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40 años sin John «Bonzo» Bonham, el motor de Led Zeppelin

24/09/2020 - Retro
40 años sin John «Bonzo» Bonham, el motor de Led Zeppelin

El 24 de septiembre de 1980, John «Bonzo» Bonham fue recogido por el asistente de Led Zeppelin, Rex King, para ensayar en los Bray Studios para una inminente gira norteamericana. Durante el viaje, Bonham pidió parar para el desayuno, donde tomó más de un litro de vodka. Luego, ya en los ensayos, siguió tomando.

La banda dejó el estudio a última hora de la noche y fue a la casa del guitarrista Jimmy Page, Old Mill House en Clewer, Windsor. Después de la medianoche del 25 de septiembre, Bonham se durmió, luego de que alguien lo llevara a la cama. El mánager de gira de Zeppelin, Benji LeFevre, y el bajista John Paul Jones lo encontraron inconsciente la tarde siguiente. Bonham murió por aspirar su vómito. Tenía 32 años.

Después de su muerte se especuló con un posible remplazo en Led Zeppelin, pero finalmente los tres integrantes del grupo decidieron que era irreemplazable y, por lo tanto, decretaron el final del grupo.

«Alguien una vez me preguntó qué técnica aplicaba y al tocar. Y respondí: ¿Técnica? ¿De qué diablos estás hablando? Entonces dije: Esta es mi técnica, y levanté mi mano en el aire y la dejé caer con toda mi fuerza. Cerebro al tocar, eso es; cerebro al tocar y cuanto más fuerte mejor», decía Bonham.

Bonzo era un hombre rudo. Su técnica, si él disculpa el término, era emular al trueno, oponiendo su enorme y musculoso físico a cualquier cosa que Ludwig construyera para hacerle frente. La clave era la sonoridad, cuanto más fuerte mejor, y de esa manera Bonzo condujo a Led Zeppelin al estatus de superestrellas.

En 1968, Bonham tocaba con Robert Plant en la Band of Joy, que se separó cuando Plant fue invitado por Jimmy Page a integrar una nueva banda que estaba formando en Londres, luego de que se desintegraran los Yarbirds.

Forzados a buscar un baterista para una próxima gira por Escandinavia, Plant sugirió a Bonham, el cual aceptó rápidamente. Después de la gira hubo dos apariciones en Inglaterra como los New Yarbirds, antes de que Keith Moon -según dicen los rumores- sugiriera el nombre de Led Zeppelin, y así salieran a conquistar el mundo.

La parte de Bonham en todo esto era la de caer como una tonelada de ladrillos en el momento justo. A pesar de que el sonido de Zeppelin en el estudio era creado por Page, la medición y precisión de los golpes era un instinto que prevenía de pura fuerza física más que de la técnica.

Con Page en los controles, esta poderosa máquina-baterista creó algunas de las bases sonoras más llenas de energía que se hayan grabado nunca. Este profundo sonido que provenía de pesados palos y fuertes bíceps, es tan notable en «Led Zeppelin I» (1969) como en «In Through The Out Door» (1979), su último álbum.

Velocidad y volumen eran lo que caracterizaba los sonidos de Bonham, y si los críticos lo acusaban de simplicidad, entonces obviamente olvidaban que Bonham tocaba para Led Zeppelin, no para un grupo de jazz improvisado.

Cuando murió Keith Moon, Pete Townshend aprovechó la oportunidad para reestructurar The Who, pero esto no pasó con Led Zeppelin. La rigidez de su estilo, la esencia del grupo, excluyó todo cambio en alguna dirección.

Recordando a Bonzo

En una entrevista con Uncut en 2019, Page notó que con Bonham «teníamos una conexión. John cambió la batería de la noche a la mañana. El tema que abre el primer álbum, ‘Good Times, Bad Times’, fue una revelación. Nadie podía tocarlo. Nadie. A medida que la banda progresaba, desarrollamos una intuición extraordinaria. Podíamos estirar las canciones en vivo, y eso vino de John siguiendo mi guitarra y simplemente improvisando. ‘Dazed and Confused’ es un ejemplo clásico. podía leer mi mente e ir a cualquier parte y hacer cualquier cosa sin desmoronarse. ‘Communication Breakdown’, ‘Dazed and Confused’, ‘Good Times, Bad Times’, ‘Ramble On’, ‘Immigrant Song’, ‘Kashmir’… esos son momentos de genialidad».

Agregó que «todos lo extrañamos. Probablemente había media docena de bateristas que pensaron que esperarían un rato y luego los llamaríamos para ocupara su lugar, pero… era un caso único».

Por su parte, Robert Plant describió en una entrevista con Tony Bacon en 1988 cómo había sido escuchar a Zeppelin en los años siguientes a la muerte de Bonham. No podía describir lo importante que era para la banda.

«A menudo puedo escuchar algunas cosas de Zeppelin y pensar que ya me aburriría con esto», dijo. «En canciones como ‘Kashmir’ o ‘The Song Remains the Same’ es el baterista el que hace que funcionen».

«Bonzo no se agitaba como un pulpo demente, como lo estaban haciendo todos los demás en ese momento», dijo Plant. «Es lo que no tocó, y no tanto lo que sí tocó, lo que lo convirtió en el baterista del que todo el mundo habla ahora».

Cuando Bacon le pidió que destacara el mejor trabajo de Bonham, Plant eligió «The Crunge» de «Houses of the Holy» (1973). Describió la canción como «un funk de James Brown de 5/4», antes de explicar lo que amaba de su batería. «Es genial, lo que hace Bonzo es genial, ¡y el bombo!», reconoció Plant. “Su trabajo era extremadamente adecuado, tan extremo y, sin embargo, tan discreto».

En una entrevista con Howard Stern en 2017, Plant destacó la importancia de Bonham en su vida. «Era un tipo espectacular. Me ayudó mucho. No estoy interesado en las drogas, lo estuve pero no lo pasé muy bien. Fue un entrenamiento para la vida el ver lo que las drogas y el alcohol le hicieron a Led Zeppelin. A mediados de los 70 estuve varios meses en silla de ruedas por este motivo. Podría estar muerto. Sufrí un accidente. Cuando no podés ni conducir, para qué vas a perder un segundo de tu vida en drogarte. Tener dinero es algo material, creo que hay que tener bienestar interno. Creo que yo fui el que aportó algo de estabilidad. Veía a Bonham a menudo en el bar aunque nuestras personalidades comenzaron a chocar. No me interesaban las vidas privadas de los demás».

Uno de sus admiradores, nada menos que Phil Collins, reflexionó días después de la muerte de Bonzo. «No lo puedo creer. John Bonham era uno de mis héroes de toda la vida, y recuerdo que fue uno de los primeros bateristas a los cuales aplaudí de pie, antes de que se uniera a Zeppelin, cuando Bonham tocaba en un trío con el guitarrista y cantante Tim Rose. De su tipo de baterista, no había igual, estaba en la cumbre junto con Keith Moon», comentó.

Y agregó: «Todo el mundo decía que era un tipo extraño, pero yo me encontré con él en una fiesta y fue encantador. Cuando murió recibí un gran shock, como muchos otros. Nosotros esperamos que aquella gente con la que crecimos viva para siempre. Pero eso no sucede, y cuando alguien muere es terrible. La muerte de Bonham es una pesadilla para la música, y el trágico final para otro pedacito de la historia del rock».

Phil Collins ocupó el lugar de Bonham durante la actuación de Led Zeppelin en el megaevento benéfico Live Aid, aunque todos -incluyendo los involucrados- coinciden en que fue un paso en falso. En las otras reuniones esporádicas de Zeppelin, el puesto de baterista fue ocupado por Jason Bonham, hijo de Bonzo.

El recordado Cozy Powell, otro referente de la batería reconocido por su trabajo en The Jeff Beck Group, Rainbow, Whitesnake y Black Sabbath, contó poco después de la muerte de Bonham: «Siempre es muy difícil escribir algo sobre alguien a quien admirás como profesional y como amigo, cuando de pronto no está más a tu lado». Y agregó: «Bonzo, como esa gente que realmente lo conocía bien, era verdaderamente alguien con quien se podía contar. No conozco un solo baterista que no tuviera, en el fondo de su corazón, un lugar para él».

El baterista, que murió en 1998, decía sobre su admirado colega: «Recuerdo que lo vi por primera vez en 1967 en Birmingham, cuando estaba con Robert Plant en la Band of Joy. Yo estaba totalmente asombrado por su poder al tocar, siempre manteniendo el golpe bastante simple, pero ocasionalmente dejándose llevar con una fuerza devastadora por todo el equipo, para volver otra vez a lo que tocar la batería es realmente: dejarlo ir y no mezclar».

«Como baterista de rock siempre fue, para mí, el número uno, y siempre lo será. Su sonido y su estilo nunca serán olvidados. Yo no tengo nada más que el máximo respeto para John. Led Zeppelin y el negocio de la música, a quien él de ha dado sumo placer, van a extrañarlo mucho», sentenció.

Bill Ward, baterista de Black Sabbath, siempre se refirió con cariño a su amigo. “Mi primer recuerdo de conocer a John Bonham fue en The Wharf Pub en Ombersley, Worcestershire, cerca de 1964″, contó. «Estaba con The Crawling King Snakes, tocando canciones populares de esa época, además de blues y R&B. Sus ritmos eran inmaculados, haciendo suya cada canción, convirtiéndola en algo soberbio. Un gran ejemplo fue ‘Morning Dew’. De todas las versiones que escuché, incluida la original, ninguna se compara con la de los King Snakes, con John Bonham a la cabeza».

«A veces, en viajes a Drum City, una tienda del centro de Birmingham propiedad del baterista de la BBC Light Jazz Orchestra, Mike Evans, me encontraba con Bonham, junto con otros excelentes bateristas, vástagos de las hordas cosmopolitas que habían elegido Birmingham como su hogar. Algunas visitas se convirtieron en miniclínicas», agregó.

Sin embargo, al principio Ward dudaba de las cualidades de Bonham. “Por 1964 y 1965 no entendía lo que estaba haciendo John», confesó. «A menudo, en las muchas ocasiones en que lo vi tocar, pensé que estaba arruinando la canción. Sin embargo, sorprendentemente, después de varios compases, alineaba sus ritmos con la persona con la que estaba tocando. . Por fin, me di cuenta de lo que había hecho. Siempre estaba en su ritmo, incluso cuando parecía que no lo estaba».

Ward aclaró que aunque a menudo es ruidoso y, a veces, parece que está a punto de destrozar su batería, el talento de Bonham radica en que era un estudiante natural y muy erudito. “Detrás de su apariencia casi brutal y caótica, había un hombre entrañable, estudioso y un hombre desesperadamente metido en las baterías y los bateristas. Su conocimiento de la batería era descomunal. Este era el Bonham que conocía».

Glenn Hughes, bajista y cantante de Deep Purple -quien cuenta con el hijo de John, Jason Bonham, en las filas de su proyecto Black Country Communion-, también tiene grandes recuerdos de Bonzo. “Vi tocar a John por primera vez en 1968. Saltó al escenario con mi banda Finders Keepers, en el Rum Runner de Birmingham, y prácticamente demolió la batería. Un par de años después tocamos juntos en varios shows junto a Trapeze. ¡Era increíble!».

Mike Portnoy, baterista de Dream Theater, dijo: “El sonido de Bonzo provino de una combinación de fuerza bruta, sutil delicadeza y ritmo impecable. John Bonham es el único que realmente podría sonar como John Bonham. Ese sonido era él, no necesariamente su batería».

Portnoy, que tiene una banda tributo a Zeppelin llamada Hammer Of The Gods, tiene una perspectiva única. “Mis mayores héroes de la batería son John Bonham, Keith Moon, Ringo Starr y Neil Peart, pero creo que Bonham es el más amado universalmente. Quizás para algunos Moon fue demasiado imprudente, para algunos Ringo es demasiado simple y para algunos Peart es demasiado técnico. Sin embargo, el estilo de Bonham era algo que todos apreciaban, así que sí, tal vez él realmente era el mejor baterista de rock».

«En mi humilde opinión, John Henry Bonham es sin duda el mejor baterista de rock de todos los tiempos», afirmó Chad Smith, baterista de Red Hot Chili Peppers. «Su sonido, técnica, la musicalidad, el ritmo y la sensación nunca se han repetido. Nadie ha ocupado ese lugar y probablemente nadie lo hará».

«Tenía una forma única de abordaje a la batería. El sonido es lo primero que a mí me impresionó, como creo que a muchos bateristas. Impuso una forma de afinar la batería, de hacerla sonar, porque tocaba rock pero era muy funky, usaba medidas grandes. Se impuso en nuestras orejas. Dejó una herencia muy fuerte en todos los bateristas porque son sonidos que quedan en nuestro inconsciente y uno recurre a esos armados», explicó en declaraciones a la agencia Télam Lulo Isod, integrante de Ciro y Los Persas y de Panza, banda con la que homenajeó a Led Zeppelin en un show en La Usina del Arte.

«El Bonzo fue muy revolucionario porque nadie tocaba como él. Dentro del rock no había bateristas tan ricos técnicamente, menos en las bandas mainstream. Con el Bonzo se logró una especie de superación baterística porque la batería tomaba el rol principal en muchos temas. Zeppelin le daba lugar para poder generar algo más con su batería», apuntó Nacho Cúneo, del grupo tributo Physical Graffiti.

El músico, que en Physical Graffiti encara el desafío de recrear los sonidos de Bonham, destacó que «hay algo que supera lo que suena y es lo que trasmite, la intención» y puntualizó que en el caso del baterista de Led Zeppelin el toque personal estaría dado por «la pasión, lo sanguíneo».

«Él inventó muchos fills que repitió todo el mundo, pero hay bases que son vulgares si no se tocan con esa intención que le puso, sin ese salvajismo, esa pasión, esa intensidad que hacían que no fueran una base más», ejemplificó.

«Yo lo escucho re bailable. Le escucho un groove que lo relaciono con la música negra», consideró el baterista de Panza; mientras que su par de Physical Graffiti aportó: «Tiene cosas de todos los estilos, pero esos solos largos que se mandaba es algo del jazz».

La estatua

En 2016, Bonham fue homenajeado con una escultura erigida en Mercian Square, en su ciudad natal de Redditch, Inglaterra, el día en que hubiese cumplido 70 años.

La estructura mide 1,80 metros de alto, cinco metros de ancho y pesa más de 2.000 kilogramos. Una parte presenta a Bonham golpeando su kit de batería. En la parte posterior del gong está su nombre completo, John Henry Bonham, su fecha de nacimiento (31 de mayo de 1948) y el día de su muerte (25 de septiembre de 1980), rodeando el símbolo de «Led Zeppelin IV». Debajo se lee: «El baterista más destacado y original de su tiempo, la popularidad e influencia de John Bonham continúan resonando en el mundo de la música y más allá».

«Encantado de que mi escultura conmemorativa a John Bonham se haya instalado en el centro de Redditch», escribió en Twitter el escultor Mark Richards. «Gracias a todos los que ayudaron a que esto sucediera».

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Another birthday around the corner… huge loss… Photo: Gil Richards

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Texto: Rodolfo Poli