En 1982, Juan Carlos Baglietto publicó el emblemático álbum «Tiempos difíciles», un disco que marcó un antes y un después, convirtiéndose en el primer LP en la historia del rock argentino en ser certificado disco de oro. Canciones como «Mirta, de regreso», «Era en abril» o «La vida es una moneda» no paraban de sonar en las radios.
«‘Tiempos difíciles’ significó una vuelta de página absoluta entre lo que era y lo que empezaba a ser», recuerda Baglietto. «Empecé a ser otra persona. Empecé a conocer una cosa que desconocía, empecé a vivir de una manera distinta, porque empecé a vivir de casi un único trabajo que era la música, empecé a valorar este medio a partir de conocerlo, y empecé a conocerlo a partir de ‘Tiempos difíciles'».
Por su parte, Fito Páez, quien aportó sus teclados y cuatro composiciones propias más la colaboración en otras dos, recuerda que «fue todo una época hermosa, iniciática, en la cual Juan Carlos Baglietto fue una gran figura dentro de mi vida».
Y agrega: «Tengo un recuerdo maravilloso de toda esa época, le agradezco mucho a Juan el haberme convocado en esos años, porque también él me dio la posibilidad de poder iniciar esta vida extraordinaria de estar en contacto con las músicas y las palabras, y haber hecho una experiencia de vida con eso. Fue muy importante el loco, en el momento que toma la decisión de decir ‘bueno, traigamos a este flaco a tocar el piano'».
Páez menciona cómo surgió la idea del álbum. «Finalmente él decide armar una cosa que se llama Juan Carlos Baglietto y Sus Amigos», explica. «Y ahí estábamos todos, toda la gente que él quería o le interesaba. Es ahí donde se funda ‘Tiempos difíciles’, en esos conciertos en la Sala Lavardén, en el Café de la Flor, en el Café del Este en Rosario, donde Juan intenta una suerte de peña popular más moderna, diría, donde ser manejaban canciones tan disímiles como ‘Carta de un león a otro’ de Chico Novarro, alguna música de Silvio Rodríguez… ¿cómo era la que cantaba Juan que era divina?… la de la serpiente, era hermosa… (N. del R. ‘Sueño con serpientes’)».
«Yo había transitado y habíamos transitado muchos años y muchas historias antes de llegar a ese primer disco», agrega Baglietto. «No éramos el ‘Changuito Cañero’ que llegó con su guitarrita a Retiro… teníamos un alto grado de inocencia, de todos modos, pero veníamos de una realidad que era una ciudad grande y de muchos años de tocar, también. Entonces, en un sentido éramos absolutamente vírgenes y en otro teníamos una experiencia que, tal vez, fue la que nos permitió llegar al estudio y a tener, dentro de la confusión reinante, un mínimo hilo de claridad para hacer las cosas».