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Machi Rufino: «Todas las músicas son difíciles de tocar en su punto bueno»

27/07/2019 - Especiales
Machi Rufino: «Todas las músicas son difíciles de tocar en su punto bueno»

Machi Rufino, quien fuera bajista de Pappo’s Blues, Invisible y Tantor, entre otras bandas, asegura que «no quería laburar de prócer». Para mantener viva la llama creativa integra desde 2005 un trío junto a Lito Epumer y Cristian Judurcha.

«Yo no soy un bajista que devino en bajista después de ser guitarrista», explica sobre el instrumento que lo ha acompañado por más de cinco décadas. «Yo empecé tocando el bajo. En una época era como mandarte al arco, era el rol más intrascendente».

Pero aclara: «Bueno, en mi caso no fue así, yo empecé a tocar el bajo y no toqué nunca la guitarra. Fue un casamiento arreglado, donde yo no intervine sino que aparecí tocando el bajo y después, como pasa también en los casamientos arreglados, se terminan tomando cariño. Fue un poco así».

Si bien fueron los Beatles quienes encendieron la chispa, la música estuve siempre presente en el hogar de los Rufino. «El ambiente musical estaba en mi casa porque mi viejo tocaba el violín, así que yo crecí con eso y el primer vínculo que tuve con la música fue cantar», cuenta. «Yo cantaba cuando tenía tres o cuatro años, era el clásico chico que subían a la mesa en las reuniones familiares».

Entre 1963 y 1967, Rufino hizo la carrera militar como electricista en la Marina, integrando las tripulaciones del portaaviones Independencia, los buques Comodoro Laserre, el balizador ARA Ushuaia, el aviso ARA Comandante General Zapiola y la fragata ARA Libertad. «Como en mi caso había visto muchas películas de posguerra con John Wayne y no había televisión, o al menos yo no la tenía, de alguna manera fue eso de ‘enrólese en la Marina y conozca el mundo'», recuerda.

Sin embargo, su amor por la música fue más fuerte. «Ya estaban los Beatles y eso fue sin duda lo que a mí más me impulsó a abrazar la música por encima de otras cosas», explica. «Me acuerdo que vi el ‘Show de Ed Sullivan’ justamente en la casa de un compañero de la Marina que vivía en Zárate y directamente ahí sentí que había abandonado la carrera. De alguna forma la música en los 60 era la cédula de identidad del joven… si vos tenías menos de 20 años la música era lo tuyo, y si no, estabas viviendo en un táper».

Tras pasar por algunas bandas del incipiente rock argentino como The Wild Angels, Sociedad Anónima (con Héctor Starc y Black Amaya) y The Walkers, en 1972 Pappo lo convocó para integrar Pappo’s Blues. «Cuando ingreso a Pappo’s Blues fue entrar al rock argentino por la puerta grande», reconoce. «Si yo no hubiera tocado con Pappo nunca habría tocado luego con (Luis Alberto) Spinetta, porque se lo pregunté a Spinetta una vez. Es un orgullo haber tocado con Pappo, haber vivido esa etapa con él y además agradecerle eternamente que me puso arriba de un escenario y a partir de ahí comenzó mi carrera en el rock. Así que para él siempre el mejor recuerdo».

«Para mí el mejor disco de Invisible es el primero», define sobre la discografía de una de las «bandas eternas» de Spinetta. «¿Por qué? Porque el primer disco retrata lo que era realmente Invisible en ese momento. Me acuerdo perfectamente que estábamos en la quinta y cuando tocábamos un tema como ‘Irregular’ terminábamos de tocar y nos mirábamos como diciendo ‘¿qué estamos tocando? ¿Qué es esta música?’. Y si vos das un vistazo a lo que se hacía en Buenos Aires en ese momento, yo no digo que estábamos adelante, estábamos en otra cosa, hacíamos una música que no tenía nada que ver».

Luego de una década sin tocar, en 2005 formó el power trío con Lito Epumer y Cristian Judurcha. «Yo estuve muchos años, casi diez, sin tocar. Después volví de a poco, y cuando volví sabía que yo justamente no quería laburar de prócer, entonces justo aparece la propuesta con Lito Epumer y Cristian Judurcha. Y yo sabía que para tocar esa música, que básicamente es la música que compone Lito Epumer, tenía que hacer los deberes. ¡Y cómo!, porque no es música fácil. Eso no quita que un día, por equis razón y porque tengo pleno derecho de hacerlo, toque algún tema de los que yo grabé. Todos los artistas hacen eso».

«Todas las músicas son difíciles de tocar en su punto bueno», reconoce. «El que diga ‘bueno, tocar un blues es fácil porque son 12 compases y tres acordes’, está loco directamente, no tiene idea de lo que es la música. A mí me gusta todo tipo de música. Es más lo que me gusta que lo que no me gusta. Casi te diría que lo veo como un don. A lo que no adhiero nunca es a los tipos que dicen ‘yo solamente toco esto’… bueno, lo lamento mucho por vos. O el que te dice ‘yo solamente escucho esta música’… bueno, ¿qué querés que te diga? Lo lamento tanto…».