En medio del reinado en la industria musical de los llamados ritmos urbanos y del predominio de modos de producción más centrados en las consolas que en el carácter orgánico, 1915 se desmarca una vez más con un cuarto disco llamado «Fuera de lugar», registrado prácticamente con la banda tocando en vivo en el estudio y plagado de canciones que responden a un estilo de canción pop de fuerte raigambre en el rock argentino, el cual será presentado oficialmente el próximo 23 de junio en el porteño Teatro Vorterix.
El show, en el que la banda mostrará los diez cortes del nuevo álbum y repasará temas de sus antecesores, cerrará el primer tramo de una gira nacional que pasó por Rosario, Santa Fe, Mar del Plata, San Miguel de Tucumán, Salta y Córdoba, además de coronar una temporada que la tuvo como animadora en los festivales más relevantes que se realizan en nuestro país, como el Cosquín Rock, Lollapalooza Argentina y el Quilmes Rock.
«Fuera de lugar» fundamentalmente reconfirma el carácter del cuarteto integrado por jóvenes veinteañeros como «un bastión de resistencia» ante los mandatos del mercado musical, tal como lo destaca su líder, el guitarrista y cantante Cruz Hunkeler.
«Todo tiende más hacia el ‘mainstream’ y la parte más pesada de la industria ganó, por así decirlo; pero nosotros tenemos un bastión de resistencia y quisimos ponderar eso, decir ‘somos diferentes’. No sé si bien o mal, pero hacemos algo diferente. ‘Fuera de lugar’ es sentirse outsider, tener un pie adentro y uno afuera. Creo que mucha gente puede sentirse interpelada por esa sensación», planteó el músico en una entrevista con la agencia Télam.
Sin embargo, advirtió que la división no está marcada por una cuestión de géneros musicales, sino que por el hecho de «buscar hacer arte en lugar de querer vender un producto».
En principio, Hunkeler encontró en el primer tramo de la gira nacional una buena respuesta del público, al destacar que «por suerte le llegó el objetivo propuesto cuando salió el disco, que era generar un extra de potencia, de energía».
«En nuestros shows tocamos las diez canciones del disco y es una sorpresa porque hay discos nuestros que, en cuestiones de números, es un hecho que les va mejor en las redes. Nos sorprendió la respuesta del público. Que canten los temas, que se sienta como si conocieran todas las canciones es muy emocionante», expresó.
Es que a pesar de la juventud de sus integrantes, 1915 cuenta ya con una importante trayectoria en la escena local, con un debut discográfico en 2016 con «Dual» al que le sucedieron «Bandera» de 2018 y «Los años futuros» de 2020, y fuerte presencia en escenarios locales e internacionales.
En esa entrevista, Cruz Hunkeler habló sobre el nuevo disco y fijó la postura artística del grupo que completan Penzo en teclados, Jeremías Alegre en batería y Alejo Freixas en bajo.
P: ¿Por qué decidieron grabar el disco casi como si fuera un vivo? ¿Qué efecto buscaban?
Cruz Hunkeler: Fue gestándose muy de a poco. Yo lo vi en el documental de Los Beatles («Get Back») y hay un montón de bandas en el entorno nuestro que lo hicieron. Estábamos teniendo dudas quien podía producir el disco y se nos ocurrió hacerlo nosotros mismos de una manera súper sencilla, grabando en vivo. Las canciones daban para eso, todo encajaba perfecto. Queríamos darle un poco ese concepto de fuera de lugar a todo el laburo, de ir contracorriente, sentir ciertas diferencias con el alrededor. El nombre del disco se refiere a eso, a ir a contramano de todo. Mientras todo es más automático y se recurre más a la tecnología, nosotros quisimos volver a nuestras raíces, ser nosotros cuatro en una sala de ensayo haciendo lo que nos gusta.
P: En este disco también hay un giro en torno a la manera de encarar las líricas, un poco más abstractas en relación al explícito compromiso social asumido en «Bandera», en donde incluyeron un audio de Madres Plaza de Mayo en un tema.
CH: Había una cuestión más directa en ese disco en particular porque mi abuela es desaparecida y el año que sacamos ese disco se dio una cuestión familiar que mi mamá estaba haciendo una investigación al respecto y me iba enterando de un montón de cosas de mi historia familiar. Al mismo tiempo, estábamos en el gobierno de Macri, en donde se pusieron en juego un montón de discursos que con el tiempo se habían apaciguado, hubo un retroceso en materia de derechos humanos, entonces es un disco lleno de bronca y repudio. Eran canciones de protesta, de lucha, mucho más idealista. Yo un poco retomaba la visión que supongo habrá tenido mi abuela, que quería ver un mundo mejor. Pero no queríamos ser una banda que haga temas de ese tipo siempre porque nos parecía un recurso muy limitado. Primero, somos músicos y después tenemos nuestras ideas sobre el mundo. En este disco, las canciones están en primera persona, hablan desde un plano más emocional. Es un disco más transparente, más sensible, más desnudo. Son canciones de las que se puede apropiar quien las escucha y entender lo que le parezca.
P: El concepto de «Fuera de lugar» parecería aludir también al estilo musical que abordan en medio del fuerte predominio de los ritmos urbanos. ¿Lo pensaron así?
CH: «Fuera de lugar» es sentirse outsider, tener un pie adentro y uno afuera. Creo que mucha gente puede sentirse interpelada por esa sensación. Pero en realidad la división está marcada no por los géneros, sino por las intenciones con las que hacés música, si buscás hacer arte o vender un producto.
P: Pero sí es cierto que una banda como 1915, al igual que Conociendo Rusia, Bandalos Chinos o Usted Señalemelo, por citar algunas, tienen un anclaje en el rock argentino a diferencia del trap, en donde no aparecen huellas de esa tradición.
CH: Pero en tal caso, el rock y el jazz son música gringas, o en realidad afroamericanas. Yo creo que, así como el rock tiene su lugar nacional, sus artistas lograron plantar bandera desde una música que toma elementos del tango o del folclore, también debe pasar algo así en el hip-hop o el trap. Si bien es música importada de otro lado, toma elementos autóctonos. Si la hace un pibe de, no sé, Ramos Mejía, ya lo hace con una autenticidad diferente.
P: A partir de la presencia en la escena de bandas del estilo como las que mencioné, ¿sentís que hay un movimiento o simplemente son expresiones que coinciden pero sin una cohesión?
CH: Sí, yo creo que hay una hermandad total entre proyectos. Lo notaba antes de la pandemia, luego se apaciguaron un poco las aguas. Hubo una generación de la que formamos parte que en sus años de gestación tocaba en un mismo lugar. Se hacían festivales en lugares como Niceto y, hoy en día, esas bandas crecieron y llenan teatros. Ahora cada uno tiene su propia producción pero esa unión y buena onda sigue estando. Y eso abrió un camino para que bandas que ahora están surgiendo tengan un background de cómo hacer las cosas para poder crecer.
Por Hernani Natale (Télam)