Omar Moreno Palacios, uno de los máximos referentes de la canción folclórica surera, murió anoche a los 82 años tras permanecer varios meses internados por una encefalitis, según anunció su hija Rocío a través de un mensaje en las redes sociales.
«No puedo elegir bien las palabras en este momento. Hablo, escribo y todavía no lo creo», lamentó la hija en el texto en el que precisó que el deceso se produjo cerca de la medianoche e invitó a participar del velorio, que se llevará a cabo entre las 13 y las 15 de hoy, en Cerrito 1990, en la localidad bonaerense de Temperley, en donde residía desde hacía varios años.
En tal sentido, remarcó que «él no quería nada. Ni despidos, ni llantos, ni que lo estén mirando, solo quería estar escuchando milongas» y añadió que «todo aquel que quiera y pueda pasar a lo que quiera, despedirse, llorar, hablar, pasar o tocarse un tema, será bienvenido».
Con una larga trayectoria, que incluye la creación de clásicos como «Sencillito y de alpargatas», aclamada en festivales europeos y considerada una especie de himno del folclore característico del sur bonaerense, Moreno Palacios se posicionó como uno de los referentes indiscutidos de este estilo, junto a otros grandes como José Larralde y Argentino Luna.
Pero además tuvo una ardua labor como difusor de ese estilo a través de diversos programas radiales, como el caso del legendario ciclo «La Posta», que pasó por varias emisoras hasta que en 2017 recaló en Radio Nacional.
Nacido en Chascomús, «El Gaucho», como se lo conocía popularmente, tuvo un temprano debut en la música, a los ocho años, y mantuvo una intensa actividad en la región hasta los 18 años, cuando se radicó en Uruguay, tierra natal de sus abuelos.
Allí tuvo su primera gran exposición en los medios a partir de su participación en la popular Radio Carve, en donde se codeó con figuras como Sabina Olmos y Charlo, y en Radio El Espectador, en donde trabajaba como locutor un joven Alfredo Zitarrosa.
En la década del 60 regresó a la Argentina e inició una notable carrera con actuaciones en los principales escenarios del país, junto a figuras como Los Chalchaleros, Los Hermanos Ábalos, Raúl Barboza y Julia Elena Dávalos, entre otras.
En ese contexto, comenzaron a sonar sus obras más reconocidas entre las que destacan «La paloma indiana», «Huella sin huella», «Provincia de Buenos Aires», «Te dije la verdad», «Trovador surero» y «Buen rumbo», entre tantas.
Pero la labor artística de Moreno Palacios no se limitó a la música, debido a que también tuvo intervenciones actorales en teatro, en donde actuó en una adaptación de la obra «Joven, viuda y estanciera»; y en televisión, siendo las más recordadas sus apariciones en programas que tenían a Luis Landriscina como protagonista.
El artista también encontró en la radio el gran sitio para difundir la música tradicional en diversos ciclos y, en la década del 90, comenzó a participar con asiduidad de distintos festivales europeos, en donde llamó la atención su particular estilo.
Más allá de su incansable labor para llevar la música autóctona a escenarios de todo el mundo, tal vez sean las palabras que le dedicó su colega Horacio Guarany las que mejor grafiquen el arte de «El Gaucho» Omar Moreno Palacios.
«Cuando lo escuchaba, en el exilio, yo sentía que regresaba a mi patria. En la lejana Europa, Omar Moreno Palacios nos congregaba a los argentinos nostalgiosos. Cada vez que teníamos sed de pampa y de nuestra tierra. ¡Ah, las veces que hemos reído y llorado escuchando sus canciones y sus relatos lejos de la patria!», lo definió el recordado autor de «Si se calla el cantor».
Fuente y foto: Télam