El cantante colombiano Juanes lanzó ayer su álbum «Origen», en el que toma canciones de la música folclórica de su país, de Carlos Gardel, Fito Páez y Juan Luis Guerra que influyeron en su formación musical cuando era un niño, y que está acompañado por un documental homónimo disponible en la plataforma Amazon Prime Video.
«Ese amor por la música que me inculcaron en casa, de mi hermano que era demasiado fan de Gardel, de Abel Visconti, de Los Chalchaleros, de Lucho Gatica, de Los Panchos y, en fin, de la música colombiana por supuesto. Eso hizo click en mí, resonó en mí, y fue cuando me conecté con la guitarra y el canto a través de esas canciones populares», relató Juanes en una entrevista con la agencia Télam sobre su primer acercamiento a la música.
El artista trabajó junto con el productor argentino Sebastián Krys y armó esta selección de canciones que incluye temas de figuras de la música folclórica centroamericana como Joe Arroyo, Julio Jaramillo, Familia André, Diomedes Díaz, Juan Luis Guerra y el mexicano Juan Gabriel.
De Argentina, Juanes toma «Volver» de Gardel, una leyenda en el Medellín en el que nació el artista, y le da aires «beatlescos». Luego hace una versión bien negra de «El amor después del amor» de Fito Páez.
Y la conversión de canciones rockeras a ritmos caribeños también incluye a «Todo hombre es una historia» de la banda metalera colombiana Kraken, «Could You Be Loved» de Bob Marley e «Y nos dieron las diez» de Joaquín Sabina.
En el documental, Juanes les pregunta a Páez, Guerra, Sabina y a Ziggy Marley qué significa el «Origen» para ellos y les hace escuchar sus versiones, para cruzar interesantes conceptos sobre la canción latina.
P: ¿Los orígenes que abordan el disco y el documental remiten a lo que escuchabas cuando eras muy niño, o cuando ya habías decidido inclinarte por la música?
Juanes: Bueno, en mi caso el origen va hacia la infancia, literal, y en este álbum es como ese recorrido de madurar hacia la infancia, recordar la esencia real de mi familia, de mi casa, de la música que escuchábamos. Obviamente, es todo alrededor de la música. Por eso Gardel es fundamental, Julio Jaramillo, Fito Páez más en la etapa de la adolescencia del rock en español, Juan Luis Guerra, Diomedes… me acompañaron a lo largo de todo el camino de la vida. Pero el origen va al principio, claro, a mis padres, ese amor por la música que me inculcaron en casa, de mi hermano.
P: ¿La decisión de incluir la canción de Joe Arroyo con qué etapa de tu vida tiene que ver? ¿También es un reconocimiento y un homenaje a la comunidad afroamericana de Colombia? La canción es una elegía contra la esclavitud.
J: De acuerdo. Hay un tema muy particular con Joe Arroyo, que lo conecto mucho con Fela Kuti de África. Joe Arroyo era un tipo muy talentoso, que trajo esa sonoridad africana a la salsa, pero además hacía letras que son bastante contestatarias y muy directas. «Oye men, no le pegue a la negra», esa frase lo dice todo. La esclavitud, la exclusión, tiene mucho que ver con hoy también. Le está hablando al capataz con el látigo en los campos de esclavos. En un país donde todavía no hemos podido aprender a reconocernos como lo que somos: un país campesino, agrícola, afro, de minorías y que ha generado mucho el caos que hoy tenemos. Ha sido mucha influencia para mí, yo generalmente en otros conciertos cantaba esta canción, «Rebelión», y hace 20 años grabé «La noche», porque siempre he encontrado atracción por la música de él, su voz, lo que él aportó me parece muy original. Igual que Diomedes Díaz, que ya viene más de la parte del vallenato, de una música muy hermosa y muy especial para nosotros en Colombia.
P: ¿Qué significa Diomedes Díaz para Colombia? ¿Te diste el lujo de cantar con alguno de ellos dos?
J: A los dos los conocí, son totales rockstars. Una vida muy al extremo, de hecho el final de Joe fue triste, el de Diomedes también, estuvo en la cárcel por un tiempo por un problema muy grave que tuvo. Yo de hecho fui a visitar a Diomedes a la cárcel hace, no sé, 15 años, estaba en la cárcel cuando fui a Valledupar y era impactante ver a este personaje ahí. Pero bueno, la música vallenata, sobre todo en la región de Medellín, siempre ha sido muy popular por alguna razón y desde muy pequeño la música de ellos era muy familiar. Llegó Carlos Vives y llevó el vallenato a un nivel mucho más masivo, mundial. Diomedes siempre significó mucho para mí por las canciones, las historias que cantaba desde que estaba en el colegio, la canción que grabé era la que cantaba siempre en las fiestas o con mis amigos, de toda guitarreada siempre sale una canción de Diomedes. Todo eso me marcó y hace parte en definitiva de lo que es el origen de mi vida y también de por qué en un momento decidí dedicarme a hacer música.
P: En tus shows de los últimos años volvías a tus raíces metaleras, tocando canciones de Metallica, riffs de Megadeth y acá eso lo personificaste en la canción de Kraken, que comentabas en el documental que era uno de los primeros shows que fuiste a ver.
J: Sí, definitivamente la influencia de Kraken, Elkin Ramírez y todos ellos en la banda en Medellín fue inmensa para mí, porque vivíamos en una época bastante compleja en la ciudad y el primer concierto de rock que yo fui, a como cinco cuadras de mi casa, fue Kraken. Tenía 13 o 14 años, había pintado con mis propias manos una camiseta de Judas Priest por semanas para ir al concierto, fue demasiado emocionante para mí. Fue un antes y un después haber visto a esos personajes, los veía como superhéroes y algo que me quería dedicar 100%. La influencia de Kraken, y sobre todo esta canción que hice en el álbum que se llama «Todo hombre es una historia», de alguna manera se conecta mucho con la realidad propia. Me gustó mucho poder irme a través de la cumbia y del son cubano para armar una versión personalizada de esta canción, como si le hubiera puesto el vestido de otro autor a mi medida.
Texto: Adrián Mouján / Télam