Luceros el Ojo Daltónico presenta «El arca», el segundo adelanto de lo que será su EP digital «La desobediencia», que verá la luz en el año 2020. Este nuevo single denota un sonido netamente rockero y hasta roza una impronta tan visceral como sentimental.
Luceros El Ojo Daltónico es una banda formada en 2002 en la ciudad de Bahía Blanca por Ignacio Boyo (voz), Danny Gallardo (guitarras), Rodrigo Glaría (guitarras), Juan Arcuri (bajo) y Sebastián Lamoth (batería).
En lo que va de su trayectoria, la banda cuenta con cuatro producciones independientes en las que, con un sonido propio y letras que abordan temáticas urbanas, crean una gran conexión con el público.
Escuchá «El arca» en las plataformas digitales
Próximas fechas
- Sábado 9 de noviembre: Bahía Blanca – Estadio Casanova (Club Estudiantes)
- Viernes 6 de diciembre: Buenos Aires – Rockin Music Bar (Palermo)
- Sábado 7 de diciembre: Buenos Aires – Rockin Music Bar (Palermo)
«El arca»
Que no se acabe el fútbol los domingos.
Que no se acaben mi sangre y los vampiros.
Que no se acaben las abuelas que consienten,
pero tampoco los nietos que aprovechan.
Que no se acabe el vino en la parroquia,
los monaguillos, los sermones de dos horas.
Que no se acaben mis ganas de matarme.
Guardarme en un bolsillo con un cierre y mil candados.
Que sigan existiendo serpientes y venenos.
Que no se acabe el cine de terror.
Si soy un perdedor, voy a disimular.
Me gusta Polansky más de lo que te imaginás.
Que no se acabe la presión hasta las nubes.
Que haya canciones que nadie las escuche.
Que sigan existiendo las infidelidades.
Los chicos me lloran, formados y arrogantes.
Que no se acabe la penicilina,
pero tampoco el cáncer.
Que no se acabe el mundo en un instante;
que nos avisen, así nos preparamos.
Que no se acaben los tartamudos.
Que mis tropiezos no sean muchos.
Que sigan existiendo las drogas blandas,
la Coca Cola y la gente chiflada.
Que no se acaben las injusticias,
así protesto y no me aburro.
Que no se acabe el mundo en un instante;
que nos avisen, así nos preparamos.
Que vengan los cuervos,
mi cuerpo, mi esqueleto, mi alma errante,
cansada de tanta cruz y cara.
Que se vengan los sueños, valientes y cobardes,
todo el tiempo perdido,
los años que me faltan.
Maldita semilla que plantan los que mandan:
no es lo mismo ser rico, ser pobre o ser un paria.
Que se vengan, que suban, que tomen todo lo que les quitaron.
Si ayuda, mi pluma no hace tratos.
¡Que se venga la muerte! ¡Por fin nos encontramos!
Condenaste mi herida, robaste lo que amaba:
siete perros, mi infancia, mi madre, mis abuelos,
los hermanos perdidos,
las brujas que quemamos… ¡Que se vengan! ¡Que se vengan!
De todo lo hablado me llevo lo que callo.
Sin embargo, mi vida, soy mono y ser humano.
Cuando tengas la dicha de haber perdido todo,
yo te espero sonriendo, acá y del otro lado. ¡Que se vengan! ¡Que se vengan!