
El Kuelgue, la ecléctica banda de Villa Crespo, y No Te Va Gustar (NTVG), íconos del rock uruguayo, sorprendieron a sus seguidores con el lanzamiento de «La Máquina», un single colaborativo estrenado a través de Sony Music.
Este tema, producido por El Kuelgue junto a Mariano Otero, combina la identidad única de ambos grupos en una atmósfera envolvente que transita entre lo introspectivo y lo expansivo. Acompañado por un videoclip en blanco y negro dirigido por Julián Kartún y León Greco, «La Máquina» no solo marca un encuentro histórico entre dos referentes del rock rioplatense, sino que también captura la complicidad y la frescura de su proceso creativo.
Una fusión de estilos y generaciones
«La Máquina» es un ejemplo perfecto de cómo dos bandas con trayectorias y sonidos distintos pueden converger en una propuesta coherente y poderosa. El Kuelgue, conocido por su mezcla de funk, candombe, rock y humor teatral, aporta un groove mutante que da al tema una cadencia hipnótica. Por su parte, NTVG, con casi 30 años de carrera y un estilo que fusiona rock, reggae y murga, suma la intensidad emocional que caracteriza sus composiciones. Las voces de Julián Kartún y Emiliano Brancciari se entrelazan con una fluidez sorprendente.
La producción de Mariano Otero, conocido por su trabajo con artistas como Fito Páez, pulió esta canción hasta convertirla en una pieza «tan delicada como poderosa», según El Canciller. La instrumentación, con el sello característico de los teclados de Santiago Martínez (El Kuelgue) y los arreglos de cuerdas y vientos de NTVG, crea una textura rica que invita a escucharla en repeat.
Un videoclip que celebra la conexión artística
El videoclip de «La Máquina», filmado en Montevideo, es una joya visual que complementa la atmósfera del tema. Dirigido por Julián Kartún y León Greco, con producción general de Majo Garofali y Nicolás Abelovich, el video en blanco y negro captura la espontaneidad y la camaradería entre los músicos. Rodado con planos cargados de textura, muestra gestos auténticos y momentos de complicidad que reflejan el proceso compartido.
Foto: Guido Adler
