas declaraciones:
• «Soy de la gente y seguiré siendo de la gente».
• «Claro que soy folclorista, ¿qué otra cosa podría cantar yo con esta cara?».
• «Mi mamá dice que mi papá se olvidó mi nombre adrede cuando me fue a inscribir al Registro Civil. Y me puso Haydeé Mercedes en vez de Marta Mercedes. Mi mamá quería que yo me llamara Marta. Así sin hache, Marta. Claro, como es lógico, en mi casa mandaba mi papá, pero claro, como es lógico, siempre se terminaba haciendo lo que quería mi mamá. Y entonces todos desde que me recuerdo me vienen llamando Marta. Soy la Marta y me gusta mucho más ser la Marta que Mercedes Sosa».
• «Busco y busco en mi pasado y siempre me veo cantando, a veces me pregunto qué habré aprendido antes: ¿a cantar o a leer y escribir? ¿a cantar o a hablar? Qué pena no tener ya a mi madre para preguntarle esto».
• «De mi adolescencia recuerdo el olor de los azahares, que es profundamente dulce. El otro olor que siento no es agradable y es muy penetrante, es el olor de la cachaza de los ingenios. La cachaza son los restos de la caña de azúcar».
• «Hay canciones que han sellado mi vida».
• «Yo no pretendo tener ni barco ni aviones como otros artistas, mi gloria es estar con amigos».
• «El canto es una ceremonia de amor del artista para con el público».
• «Mi meta es cantar para la gente del pueblo».
• «Hasta creo haber superado el momento halagador del aplauso para quedarme en la pura alegría del cantar, ahí encuentro yo toda la felicidad».
• «La mayoría de los cantantes cree que el papel del intérprete es conmover al que está enfrente sin importar lo que pasa dentro suyo, entonces se colocan anillos, vestidos raros, se cambian el peinado.¿Sabe cuál es la mejor ropa de un cantante? Salir a escena con paz. Mucha e infinita paz. Sólo así se transmite algo a un semejante».
• «Se podrán golpear muchas puertas, se podrá hacer mucha promoción de un artista, pero es el corazón de la gente el que tiene la última palabra».
• «Creo que la ’Zamba para no morir’ cambió la construcción de la zamba en nuestro país».
• «Cuando en Europa hablan de Latinoamérica creen que es algo uniforme y yo he visto indios en Ecuador, África misma en el mercado de Bahía, vi las distintas texturas en los tejidos de cada tribu en Machu Pichu».
• «Debemos estar todos unidos y soñar con una Argentina grande que todos anhelamos».
• «Ojalá tengamos alegría de vivir porque los argentinos hemos sufrido mucho, sobre todo el año 2001, y ahora nos merecemos cierta tranquilidad».
• «Es porque soy tan testaruda que todavía insisto en cambiar el mundo».
• «Me queda creer en la inteligencia y en la bondad de la gente, nada más».
• «Lo mejor que podemos hacer los que tenemos algunos años sobre un escenario es brindarle un espacio a los jóvenes que vienen de abajo a buscar su lugar».
• «Nosotros, los cantores, tenemos la obligación de mostrar las obras de los nuevos autores y compositores».
• «Los premios sólo me estimulan para seguir haciendo discos, conciertos y llevando la música de nuestros compositores y autores por el mundo».
• «Yo nunca más voy a tener prejuicios, es algo que aprendí después de ver la película ’Submarino amarillo’».
• «Para una artista que debió irse de su patria se hace más difícil todo: el exilio es duro, tanto la vida como el trabajo».
• «Los festivales son el alma del pueblo, porque implican el encuentro anual de la gente con sus artistas».
• «Cosquín me trae muchos recuerdos de gente que quiero mucho y por sobre todo está su pueblo, su gente y no tengo problemas en decir que siento miedo de subirme a ese escenario por todo lo que significa».
• «Quiero invitar a todos mis coterráneos para que vengan el domingo 26 al club San Martín de Tucumán donde volveré a hacer un recital con la gente de mi pago, porque siempre dije que mientras Bussi sea gobernador no cantaba, ahora que se fue, vuelvo» (diciembre de 1999 al volver a cantar en su provincia).
• «Le pido disculpas al pueblo por mi ausencia, pero ellos siempre me entendieron y comprendieron cuando en cada una de mis actuaciones, incluso en el exterior, decía ’Viva Tucumán, menos uno’».
• «Toda mi energía la he volcado en el canto, aunque no me gusta mucho dejar casa y familia para ir a cantar a otro lado del mundo; es una tarea bastante pesada, exigente y se paga con la soledad de los hoteles».
• «Yo no estoy acostumbrada a cantar con gente que grita, con globos, humo y esas cosas» (antes de actuar en «Ritmo de la noche», de Marcelo Tinelli, por obligación contractual).
• «Yo sé lo que canto y para qué lo hago».