Como una experiencia distinta y una forma de recordar sus más de 30 años con la música, el pianista, arreglador y compositor Lito Vitale desarrollará su espectáculo este viernes 4 de septiembre, desde las 20, en el mítico Teatro Colón de la ciudad de Buenos Aires.
Vitale repasará las más importantes experiencias musicales que vivió desde 1983, año en que se recuperó la democracia en el país y en que se disolvió el grupo independiente y «espacio de resistencia cultural» M.I.A (Músicos Independientes Argentinos), que él integraba.
En una muy distendida charla en su estudio de la calle Estados Unidos, en el corazón del barrio porteño de San Telmo, Vitale contó que «hacer el teatro Colón no es algo de todos los días, por que había que prepararlo bien y mis reuniones comenzaron con García Caffi, luego él se fue y las seguí con (Darío) Lopérfido y aquí estamos».
«Lo tomo como un compromiso mayor. No es un concierto cualquiera -agregó Lito-, más pensando en el sonido que tiene que estar muy cuidado para que no sature y lo eléctrico no tiene que ser un castigo, por lo tanto estoy trabajando mucho en eso, para que todo salga bien».
Esa noche se darán cita muchos de los músicos que compartieron camino con el artista, como Manolo Juárez, Bernardo Baraj, Lucho González, Marcelo Torres, Cristian Judurcha, Pedro Aznar, Luis Salinas y Juan Carlos Baglietto. Con ellos repasará las obras más representativas de cada una de sus formaciones y proyectos.
Vitale también aprovechará la ocasión para estrenar «Alma Mater», obra musical en tres movimientos dedicada a su padre Donvi, fallecido a finales de 2012.
En relación a esta inédita obra, el músico contó que «es una obra dedicada a mi viejo. Le puse así y es de tres movimientos porque luego de que él partiera de lo terrenal, en cada presentación yo lo ponía como en la coordinación general. Luego cuando comencé a componer la obra pensé en él como el alma máter de todo esto, era un tipo que le gustaba escribir, producir, sabía mucho de música, en fin, le quise dedicar esto porque nunca se detuvo, sólo cuando el corazón le dijo basta».
«Hay momentos bien marcados en mi carrera. Una parte que fue lo instrumental, hasta que en 2003 me uno a Juan (Baglietto) y comienzo a darle forma a un repertorio cantado, pero sin dejar lo otro; en los dos lugares me siento cómodo y seguro», concluyó el músico.