Coki Debernardi nació en Cañada de Gómez, aunque desde sus comienzos viene desarrollando su carrera artística en la ciudad de Rosario, liderando las bandas Punto G y Coki & The Killer Burritos. El músico menciona el «respeto» que le tiene al escenario, recuerda la grabación del álbum debut de Punto G y deja la puerta abierta para una reunión de aquel grupo, aunque «sin nostalgia». También rememora una anécdota vivida en Colombia acompañando a Vilma Palma e Vampiros y reflexiona sobre el uso de las redes sociales.
«Cuando uno cobra una entrada es responsable de esa entrada que alguien pagó», aclara. «La gente hace un esfuerzo grande para venir a verte como para que uno suba a hacerse el listo ahí arriba. Yo le tengo mucho respeto al escenario. Cada cual es responsable de hacer lo que quiera, lo que está bueno es que vos le des algo que esté bueno a la gente».
Sobre la grabación de «Todo lo que acaba se vuelve insoportable» (1988), el disco debut de Punto G, recuerda: «Un día me llama Fito (Páez) y me dice ‘che, escuché unos demos de ustedes y me encantó, me gustaría producirles el disco. Lo podemos hacer en mi estudio’. Entonces se ve que él arregló las cosas, aceleró los trámites con Sony y lo grabamos. Pero terminó saliendo mucho tiempo después, porque era una época en la que empezó a escasear la pasta del vinilo. Y el disco no salía nunca y pensamos ‘ya está, no sale más’.
Aunque finalmente el disco salió, llegó con una sorpresa desagradable. «Un día iba caminando por la calle y desde una disquería escuché ‘ese tema es mío, lo están pasando, debe haber salido el disco'», recuerda Coki. «No me alcanzaba la guita para comprarlo, pedí guita, fui a comprar el disco y el cassette y recuerdo el momento cuando lo escuchamos todos juntos… que fue un bajón, porque se equivocaron al hacer el disco y pusieron como último tema uno de Fito. Se iban a comer un juicio tremendo de otra compañía por haber incluido un tema así… se ve que el máster que usó Fito tenía eso y ellos no se dieron cuenta… cosas que pasaban antes. Así que a la semana de haber salido lo retiraron. No había más discos. Lo cual fue una decepción… que a tu primer disco lo saquen de circulación así, cuando se estaba empezando a vender. Pasaron seis meses y volvieron a hacer el disco».
Sobre un posible regreso a los escenarios de Punto G, Debernardi no cierra la puerta. Aunque tampoco la deja tan abierta. «La verdad es que somos amigos entre los cuatro, de los seis que éramos dos murieron… pero no tengo nostalgia de eso», cuenta. «Me gusta juntarme con ellos, hemos tocado más de incógnito… a mí no me gusta volver a hacer lo mismo que hacía antes, pero siempre está la puerta abierta y de hecho nos llevamos muy bien en los ensayos y tocando, nos divertimos muchísimo, así que lo podemos hacer pero no como una cosa ‘ya, mañana, vamos a grabar un disco’… no está planeado todavía eso. Yo no tengo nostalgia».