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Manuel Wirzt: «Si me das a elegir, yo me quedo con mi guitarra»

30/03/2019 - Especiales
Manuel Wirzt: «Si me das a elegir, yo me quedo con mi guitarra»

Manuel Wirzt nació en la ciudad de San Nicolás el 26 de marzo de 1963. Cantante, compositor, músico, actor, mimo, mago, director teatral y conductor de televisión, es difícil clasificarlo en un solo ámbito artístico. Sin embargo, reconoce que «si me das a elegir yo me quedo con mi guitarra».

«Si me das a elegir, por supuesto que me quedo con todo lo que tenga que ver con la música», confiesa. «Es algo muy importante para mí. Es un modo de expresión muy significativo en mi vida. Es como que no podría vivir sin la música… no concibo la vida sin la música. Como creo que cualquiera de las personas que esté escuchando en este momento sabe que si no escucha música se muere, bueno, a mí me pasa eso. Y a través de la música puedo expresarme y contar esas historias que tengo ganas de contar. Por supuesto que todo lo otro me da muchas satisfacciones, y me encanta y me da placer, pero si me das a elegir yo me quedo con mi guitarra».

Wirzt se muestra siempre activo, porque «soy un convencido de que es la mejor manera de que acá no te velen, porque si te dormís te velan, en este país es así». Y agrega: «Yo intento seguir trabajando y buscando maneras… sigo buscando las canciones, que sean buenas canciones, que sean buenas historias, que la gente las tome como suyas y a partir de ese momento yo ocupe un lugar en la vida de esas personas. Soy un un convencido de que hay que laburar, hay que trabajar, hay que seguir adelante apostando a lo que uno siente que es lo mejor».

Sobre sus fans, Wirzt dice: «Por suerte y gracias a Dios hay mucha gente que me sigue, pero siempre dentro de ese grupo hay personas que se destacan por el tipo de cosas que hacen por uno, o en nombre de uno, por actos solidarios o formar parte de cosas solidarias, en mi nombre o también aquellas que me persiguen -en el buen sentido de la palabra y a mí me da mucho placer-, que me acompañan por todos lados donde voy a tocar al interior del país, se alquilan una combi, un micro o se toman un remis o se suben a un colectivo y me acompañan, y van a verme en grupo. Eso para mí es… qué se yo… mágico».

El artista recuerda sus primeros pasos en la música, de la mano del folklore con Los Cuatro del Paraná: «Fue un espacio que yo tuve a través del cual me encontré cantando y tocando la guitarra», cuenta. «Éramos cuatro compañeros de la primaria, con poncho rojo y cantando en toda fiesta o peña que se presentara en la ciudad de San Nicolás. Fue un momento lindo de mi infancia o preadolescencia y ahí fue… qué se yo, después empezó a crecer el pelo, empezaron a crecer las ideas, los sueños y las ilusiones, empecé con el rock y todo eso, pero fue mi primera banda con tipos que hacíamos música y cantábamos canciones».

«Yo me considero un contador de historias, por lo tanto para mí las canciones son historias, son cuentitos… esos cuentitos que uno necesita a veces escuchar antes de ir a dormir, o en algún momento del día cuento sentís que te falta algo o tenés ganas de estar acompañado», reconoce.

«Trato de conmover a las personas y trato de llevar un buen momento y generar una ilusión, porque en el fondo somos fabricantes de ilusiones», añade. «Si una canción te ilusionó, seguramente esa ilusión va a generar un pensamiento en vos, y por ahí ese pensamiento es tan fuerte que modifica una actitud, y si esa actitud funciona podés cambiar algunas cosas en tu vida. No sé si una canción puede cambiar el mundo, pero sí puede cambiarte la manera de ver algunas cosas y a partir de ahí podés llegar a modificar el mundo, o algunas cosas que querés cambiar el mundo, así que yo hago eso, trato de hacer canciones… simples historias que puedan conmover o ilusionar a los demás. Como yo me emociono y me ilusiono con los artistas de los que aprendo permanentemente».