El secretario general del Sindicato Argentino de Técnicos Escénicos (SATE) Gerardo «Pati» Bacalini, manifestó que «la pandemia puso al descubierto la precarización laboral que venimos arrastrando en el sector desde hace 50 años».
El cese de los espectáculos en la Argentina por las medidas sanitarias para evitar la propagación del coronavirus afectó primeramente a quienes hacen posible montar un espectáculo: los plomos, técnicos montadores, productores técnicos, operadores de iluminación, sonido y video y encargados de escenario.
En una entrevista con la agencia Télam, el secretario general del SATE contó que hoy está necesitando alimentos el primer eslabón de trabajadores del oficio que es el personal de carga, descarga y montaje, «verdaderamente los primeros en llegar y los últimos en retirarse de los trabajos».
En respuesta a esa delicada situación Bacalini informó que pusieron en marcha «una campaña de ayuda voluntaria» con el objetivo «de asistir a nuestros compañeros que comienzan a padecer hambre. Esta acción se puede visualizar en nuestra página web www.sate.org.ar y en redes sociales».
Desde el SATE se indicó que «el diálogo está abierto con el gobierno nacional y los gobiernos provinciales a través de nuestras delegaciones desde donde hemos presentado los listados de nuestros afiliados para que puedan ingresar a la asistencia alimentaria».
Pero yendo un poco más allá de esta emergencia coyuntural, el gremialista puntualizó que «una particularidad importante es que el 82% de los técnicos escénicos trabaja en negro y se encuentran fuera de todo marco regulatorio, en situación de precarización laboral».
Aportando más cifras que dan cuenta del panorama de la actividad, indicó que «solamente un 17,8% trabaja bajo relación de dependencia y el 44,6% no cuenta con cobertura médica».
Por ello Bacalini sostuvo que «si bien sabemos que hoy las prioridades son otras, necesitamos la presencia del Estado para comenzar a delinear juntos las políticas necesarias para tratar temas de regulación, fiscalización, prevención y seguridad».
«Es necesario –abundó- que se regule nuestra actividad bajo los marcos legales correspondientes; esto implica trabajadores registrados en blanco, no como los actuales contratos basura, que son relaciones laborales encubiertas».