La Justicia determinó esta tarde que Cristian Aldana es culpable de los cargos de abuso sexual y corrupción de menores que se le imputan y fue condenado con una pena de 22 años de prisión.
Después de un juicio que duró más de un año, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 25 validó el testimonio de las siete mujeres que denunciaron al músico por las vejaciones que recibieron durante sus adolescencias. «No soy culpable, no soy un violador, ni un abusador ni un violento», dijo Aldana en sus últimas palabras antes del veredicto. Mientras tanto, las querellantes se abrazaban con sus familias y amigos.
Aldana fue condenado por cuatro de los siete casos denunciados, ya que los jueces Gustavo Goerner y Rodolfo Bustos Lambert consideraron que dos estaban prescriptos, mientras que el restante había sido desestimado por el fiscal. La jueza Ana Dieta de Herrero votó en disidencia con la condena de 22 años (que contempla los abusos sexuales dentro de la figura de corrupción de menores), y pidió 35 años.
Después de un extenso juicio, interrumpido en varias oportunidades por la estrategia de defensa de los sucesivos abogados de Cristian Aldana, se les dio oportunidad a las partes para dar las últimas palabras antes del veredicto. La sentencia con los motivos de su condena serán conocidos el 6 de septiembre.
«Estoy convencido de que antes de que comenzara el juicio ya estaba condenado porque soy un condenado mediático», dijo Aldana en sus palabras finales. Como en todo el juicio, de traje negro, zapatillas y camisa blanca, Aldana sostuvo su cartel de «Sin defensa no hay juicio» y dijo: «soy un trofeo de guerra, ser un músico del rock independiente con una clara solidaridad política con la música y las bandas me convierte en un trofeo de guerra».
El juicio es un hecho histórico para el rock argentino: por primera vez, un músico es condenado a prisión por denuncias de abuso sexual de parte de sus fans. Los relatos fueron públicos primero desde un video que se convirtió viral en 2016, donde tres de las denunciantes contaron a cámara lo que vivieron; luego por testimonios que se publicaron en la web #YaNoNosCallamosMás y, después de un extenso recorrido judicial en el que las mujeres tuvieron que relatar las vejaciones a las que habían sido sometidas, llegó la sentencia judicial.
«Que esta sentencia sea una puerta abierta para todes (sic) quienes sufrieron abuso sexual en la infancia, en la adolescencia o violencia de género no tengan miedo de hablar», dijo Ariell Carolina, una de las denunciantes que decidió hacer público su relato. A la audiencia también asistieron las músicas Paula Maffía, María Pien e Ignacia, en apoyo a las víctimas.
El fiscal Guillermo Pérez de la Fuente, en colaboración con la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM) y la Dirección General de Orientación, Acompañamiento y Protección a las Víctimas (DOVIC), había pedido 35 años de prisión, mientras que las querellas habían solicitado 40 y 20 años.
El jueves 4, en los alegatos de la defensa, los abogados públicos que le tocaron al músico -luego de la renuncia de dos privados- pidieron su absolución y la nulidad del juicio. Los defensores Fernando Robbio y Cecilia Durand le solicitaron al tribunal la nulidad de una de las querellas porque eran «indeterminados los hechos de acusación», y pidieron la absolución por otros dos casos ya que el plazo legal estaba vencido para acusarlo por esos delitos; los consideraban prescriptos.
Los abogados pidieron además que, si Aldana era hallado culpable, se contemplara la pena mínima posible, argumentando que el músico tiene 48 años y que cualquier otra pena sería virtualmente una cadena perpetua.
En sus palabras finales, Aldana también leyó un fragmento de la Biblia, agradeció a los jueces y pidió perdón por si les causó dolor de cabeza a los involucrados en el juicio: «Yo me considero una persona de bien y quiero dormir en paz, yo estoy defendiendo mi verdad. Si no hago todo esto ya tendría que estar ahorcado en mi celda». El músico pidió no estar presente en la lectura de veredicto que comenzó a las 15:30.
Los hechos que las siete mujeres denunciaron haber vivido con el cantante de El Otro Yo datan de entre 1999 y 2010, cuando ellas tenían entre 13 y 18 años, y todas corresponden a un mismo patrón de conducta: carecían de experiencia sexoafectiva con un varón, eran muy fans de la banda, atravesaban alguna situación crítica en su familia, y tenían el deseo de ser músicas.
Aldana pasó la noche en la celda de los tribunales de la calle Paraguay 1536, donde durante más de un año se llevó a cabo el juicio. El músico está preso desde el 22 de diciembre de 2016 en el penal de Marcos Paz, y es muy probable que apele la sentencia.
Se ordenó que el músico entregue su perfil de ADN para que sea incluído en el Registro de Datos Genéticos del Ministerio de Justicia, que cuenta con muestras de condenados como Jorge Mangeri y el cura Julio César Grassi.
En caso de sufrir violencia de género, llamá a la línea gratuita 144 desde cualquier punto del país, las 24 horas.