El pasado 15 de enero se cumplieron 50 años del lanzamiento del álbum debut de Almendra, uno de los discos seminales del rock argentino y uno de los más influyentes del género. Rodolfo García, baterista del cuarteto que completaban Luis Alberto Spinetta (guitarra y primera voz), Edelmiro Molinari (primera guitarra) y Emilio del Guercio (bajo y coros), recuerda el nacimiento del grupo y cómo surgieron algunas canciones que se han convertido en verdaderos clásicos.
«Nosotros veníamos de tocar en diferentes grupos, éramos del límite entre Belgrano y Núñez, tocábamos en dos grupos distintos», cuenta sobre sus inicios en la música. «En un punto decidimos disolver estos dos grupos, y en el momento en que estábamos empezando a planear el comienzo de los ensayos y demás, a mí me toca el Servicio Militar, me mandan muy lejos de Buenos Aires. Le planteo a mis compañeros que tendrán que buscar otro baterista, porque yo por un año no iba a estar en Buenos Aires, y ellos, ante mi sorpresa, me dicen que no, que prefieren esperarme. No es que se dilató la grabación del disco, sino que ni siquiera habíamos empezado a ensayar los primeros temas. Eso recién lo pudimos hacer un año después, es decir en marzo de 1968».
García menciona a «Color humano» como «el tema que más sintetiza lo que proponíamos como grupo». Y agrega: «Cuando elegimos los temas para ese primer disco teníamos muchos, estábamos tocando muchos más temas, pero quisimos mostrar un abanico muy grande. De un tema rockero como ‘Ana no duerme’, un tema más en la onda folk como ‘Muchacha’, un tema muy sutil como puede ser ‘Figuración’ y demás… queríamos mostrar el abanico que nosotros pretendíamos abarcar. Y si todo eso lo tuviésemos que sintetizar en un tema, yo diría que sería ‘A estos hombres tristes'».
También analiza el posible origen de «Fermín», una de las siete composiciones de Spinetta. «La cosa tiene que ver con la locura, con gente con dificultades, o lo que sea, (él) lo veía desde otro lugar», indica. «De alguna manera lo revalorizaba. Había un chico con condiciones así, no Fermín, pero algo parecido, que vivía justo enfrente de su casa y estaba siempre asomado a la ventana… le decía cosas a la gente que pasaba… no cosas agresivas, saludos que a él se le ocurrían, que por ahí no era lo ‘normal’, no era la forma de saludar de la gente ‘normal’. El chico este tenía una cosa así de alegría. Todo lo que decía, lo decía con una sonrisa. Muchas veces el Flaco se cruzaba y jugaba con él, hablaba con él. A mí me parece que la punta por la cual surge ese tema es esa revalorización que hacía el Flaco de la gente así, que otras personas por ahí rechazaban o consideraban más bajo que lo normal. Él hacía todo lo contrario, y la historia de Fermín es un poco eso».
“Laura va”, con cuerdas, bronces, bandoneón y un clima inspirado en “She’s Leaving Home” de los Beatles, es el tema que cierra el álbum. «Cuando decidimos incluir ‘Laura va’, que de entrada nos pareció un tema fantástico, a diferencia de los otros trabajos que hicimos, a (el arreglador Rodolfo) Alchourrón le dijimos ‘mirá, este es un tema para que toques, para que arregles y le pongas lo que vos quieras, hacé de cuenta que es un tema tuyo, poné todo lo que quieras poner que para nosotros va a estar bien'», cuenta García.
«Era como un desafío también para él», desliza. «Así que en el interín tuvimos sólo una reunión con él, en su casa. Él solía hacer los arreglos ayudándose con un viejo armonio, de esos a pedal, y dijo ‘yo les voy a indicar por donde estoy yendo con los arreglos, un poco para que me digan si voy por un camino adecuado o si les parece que no… si les parece que no arranco para otro lado, pero quiero que me digan para tener una idea'», recuerda García.
«Nos enseñó algunas de las cosas que estaba escribiendo, pero muy básico, con muy poco detalle», explica. «Y nos pareció bueno, le dijimos que siga para adelante, que estaba todo bien. Así que el día que el tema finalmente se graba, no sabíamos qué había escrito. Se citó a los músicos en el estudio… ni los músicos sabían qué era lo que iban a tocar. Así que vinieron los músicos, se ubicaron, colocaron sus atriles y llegó Alchourrón con un carpetón lleno de partituras, empezó a repartirlas. Estábamos con una ansiedad, igual que todos».
García recuerda las palabras de Alchourrón: «No sé si les va a gustar o no lo que escribí… si no les gusta hacemos una toma y me dicen qué cosas no, y si no les gusta nada no les gusta nada y vuelvo a escribir, no tengo ningún problema». El baterista menciona que en ese momento «empezó a sonar esa orquesta de formación tan extraña, porque había mezclado un bandoneón con un arpa, con una trompeta… y cuando empezó a sonar eso nos pareció directamente celestial. Nos pareció una cosa extraordinaria y bueno, es el día de hoy que es muy difícil en una grabación de música popular de hoy ese nivel de arreglos, y eso es mérito exclusivo de Rodolfo Alchourrón», reconoce.
«‘Muchacha (Ojos de papel)», la canción más popular del LP, es otra composición de Spinetta. «Un impacto similar al que produjo en la gente se produjo en nosotros», destaca García. «Almendra tenía como una superproducción de temas, por eso muchos temas quedaron sin siquiera ser grabados. Un día el Flaco dice ‘muchachos, estuve componiendo un tema que se los quiero hacer escuchar’. Agarró la guitarra y empezó a pasar, y nos pareció un tema tan hermoso, tan pegador de entrada, dijimos ‘qué lindo tema, qué bueno, por qué no lo tocás de nuevo'».
«Estaba así como quedó en el disco, inclusive esa introducción de guitarra ya estaba, no es algo que se creó después», indica García. «Empezó a tocar el tema y cuando vino la parte del estribillo ‘y no hables más muchacha, corazón de tiza’, empezamos a improvisar las voces ahí, y ya nos encantó como sonaba así. Y nosotros, que éramos muy propensos a meterle mano a los temas… con los arreglos, metamos esto, acá metamos tal efecto, acá cambiemos de ritmo, ese tipo de cosas que eran muy de la época, respecto de ‘Muchacha’ hubo una coincidencia absoluta en decir ‘a este tema no le hagamos nada, este tema tiene que ser así… no le agreguemos ni batería, ni guitarras eléctricas, ni bajo, ni nada’. Guitarra, voz y coros… nada más. Y empezamos a trabajarlo en ese sentido, que es el único tema de todo el repertorio de Almendra al que le dimos ese tratamiento».