En mayo pasado, Babasónicos ofreció una serie de shows en España, Alemania y Francia. Tras esos conciertos, el cantante Adrián Dárgelos reflexiona sobre la expansión del grupo y el éxito logrado con «Discutible», su más reciente álbum, que significó a la vez un recambio de público.
«Cuando nosotros empezamos a hacer música, la música hecha por jóvenes no era un negocio tan organizado, tan grande, era un azar donde la gente hacía uno o dos discos y desaparecían», recuerda. «Recién empezaban las bandas a consolidarse, pero no había espacio para tanto porque no era un nicho tan popular… el rock no era un nicho tan popular en la Argentina, sobrevivía un porcentaje».
«Nosotros lo empezamos como un hobbie», agrega sobre los comienzos del grupo. «En ese devenir de los últimos años de los 80 se nos puso más seria la situación, grabamos un disco creo que en el 91 empezó la grabación del disco que terminó saliendo en el 92 y se fue poniendo más serio. Pero exceder las fronteras de tu barrio ya era una cosa de locos, y soñar con que ibas a tocar no sé… creo que el primer lugar que tocamos fuera de Argentina fue Estados Unidos, porque grabamos un disco ahí y tuvimos cinco shows en California. Tocamos en el Troubadour de Hollywood, en lugares íconos de la cultura rock, después fuimos a México, luego a Colombia y creo que a Chile. Nos costó más llegar a Uruguay que a Estados Unidos. En Uruguay recién toqué con el disco ‘Jessico’, que es el sexto. O a Ushuaia, es más difícil llegar a Ushuaia a veces».
Sobre los recientes shows en Europa, Dárgelos destaca el hecho de «hacer sold outs en Berlín, París…». Y agrega: «Barcelona y Madrid más o menos son ciudades que nos pasa, pero también en Ibiza, que no habíamos ido nunca. En otros lugares tocamos en festivales, y después en lugares que tocamos por primera vez como Santiago de Compostela, que es increíble, es muy lindo».
«Pero a España estamos más acostumbrados a ir», insiste. «Menos acostumbrados a ir a otros lugares donde no hablan en español, y nos fue muy bien. No era la primera vez, ya habíamos ido a Berlín -esta es la segunda- y a París es el cuarto show… hemos tocado hasta en un bote en el Sena, un barco con techo y todo. Ahora no, ahora hicimos una sala que se llama Pan Piper, que es una sala de jazz y música moderna que está cerca del cementerio del Père-Lachaise donde está enterrada Edith Piaf, Jim Morrison, Balzac y muchos poetas».
A pesar de recorrer grandes ciudades europeas, esta vez quedo fuera Londres. «Con ‘Romantisísmico’ hicimos Londres», rememora. «Este año teníamos la oferta para ir pero no coordinaba mucho… a veces es muy complejo moverte en Europa, porque cada vez se pone más difícil volar, porque hay muchas restricciones para los instrumentos. Antes vos tenías, suponete, dos valijas por pasaje; ahora tenés una valija por pasaje… pero no sólo es una valija por pasaje, son 23 kilos, pero los instrumentos no los consideran equipaje».
«Con la cantidad de extras que tenemos nosotros, más las valijas, más todo se pone dificilísimo por el tiempo que tenés que llegar antes a los aeropuertos, la reserva de las cosas… las aerolíneas para abaratar eso no tienen personal, entonces vos lo tenés que hacer todo de forma digital, por internet, y muchas veces, aunque lo hacés, no impacta en la computadora del check-in y vos tenés los papeles y el otro no… entonces es muy complejo la cantidad de días que necesitás para eso, para la logística. Y nosotros teníamos un show un día en París y al otro día en Madrid, era todo seguido porque es mucha gente que está de gira», acotó.
Sin embargo, promete para el 2020 una gran gira europea: «El año que viene volvemos en julio y hacemos una gira mucho más grande por Europa, pero ya durante el verano donde hay más festivales. Este año nos era imposible porque teníamos compromisos en otro lado, y ya habíamos reservado nuestras vacaciones. Hacía mucho que no me iba de vacaciones».
Sobre la repercusión lograda por «Discutible», Dárgelos dice: «La respuesta del último disco fue asombrosa, es un recambio de público, nos sumó público más joven, y es algo que cuando vos hacés un disco es un llamado a quien querés que te escuche. Quería atraer gente que, por un lado se parezca a nuestra ambición, a nuestra expectativa, y que también nos acompañe en la aventura de luchar contra lo que nos es más indiferente o más duro del mundo, y creo que el disco fue eso: un cuerno que llama a la gente y la convoca a ver el mundo desde esta manera y a discutirle. Por eso se llama ‘Discutible'».