Cynthia Weil, la compositora que escribió decenas de éxitos pop junto a su esposo Barry Mann, murió ayer jueves a los 82 años.
Su hija, Jenn Mann, confirmó la noticia al portal TMZ. «Mi madre, Cynthia Weil, fue la mejor madre, abuela y esposa que nuestra familia podría pedir», dijo. «Ella era mi mejor amiga, confidente y mi compañera en todo y una ídolo y pionera para las mujeres en la música».
Barry Mann agregó: «Soy un hombre afortunado. Tenía dos por uno, mi esposa y una de las mejores compositoras del mundo, mi alma e inspiración».
Weil, que nació y se crió en Brooklyn, se formó primero como actriz y bailarina antes de dedicarse a la composición de canciones. Ella y Mann, también oriundo de Nueva York, se casaron en 1961, y la pareja se convirtió rápidamente en uno de los dúos de compositores más destacados que trabajaron en el famoso Brill Building. Juntos escribieron éxitos como «You’ve Lost That Lovin’ Feeling», «On Broadway», «Make Your Own Kind of Music», “Walking in the Rain», «You’re My Soul and Inspiration» y «Here You Come Again», entre docenas de otras canciones.
Sus canciones fueron grabadas por Righteous Brothers, Cass Elliot, The Crystals, The Animals, Elvis Presley, Dusty Springfield, Dolly Parton, The Monkees y Chaka Khan, entre otros.
«Trabajamos sin parar», dijo Weil a Songwriter Universe en 2006. «Escribimos y grabamos demos, seis días a la semana, durante un período de tres años. Parecía que los únicos amigos que teníamos eran [Gerry] Goffin y [Carole] King porque eran las únicas personas que conocíamos que tenían el mismo horario que nosotros».
Weil y Mann fueron incluidos en el Salón de la Fama de los Compositores en 1987; en 2010 recibieron el premio Ahmet Ertegun del Salón de la Fama del Rock & Roll, lo que convirtió a Weil en la primera mujer en recibir ese honor.
«Sabés, no sé de dónde viene», dijo Weil sobre su composición en una entrevista con el periodista Gary James. «Cuando escribimos, no pensamos en términos de éxitos. Pensamos en términos de canciones y buenas canciones que nos hacen sentir bien al escribir. Si resultan ser éxitos, eso es genial. Al principio, cuando estábamos con toda la música cuando éramos niños en Nueva York en los años 60, había una gran camaradería y una gran competencia allí, así que era mucho más que pensar en éxitos y había más que vivir tu vida por el éxito en los charts».