El cantautor español Enrique Bunbury, que acaba de lanzar «Curso de levitación intensivo» -su segundo disco de canciones nuevas en este 2020- se lamentó de que en las redes la gente opine «sobre cualquier cosa con muy poco conocimiento y, sobre todo, con muy poca sensibilidad».
A pocos meses de publicar «Posible», el álbum que grabó entre los últimos meses de 2019 y el primer trimestre de 2020, Bunbury lanzó otro disco de canciones realizadas íntegramente en medio de la pandemia, que lo acercan a un sonido de canción oscura y rockero, con toques de los Bad Seeds de Nick Cave, Morphine y algunos elementos de jazz.
Con algunos toques electrónicos, Bunbury aprovechó el confinamiento -que lo tuvo bastante inquieto y hasta molesto-, para componer canciones y en cuanto el Gobierno español aflojó las condiciones, se marchó a México para grabarlo y mezclarlo.
«Es un disco que considero urgente, que necesitaba sacar, que pensaba que las canciones tenían que salir en 2020 porque hablan de una forma o resuenan de alguna manera con respecto a esto que nos ha ocurrido a todos», argumentó.
«Esta situación global en la que hay, digamos, muchos prismas que tocar, muchos aspectos que tocar, muchos debates que deberían estar abiertos, y que de alguna forma en los textos de este disco resuenan y tienen una conexión con este presente», añadió.
En su charla con la agencia Télam, Bunbury también anunció que ofrecerá un show por streaming el 23 de enero y que se verá en la Argentina. Las entradas podrán adquirirse a través de Areaticket.
P: ¿Qué influencia ha tenido Nick Cave en este disco? Porque parece que lo has escuchado mucho en este disco. ¿Era una influencia tal cual?
Enrique Bunbury: Yo creo que Nick Cave es una influencia general en mi vida. Particularmente, durante este último año 2020 no es que lo haya escuchado demasiado. Escuché su último disco, pero tampoco es uno de los discos que más he escuchado de su carrera, es uno de estos discos muy denso y complejo que tienes que encontrar un momento muy concreto para escucharlo. He escuchado más casi cualquier otro disco de su discografía. No ha sido una influencia muy presente, pero sí me imagino que como otros artistas que he escuchado muchísimo en mi carrera y que me han importado mucho es una influencia global a nivel discográfico. Creo que se pueden rastrear los pozos de Nick Cave en los distintos discos de mi carrera. Si ha encontrado algo de eso no me extraña tampoco, pero no ha sido consciente.
P: En relación con el nombre de una de tus nuevas canciones, ¿cuál ha sido el precio que has tenido que pagar para llegar hasta donde te encuentras ahora?
EB: Muy agradecido por la consideración, creo que es muy amable por su parte. El precio que hay que pagar por llegar a donde llegues como ser humano en cierto modo es un precio que has asumido a lo largo de tu vida. Has preferido hacer determinadas cosas para ser quien quieres ser. Así que considero que es un precio pagado con gusto. Obviamente hay situaciones que preferirías que fueran de otra manera, hay partes de la profesión que te gustan más y otras que te gustan menos, pero con el tiempo vas adaptando la cosa a tu gusto. El hecho mismo de la promoción, que es una cosa que no es que me moleste pero que no es mi parte favorita de la profesión hasta que llegó el streaming. Incluso las entrevistas por streaming o por teléfono llega un momento que cuando haces muchas es un poco pesado, porque estás repitiendo y en el fondo te cansas de oírte a ti mismo. Vas encontrando qué formas hacerlo más amable y mejor. Ahora estoy en una época en la que estaba en enfrentamiento con las giras y pensando que lo que me tocaba era hacer giras más cortas, porque no tenía tantas ganas de estar 9 meses fuera de casa. Vas amoldando y vas haciéndolo posible, haciendo lo que te gusta más a tu manera.
P: ¿Qué te motivó a dar un concierto por streaming este año, que nos habías dicho que te resistías? ¿O nunca lo habías desestimado?
EB: Yo tengo varias cosas con las que no estoy en absoluto acuerdo y lo que estoy tratando es no caer en la tentación. Una era hacer conciertos que se están haciendo este verano con distancia social y con una limitación de público, cosa que hacía que fuera muy poco rentable o incluso, dependiendo de lo que hicieras arriba del escenario, directamente deficitarios. Para que pudieras llenar la nevera con esos conciertos era reducir los músicos y los técnicos, que al final son los grandes perjudicados de las medidas que se están tomando por parte de los gobiernos. Esa era una cosa que en mis planes no está hacer. Luego estaba el streaming, que al empezar este tema se habló mucho y se hizo mucho lo del streaming casero con el artista en pijama tocando la guitarra en su casa y haciendo canciones a diario en redes sociales. Me resistía a eso porque considero que la música y los músicos deben cobrar por su trabajo. Considero que ofrecer la música como la estamos ofreciendo en streaming, los discos que salen en Spotify, Apple, Tidal y en streaming ya es regalar la música, regalar los conciertos me parecía el colmo de los colmos. Esta situación es una situación diferente, porque para hacer un concierto de streaming de pago solo puedes hacer uno y hemos intentado hacerlo de forma que una promotora se comprometiera a que llegara a todos los países, pudiéramos tener un escenario con condiciones. Sí, vamos a hacer un concierto por streaming, pero va a ser uno y lo que esperamos que sea el comienzo de una gira. Vamos a hacer una cosa con toda la banda, con luces, como si fuera un concierto normal en Luna Park o el Auditorio Nacional en México.
P: En la promoción de «Posible» dijiste que un disco es un fotograma temporal de un momento artístico. ¿Cómo es el momento artístico detrás de este nuevo álbum?
EB: El momento artístico de «Curso de levitación…» es uno de los momentos más perfectamente encerrados, porque es un disco que considero urgente, que necesitaba sacar, que pensaba que las canciones tenían que salir en este año 2020 porque hablan de una forma o resuenan de alguna manera con respecto a esto que nos ha ocurrido a todos. Esta situación global en la que hay muchas prisas que tocar, muchos debates que deberían estar abiertos que de alguna forma en los textos de este disco resuenan y tienen una conexión con este presente. Luego, musicalmente es mi viaje personal, obviamente. Dónde estoy, dónde me encuentro, qué quiero hacer, qué música quiero estar realizando en este momento.
Texto: Adrián Mouján