En una nueva edición de su boletín Red Hand Files, el cantautor australiano Nick Cave ha explicado por qué no escribe canciones políticas.
En el sitio web, que actualiza regularmente con reflexiones respuestas a sus fans, uno de ellos le dijo: “Me encanta tu música y tu capacidad de relacionar el sufrimiento común, como lo has comentado en el pasado».
«¿Alguna vez has mirado hacia atrás en tu antología y desearías haber sido más abiertamente político, en referencia al activismo en lugar de la política per se, en tu arte?», le preguntó.
Cave respondió con un extenso razonamiento acerca de su aversión a incluir la política en sus letras, escribiendo: “Quizás lo que disfrutas de mis canciones es que están en conflicto y a menudo tienen incertidumbres y ambigüedades. Mis mejores canciones parecen estar involucradas en una lucha interior entre puntos de vista o estados de ánimo opuestos. Raramente se conforman con algo. Mis canciones se sientan en ese espacio liminal entre puntos de vista decididos».
“Las canciones con agendas políticas habitan en un espacio diferente. Tienen poca paciencia para los matices, la neutralidad o la imparcialidad. Su objetivo es transmitir el mensaje de la manera más clara y persuasiva posible. Puede haber un gran valor en este tipo de canciones, pero generalmente nacen de una combinación particular de rigidez y celo, que personalmente no poseo», indicó.
Y agregó: “Mis canciones parecen ser resistentes a puntos de vista fijos e inflexibles. Tienen, como usted dice, una preocupación por el sufrimiento común, no jerárquico. No están en el negocio de salvar el mundo; más bien están en el negocio de salvar el alma del mundo».
«Tengo muy poco control sobre las canciones que escribo», razonó Cave. “Se construyen, de manera incremental, de la manera más pequeña, y el mayor significado se revela después del hecho. A menudo son cosas resbaladizas y amorfas, con trayectorias poco claras, intentos libres de posición para comprender los misterios del corazón».
«Creo que podría escribir una canción de protesta, pero creo que, al final, me sentiría comprometido al hacerlo, no porque no haya cosas a las que me oponga fundamentalmente, las hay, sino porque estaría usando mi particular talento para lidiar con algo que considero moralmente obvio. Personalmente, tengo poca inclinación a hacer eso. Simplemente no es lo que hago».