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Iván Noble: «Sería hipócrita de mi parte ponerme en cronista social cuando salgo poco»

14/04/2016 - Noticias
Iván Noble: «Sería hipócrita de mi parte ponerme en cronista social cuando salgo poco»

Iván Noble publicó recientemente su séptimo álbum solista “Perdido por perdido”, que será presentado oficialmente en vivo mañana, 15 de abril, en el porteño Teatro Ópera Allianz (Av. Corrientes 860).

En “Perdido por perdido”, Noble se hace cargo de sus casi 50 años y de haber resignado el rol de rocker comprometido y crítico, lugar que prefiere dejarles a músicos jóvenes, pero también el de galán ganador que pasó de las revistas especializadas a aparecer, sin que le gustara ni medio, en programas como “Intrusos”.

En una entrevista con el periodista Adrián Mouján de la agencia Télam, el ex Cabelleros de la Quema habló de este álbum y de su actualidad como compositor e intérprete.

«Uno se pone grande y las preguntas que se empieza a hacer son más existenciales, de la paternidad y de los demonios personales que tenés que con la situación social de Latinoamérica. No me importa ya, o por lo menos no para escribir canciones», indicó. «Esa cosa de crónica o de pintar la aldea quizás lo tengan que hacer los pibes de 20 o 30. No es el tipo de temática que me importe poner en canción. Lo he hecho y estuvo buenísimo cuando pateaba mucho la calle y eso hablaba de mí, pero ahora hasta sería hipócrita de mi parte ponerme en cronista social cuando salgo poco, estoy más que nada en casa con mi hijo y sobremesa con amigos. Lo que me empieza a importar de verdad es eso, el paso del tiempo, los desencuentros y los fracasos del amor».

«Siento que yo me voy blindando un poco entre el escepticismo, el cinismo y el desencanto», dijo sobre la realidad política argentina. «Pienso que uno tiene que saber cuáles son las obsesiones que te van cruzando en la vida para poner en canciones. No me gusta el cinismo político y yo me daba cuenta que cuanto más me desencantaba, más cínico me ponía», explicó. «Prefiero bucear en mi hábitat personal, me ocupan las relaciones y los asuntos familiares. Tengo una mínima idea y ciertas opiniones, pero también fue y es una época de mucha altisonancia y mucha sobreactuación. Hay mucho artista, entre comillas, hablándole al mundo como si fueran Noam Chomsky o Umberto Eco. Me aburrió que la dimensión política sea lo más importante a la hora de sentarte a comer un asado».

También criticó a los que se hacen llamar «artistas militantes», que manifiestan su apoyo a un dirigente o a un partido político. «Eso que se llama artistas militantes para mí es una contradicción en su término, casi como un oxímoron», indicó. «Un tipo que es artista, por definición tiene que ser impugnador e inquieto, lo menos que tiene que ser es soldado de algo o alguien. Pero bueno, hay gente que tiene convicciones muy grandes y supongo que son genuinas».

«Acordate lo que pasó antes de las elecciones con gente que dijo que se iba del país si ganaba uno o seguían otros. Después nada de eso pasa. Uno hace discos… A mí los artistas que me gustan no tengo idea de si votan a los republicanos, a los demócratas o si son unos salames políticos. Si por ser Sir Paul McCartney ya es de la aristocracia me importa un carajo. Me niego a que la simpatía o antipatía artística tenga que ver con a quién vota cada uno. Hay cosas básicas que hacen que uno tenga empatía con la gente o no», graficó.

Y agregó: «Acá hay una cuestión de ignorancia atrevida de todos lados, poniendo en el campo de batalla a todos. La gente dice cualquier cosa en cualquier momento, cosas muy a brocha gorda de cosas muy delicadas. Uno cree que sabe de todo. Yo no soy analista geopolítico, no tengo idea. Creo que las redes sociales son muy responsables de esto y un signo de la época, cualquiera dice cualquier cosa de temas que hay que tener cierto conocimiento. No puedo opinar de la cura del cáncer o de si un puente está bien o mal hecho, yo que sé. Hay un atropello a la razón, como decía Discépolo. Hay que tener cuidado con eso. Primero, no hay que tomarse en serio a las redes sociales ni a uno mismo. Si a duras penas puedo hacer canciones, ¿qué voy a salir a hacerle con el dedo a la gente que tiene que pensar?».