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Las ausencias históricas en los premios Grammy

15/02/2016 - Noticias
Las ausencias históricas en los premios Grammy

Esta noche se celebrará la entrega de los premios Grammy, los galardones musicales más famosos del mundo. Aunque lo otorga NARAS, siglas en inglés de la Academia de Ciencias y Artes de la Grabación de los Estados Unidos, con el paso de los años el hecho de ganar un Grammy se ha transformado en sinónimo de consagración a nivel mundial. Aunque muchos artistas consagrados nunca hayan recibido ninguno.

En general, los Grammy no premian el éxito comercial. Obedecen a un supuesto buen gusto o a un valor artístico que no siempre acompaña las revoluciones musicales. Todo empezó en 1958 como una suerte de antídoto contra el remolino cultural del rock and roll. Nunca se premió a Chuck Berry, Buddy Holly, Little Richard ni a Sam Cooke. Elvis Presley fue ignorado hasta que fue galardonado tres veces… pero por sus grabaciones religiosas.

Entre 1959 y 1965, la categoría de Grabación del Año recayó en canciones como «Volare» (Doménico Modugno), «Mack the Knife» (Bobby Darin), «Theme from A Summer Place» (Percy Faith), «Moon River» (Henry Mancini), «I Left My Heart in San Francisco» (Tony Bennett), «Days of Wine and Roses» (Henry Mancini) y «The Girl from Ipanema» (Astrud Gilberto y Stan Getz). En medio de la explosión del rock… nada de rock.

La Academia de Ciencias y Artes de la Grabación no tuvo más remedio que rendirse ante The Beatles, pero ignoró a The Who, The Byrds, The Kinks, The Doors, Jefferson Airplane, Janis Joplin y The Rolling Stones. La banda de Mick Jagger y Keith Richards recién consiguió un par de estatuillas en los años 90.

Como era de esperarse, un movimiento que pretendía oponerse al sistema como el punk fue completamente ignorado. Sus máximos referentes –Ramones y Sex Pistols– nunca recibieron un premio. Y The Clash lo consiguió quince años después de su separación. Bandas icónicas de la new wave como Talking Heads o The Pretenders no tuvieron mejor suerte.

Influyentes artistas como Jimi Hendrix, Curtis Mayfield, Sly Stone y Bob Marley tampoco pudieron levantar un Grammy. Y de Otis Redding se acordaron cuando estaba muerto, reconociendo su inolvidable «Sittin’ on the Dock of the Bay».

A pesar de incluir nuevas categorías, llegando a un total de 109, las injusticias continuaron. En 1988 se incluyó el apartado de Mejor Interpretación de Hard Rock y Heavy Metal. Estaban nominados Metallica, AC/DC, Iggy Pop, Jane’s Addiction y Jethro Tull. El cantante Ian Anderson se sorprendió por esta nominación, ya que ni él ni los críticos consideraban que la música de Jethro Tull perteneciera al género del heavy metal. Y la indignación fue aún mayor cuando ganó Jethro Tull. La banda publicó una publicidad en la revista Billboard con la imagen de una flauta (parte de su sonido característico) sobre unos postigos de hierro y la frase «¡La flauta es un instrumento de heavy metal!», con la palabra «metal» tachada.

A pesar de haber incluido categorías para premiar al hip-hop, reconocidos e influyentes artistas como Public Enemy, Tupac Shakur o Snoop Dogg nunca recibieron un Grammy.

Otro error histórico de la Academia no tuvo que ver con una omisión. En 1990, el premio Grammy fue otorgado al dúo Milli Vanilli. En noviembre de ese año, el productor Frank Farian confesó que las voces no correspondían a Rob Pilatus y Fabrice Morvan, por lo que el dúo debió devolver el Grammy.

Parece mentira pensar que la Academia haya ignorado a Creedence Clearwater Revival, Queen, Led Zeppelin, ABBA, Kiss, Guns N’ Roses, Depeche Mode, Patti Smith, Morrissey y Oasis.