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Se cumplen 40 años de la fundación de U2

25/09/2016 - Retro
Se cumplen 40 años de la fundación de U2

Hace cuatro décadas, un estudiante de 14 años llamado Larry Mullen Jr. pegó un cartel en la Mount Temple Comprehensive School de Dublín, Irlanda, que decía «baterista busca músicos para formar una banda». Ahí surgió un cuarteto que con el tiempo se convertiría en leyenda: U2.

Fue “Un sábado 25 de septiembre de 1976”, cuando un “raro grupo de personas se reunió en mi cocina en Artane (Dublín)”, recuerda Mullen en U2.com.

Paul Hewson(Bono), Dave Evans (The Edge) Adam Clayton y Larry Mullen Jr. no sólo integran una de las bandas más exitosas de la historia del rock, galardonada con incontables premios, sino también es una de las más influyentes. Coldplay, The Killers, Oasis, Keane, Snow Patrol y hasta Take That han reconocido su admiración por Bono y compañía.

Neil McCormack, amigo de la banda y ahora un crítico de música en el Daily Telegraph, describe cómo Hewson, que pronto se convertiría en Bono, «se acercó pensando que sería guitarrista… pero me gustaría señalar que no llevó su guitarra». «Diga lo que diga», agrega, «creo que su ambición siempre estuvo en tener un micrófono».

Los cuatro adolescentes que coincidieron ese día en el barrio Artane «fue el milagro de U2». «La suerte es que en esa cocina hace 40 años, Bono haya conocido a The Edge«, explica McCormack. «Hay un gran contraste entre los dos, pero son personajes muy complementarios… son el corazón de U2».

«Otros podrían haber estado en U2, siempre y cuando hayan estado ellos dos. Pero los otros dos que terminaron eligiendo, Larry y Adam, eran la combinación correcta de talento y personalidad para hacer que todo esté completo. Cuando eso sucede, como cuando los Beatles sumaron a Ringo Starr, eso es un accidente mágico… una gran banda es algo milagroso», indica.

Frank Kearns, amigo cercano de Mullen, dice que veía a los cuatro ensayar los miércoles por la tarde en el Mount Temple Comprehensive, donde «los jeans rasgados y los cortes de pelo punk-rock» eran comunes en los pasillos. «Nunca había escuchado a alguien tocar una guitarra eléctrica, fue como magia», recordó Kearns, ahora músico y productor en Dublín. «Yo sabía que estaban buscando una química… cuando se reunieron fue mayor a la suma de las partes, en lo emocional, en lo espiritual, en todos los sentidos».

Poco tiempo después, ya con el nombre Feedback, el grupo participó de un concurso de talentos en el gimnasio de la escuela. Con covers de «Show Me The Way» de Peter Frampton y «Bye Bye Baby» de los Bay City Rollers, el sonido del grupo era «crudo, emocionante y de avanzada», especialmente para los adolescentes que habían crecido escuchando música folk.

«David enchufó su guitarra y tocó lo que Bono describe como un «electrizante acorde en re», recuerda Frank. «Cuando la guitarra resonó ‘¡wraaaaaaang!’… tenía esta reverberación natural. Era como estar atrapado en una secuencia onírica».

McCormack explica cómo Bono «pateó el suelo y tomó el micrófono y el lugar se volvió loco». «Lo que me electrificó fue la guitarra eléctrica… le dije a Bono que era la primera vez que había visto a una banda de rock, y él me respondió ‘¡Esta también es la primera vez que yo he visto a una banda de rock!'».

Bono y compañía tenían una inocencia y una ambición que los distinguían y los llevó a la cima de la escena de Dublín. Y mucho más allá.

Cuatro décadas después, U2 es una de las bandas más grandes del mundo, con 29 singles número uno, 13 álbumes de estudio, nueve de los cuáles fueron directamente al número uno, 22 premios Grammy, 170 millones de discos vendidos e integrantes del Salón de la Fama del Rock and Roll desde 2005. La revista especializada Rolling Stone ranquea al grupo en el lugar número 22 de su lista de los 100 Artistas Más Grandes de Todos los Tiempos.

El hecho de que esos cuatro chicos que salieron a tocar en un concurso de talentos en septiembre de 1976 sean los mismos que hoy están juntos llenando estadios, deja entrever que esa química especial les ha permitido semejante longevidad. McCormack dice: «Los vi convertirse en lo que son muy rápido… Me ha maravillado, pero curiosamente no me ha sorprendido. Era un absurdo sueño de adolescentes pensar en la conquista del mundo. Pero seamos sinceros… los adolescentes son absurdos, son soñadores y sus sueños son sueños de rock ‘n’ roll».