Menú

Hace tres décadas, Juan Carlos Baglietto empezaba a verse en la música popular con «Ayúdame a mirar»

02/05/2020 - Retro
Hace tres décadas, Juan Carlos Baglietto empezaba a verse en la música popular con «Ayúdame a mirar»

Tres décadas atrás, Juan Carlos Baglietto registraba “Ayúdame a mirar”, un álbum acústico con el que inició su tránsito definitivo del rock a la música popular y que puso en conocimiento del público argentino a dos autores españoles desconocidos hasta entonces en el país: Joaquín Sabina y Mezo Bigarrena.

“Este disco presupuso un cambio en el estilo artístico que venía teniendo, esta idea de grabar todo acústico sólo con guitarras y percusión, creó una atmósfera distinta para las canciones y, por otro lado, visité autores que hasta el momento no había interpretado”, resume Baglietto durante una entrevista con la agencia Télam.

“Ayúdame a mirar” se registró entre abril y junio de 1990 e interrumpió el perfil de Baglietto, que durante la década anterior fue parte de una nueva oleada del rock argentino, y con este material sentó las bases de un nuevo sonido para su música.

Los siete álbumes anteriores del rosarino en solitario («Tiempos difíciles» y «Actuar para vivir» en 1982; «Baglietto» en 1983; «Baglietto y Compañía» en 1984; «Modelo para armar» en 1985; y «Acné» y «Mami» en 1986) portaban una atmósfera más portentosa.

Pero al dar este paso arropado por guitarras y con únicamente las percusiones de su coterráneo Juancho Perone, el intérprete inauguró a su modo la corriente de los “unplugged” que por entonces empezaban a asomar en la escena sajona como formato impulsado por la cadena televisiva MTV.

“Este disco significó un cambio de rumbo sobre todo en las actuaciones en vivo, yo venía haciendo shows con una banda grande, con vientos, etcétera. Y aquí generamos una economía de recursos que permitió que las canciones sonaran más intensas, y que la poesía estuviera más expuesta”, destaca el artista, a 30 años de distancia de aquella aventura.

“Ayúdame a mirar” se nutrió de un elenco guitarrístico de excepción integrado por Lucho González, Rubén Goldín y tres notables ausentes: Lalo De los Santos (murió en 2001), Eduardo Rogatti (que partió en 2003) y José Luis «Sartén» Asaresi (fallecido en Suiza en 2011).

En las 14 estaciones propuestas no solamente estrenó a nivel local a Sabina (con “Eclipse de mar”, una bella canción con música de Luis Eduardo Aute aunque su nombre no figuró en la ficha técnica y que abría el álbum) y a Bigarrena (con dos temas, el revulsivo “En este barrio” y el sorprendente tributo a Rosario en “Adoquines en tu cielo”).

Además la nómina sumó tres novedades de uno de sus autores de cabecera, Adrián Abonizio, con “Alguien que ve más lejos”, el tango “Todo a mi favor” y la testimonial “Constitución de noche”, obra pionera en pintar los estragos de la hiperinflación alfonsinista y el neoliberalismo menemista.

Otros rosarinos protagónicos fueron Héctor “Pichi” De Benedictis (encargado de musicalizar a Mario Benedetti para el picante “Ustedes y nosotros” y a Raúl González Tuñón en la sobrecogedora «Versos a Susana»), Goldín (en la guitarra y con su pieza “Las cosas que uno quiere”) y Sergio Sainz (aportando la canción “No estamos a salvo”).

La placa sumó también una exquisita versión en español de “Juan y María”, de Chico Buarque; “Algún duende” (Debravo-Pagura), “La quiero” (Emilio del Guercio) y una creación que Juan compuso con Lalo titulada “Estaciones como siempre”.

Sobre aquella experiencia autoral, Baglietto comenta: “’Estaciones como siempre’ no es la única canción que he escrito, pero la verdad es que no he sido muy prolífico en ese sentido. En las últimas épocas he estado escribiendo bastantes letras que en algún momento se transformarán en canciones”.

P: Cuenta la leyenda que ese disco acústico y con guitarras fue una sugerencia de Fito Páez ¿Fue así?

Juan Carlos Baglietto: Fito me proponía que grabara un disco solista con mi guitarra y la verdad es que no me animé a hacerlo solo y convoqué a estos grandes guitarristas y a Juancho en percusión. También tuvo mucho que ver por aquel entonces mi amigo y productor Néstor Raschia. Ellos completaron este concepto y le dieron a las canciones un vuelo que solo no hubiera logrado.

P: En el repertorio aparecen por primera vez en tu obra y en la consideración general dos autores españoles como Sabina y Bigarrena ¿Cómo los conociste?

JCB: A Joaquin lo conocí porque a ambos nos invitaron a un recital de Silvio Rodríguez en Madrid. Yo paraba en la casa de Roque Narvaja, un día sonó el teléfono y era Silvio invitándonos a su concierto, donde conocí a Luis Eduardo Aute y a Joaquín Sabina. Luego por esas vueltas de la vida coincidimos en un hotel y ahí me tocó por primera vez una canción que había compuesto hacía poco con Aute que era “Eclipse de mar”, a la cual yo le modifiqué algunos párrafos para “argentinizarla”. Mientras que el Vasco cayó al estudio que había armado en el fondo de una casa que alquilaba en Palermo.

P: ¿Por qué elegiste “Eclipse de mar” y “En este barrio” que, además, abren el disco?

JCB: Eran canciones potentes y con letras que me contaban historias con las que me sentía representado. Ese tipo de canciones que me permitían meterme en la piel de esos personajes e interpretarlas como si fueran mías.

P: ¿Cómo fue salir a mostrar las canciones de “Ayúdame a mirar”?

JCB: Salimos de gira con tres pantallas de fondo que reproducían más de 3.000 imágenes en diapositivas, era realmente complicado, pero llegábamos a los lugares con absolutamente todo lo que necesitábamos para hacer nuestro show, sonido, luces, pantallas de proyección, torres de proyectores, y eso nos permitía presentar el mismo show en todos los lugares a los que íbamos. Fue una gran experiencia que la gente agradeció en cada lugar.

Aunque “Ayúdame a mirar” inauguró otra fase estética en el camino de Baglietto, esa posible exploración minimalista se vio truncada por otra opción a la que todavía continúa ligado y que lo une al multi-instrumentista y compositor Lito Vitale.

Es que ya en 1991 tomó forma “Postales de este lado del mundo”, primero del dúo que luego publicó “Postales del alma» (1999), «No olvides» (2000), «Qué más hacer en esta tierra incendiada sino cantar» (2001), “Más de lo mismo” (2011), “Clásicos y Acústicos” (en vivo en 2012), “Postales del Nuevo Mundo” (2015) y «Canciones inoxidables» (2019).

P: ¿Estaba previsto que “Ayúdame a mirar” fuera un proyecto tan cercano a “Postales de este lado del mundo”, tu primer trabajo compartido con Lito Vitale?

JCB: No estaba previsto que fueran proyectos que se juntaran en el tiempo, en realidad no había nada previsto. Lo llamé a Vitale para hacer un disco para chicos y él me propuso grabar canciones de autores a los que admirábamos. En esa época existían aún los vinilos, por lo que nos propusimos grabar un lado de autores clásicos de tango y folclore y en la cara “B” a autores contemporáneos. Luego nos dimos cuenta que le aportábamos mucho más a los clásicos que a los autores de nuestra propia generación y decidimos hacer un disco de tango y folclore que termino saliendo por la (discográfica) EMI como un disco mio por cuestiones de contrato, pero que en realidad era un trabajo de ambos.

P: ¿Cómo seguirá esa sociedad con Vitale cuando pase la pandemia?

JCB: Cuando esto termine pienso actuar en cuanto lugar sea posible, es más, junto a Lito pensamos abrir un lugar propio adonde poder hacer una temporada e invitar a los amigos a compartir un ciclo de música desde ese lugar. Creo que esta experiencia del coronavirus nos cambió para siempre, y habrá que inventar nuevas formas de comunicarnos. Esto nos enseña lo frágil que es todo y creo que nos transforma en seres menos petulantes, menos soberbios, más conscientes de que solos no somos nada.

P: ¿Cómo llevás la pandemia tanto como músico como desde tu empresa de luces?

JCB: La llevo bastante bien, haciendo cosas que muchas veces no me permito hacer por falta de tiempo o de oportunidad. Por ejemplo escucho más música, toco más la guitarra, escribo y cocino. En relación a la cocina estoy haciendo un micro por las redes que cuenta cómo hacer platos con lo que va quedando en la heladera en épocas en las que salir a hacer compras no es lo más recomendable.


Autor: Sergio Arboleya