Menú

Murió Lee «Scratch» Perry, la leyenda jamaiquina del dub y el reggae

29/08/2021 - Noticias
Murió Lee «Scratch» Perry, la leyenda jamaiquina del dub y el reggae

El músico y productor Lee «Scratch» Perry, una de las leyendas del reggae y el dub, murió hoy en un hospital de la ciudad de Lucea, en Jamaica, a los 85 años de edad.

«Ha trabajado y producido para varios artistas, incluidos Bob Marley & The Wailers, The Congos, Adrian Sherwood, The Beastie Boys y muchos otros. Sin lugar a dudas, Lee ‘Scratch’ Perry será siempre recordado por su excelente contribución a la fraternidad musical. Que su alma descanse en paz», escribió en redes sociales el primer ministro de Jamaica, Andrew Holness, al confirmar la noticia sobre su muerte.

Nacido como Rainford Hugh Perry en 1936, su carrera duró siete décadas, inspirando mods, punks, rude boys y skinheads a lo largo del tiempo. «Kiss Me Neck» de Jeremy Collingwood, un compendio de todos los discos producidos en el legendario Black Ark Studio de Perry, tiene más de 300 páginas.

El músico, productor y técnico de sonido es considerado como uno de los iniciadores del reggae por «Long Shot», una canción que compuso a finales de los 60 para el grupo The Pioneers considerada como la primera dentro del género.

También contribuyó, en la década del 70, a la génesis del dub como productor a partir de sus mezclas experimentales que incluían el uso exagerado de efectos sonoros como el delay y otras técnicas que había tomado de ‘soundsystems’ jamaiquinos como Clement Coxsone Dodds, para quien trabajó como mezclador de sonido en los 50 para su sello Studio One.

Luego de unos años con el legendario Dodds, Perry cambió de aire y trabajó para Amalgamated Records, pero la experiencia no resultó del todo exitosa para su economía, siempre atravesada por la pobreza estructural que lo acompañaba desde la infancia, y resolvió crear su propio sello en 1968 para comercializar y distribuir la música que producía y también sus propios discos.

Así comenzó su discografía junto a The Upsetters, el nombre de su sello discográfico y también el de su banda de estudio, con la que registró algunos de los discos más importantes y fundacionales del reggae y el dub jamaiquino.

Con el montaje de un estudio en el patio de su casa bautizado como Black Ark y que en 1981 terminaría por prender fuego en un arrebato de ira, Perry inauguraba una nueva etapa dentro de su extensa carrera tras el primer impulso que había tenido Upsetters Records, con el que había logrado firmar un contrato de distribución con el sello inglés Trojan Records, clave para la exportación y la difusión de sus primeros seis discos.

Al frente del Black Ark Studios, centro de la efervescencia creativa del reggae y el dub de la isla, Perry siguió escribiendo su historia como leyenda con una extensa carrera que incluye trabajos con Bob Marley & The Wailers, Junior Byles, Jacob Miller, The Heptones, The Congos, Max Romeo o Junior Delgado, que pasaron por su estudio de grabación, al igual que otros artistas que requirieron sus servicios como The Clash y Beastie Boys, fanáticos declarados de su obra.

Según cuenta la historia, The Wailers acabaría por dejar el sello en 1973 para firmar con Island Records, en un movimiento que también incluiría el cambio de bando de Aston Barrett y su hermano Carlton Barrett, que dejarían de formar parte de las filas de The Upsetters para sumarse al grupo que más tarde acompañaría al legendario Bob Marley.

«El Black Ark era demasiado negro y demasiado terrorífico. Aunque también yo soy negro, tuve que destruirlo para salvar mi cerebro. Era demasiado negro, quería devorarme», explicó alguna vez sobre el mencionado incendió que le costaría tres días de cárcel y un largo tiempo en el exilio.

Durante esa etapa posterior, marcada por algunos años de silencio discográfico, Perry comenzó a realizar presentaciones y grabó «Battle of Armagideon (Millonaire Liquidator)», en 1986, álbum que marcó su regreso.

Retomó el trabajo en el estudio y su obra recobró fuerza cuando se encontró con Neil Fraser, conocido artísticamente como Mad Professor, el destacado productor que acabó por ser su mejor discípulo y otra pieza clave en el desarrollo del dub.

En aquellos años, empezó a vincularse con productores como Adrian Sherwood, su ladero creativo en el aclamados «Time Boom X De Devil Dead» y «From the Secret Laboratory» y siguió recorriendo algunas de las ciudades más importantes de Europa por donde se propagaba su música y su prestigio.

En 1989, se instaló en Suiza con entonces novia y última mujer Mireille Ruegg, quien tomaría las riendas de su carrera y lo convertiría en padre dos hijos, Gabriel y Shiva

Como intérprete, en el 2003, conquistó un Grammy al mejor álbum de reggae por «Jamaican ET».

Años más tardes de aquél siniestro episodio en Kingston, el productor volvió a montar un nuevo estudio en Suiza, pero la historia volvería a repetirse una vez más: el director Volker Schaner, que pasó más de 15 años filmando a The Upsetters, registró la construcción y la destrucción de su «laboratorio secreto» por el fuego en 2015 para el documental «Vision of Paradise».

Sin él, los géneros rock, reggae, dance y hip-hop sonarían diferentes a como lo hacen ahora, tal vez ni siquiera existirían en absoluto. «Fue el sonido de Lee Perry y los toasters jamaiquinos lo que nos inspiró a comenzar con el hip-hop», dijo una vez el pionero del hip-hop Afrika Bambaataa.

Alguna vez, el guitarrista de Los Rolling Stones, Keith Richards, lo definió como «el Salvador Dalí de la música» y añadió: «Es un misterio. El mundo es su instrumento. Sólo tienes que escuchar. Más que un productor, sabe inspirar el alma del artista. Al igual que Phil Spector, tiene el don de no solo escuchar sonidos que no provienen de ningún otro lugar, sino también de traducir esos sonidos a los músicos. Scratch es un chamán».