El cantante Johnny Clegg, una leyenda de la música en Sudáfrica, ha muerto hoy martes a los 66 años tras una larga batalla contra un cáncer de páncreas que le había sido diagnosticado en 2015, informó su representante Roddy Guinn.
Clegg falleció en su casa junto a su familia en Johannesburgo, precisó Guinn en un comunicado. «Johnny deja huellas profundas en los corazones de todas las personas que se consideran africanas. Nos mostró lo que era asimilar y abrazar otras culturas sin perder su identidad», subrayó el representante.
Guinn recordó que Clegg fue «un antropólogo que usaba su música para hablar con cada persona». «Con su estilo único de música», agregó, «atravesó las barreras culturales como pocos otros. En muchos de nosotros despertó la conciencia».
Clegg había nacido el 7 de junio de 1953 en la ciudad británica de Bacup, pero a la edad de 6 años se trasladó a Johannesburgo con su madre rodesia, que se había divorciado de su padre inglés. Durante su adolescencia se mezcló con trabajadores zulúes, el mayor grupo étnico de Sudáfrica, lo que lo sumergió en su cultura y música. Conocido como el Zulú blanco, el artista actuó con músicos negros durante el régimen de segregación del apartheid, lo que le valió ser detenido por la policía.
Capitaneó dos bandas multirraciales, Juluka y Savuka, y también tuvo una brillante carrera en solitario plagada de conciertos internacionales con discos como «Cruel, Crazy, Beautiful World». En 1999, Clegg llegó a bailar sobre el escenario con el entonces presidente sudafricano y gran héroe de la lucha contra el apartheid, Nelson Mandela, a quien le dedicó una canción reivindicativa de Savuka titulada «Asimbonanga».
Una de sus canciones más conocidas, «Scatterlings of Africa», entró en el chart británico y formó parte de la banda sonora de la película «Rain Man» (1988), ganadora de cuatro Oscars de la Academia de Hollywood.
Clegg, que estudio antropología y combinó esos conocimientos con la música, también impartió clase en la universidades sudafricanas de Witwatersrand y Natal. Entre otros reconocimientos, fue galardonado en 2012 con la Orden de Ikhamanga del Gobierno sudafricano, que premia la excelencia en las artes; y en 2015 recibió en el Reino Unido la distinción de Oficial de la Orden del Imperio Británico.
En una entrevista en 2017, el cantante habló con resignación de la enfermedad que, a la postre, le ha quitado la vida: «Lidio con otro mundo paralelo en el que trabajo con mi diagnosis. El cáncer de páncreas es letal. No hay salida», señaló.