
El 22 de abril de 1985, un hito marcó el comienzo de una de las trayectorias más influyentes del rock argentino: la publicación de «Gulp!», el álbum debut de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Grabado entre noviembre y diciembre de 1984 en los Estudios Tubal de Buenos Aires, bajo el sello independiente Wormo, este disco no solo presentó al mundo el sonido crudo y visceral de la banda, sino que también consolidó su identidad contracultural, sentando las bases de lo que sería un fenómeno sin precedentes en la Argentina.
Un debut forjado en el under
Formada en La Plata en 1976, la banda liderada por Carlos «Indio» Solari (voz), Skay Beilinson (guitarra) y la Negra Poli (mánager y pilar organizativo) llevaba casi una década tocando en el circuito under porteño antes de concretar «Gulp!». Sus presentaciones, inicialmente acompañadas por una troupe teatral con monologuistas, payasos y bailarinas, evolucionaron hacia un formato más centrado en la música, despojándose del circo para dar paso a un rock directo y visceral. El proceso de grabación, financiado con los ahorros de sus shows en pubs como La Esquina del Sol, fue un esfuerzo artesanal. La banda, con el apoyo del estudio MIA de la familia Vitale y Lito Vitale como técnico e intérprete en teclados, plasmó su esencia en once canciones que destilan energía, ironía y una poética enigmática.
El sonido de «Gulp!»: Crudo, festivo y contestatario
«Gulp!» es un disco que captura la efervescencia de una banda que, tras años de tocar en vivo, logró condensar su espíritu en un trabajo de 39 minutos. Con un sonido crudo, influenciado por el rock, el blues y toques de jazz, el álbum destaca por sus melodías sólidas de guitarra (Skay Beilinson), el saxo de Willy Crook y Gonzalo Palacios, y la voz carismática del Indio Solari. La producción, a cargo de la propia banda, refleja su filosofía independiente: cada decisión, desde la grabación hasta la distribución, fue manejada por ellos mismos.
El disco abre con «Barbazul versus el amor letal», un tema que combina humor negro y crítica social, y continúa con himnos como «La bestia pop», que se convirtió en un clásico instantáneo gracias a su poética surrealista y su riff inolvidable, inspirado parcialmente en la melodía de Lawrence de Arabia. Otros cortes destacados incluyen «Superlógico», «Ñam fi frufi fali fru» y «El infierno está encantador esta noche», que muestran la versatilidad de la banda para mezclar ironía, crítica cultural y un sonido festivo pero desafiante.
La estética de Rocambole: Un arte que define
La portada de «Gulp!», diseñada por Ricardo «Rocambole» Cohen, es una obra maestra artesanal. Realizada con serigrafía sobre un tamiz de seda, cada una de las 7.000 copias iniciales fue un trabajo manual que reflejaba la estética contracultural de la banda, inspirada en la psicodelia y las historietas. Rocambole, proveniente de La Cofradía de la Flor Solar, no solo creó la tapa, sino que definió la identidad visual de Los Redondos, desde volantes hasta escenografías, marcando un sello distintivo que acompañaría a la banda durante toda su carrera.
El título «Gulp!» surge de una onomatopeya propia de las historietas, una referencia al acto de tragar algo grande, que según Marcelo Figueras alude a la sensación de un pueblo enfrentando cambios profundos en la superficie de una democracia recién recuperada. Esta elección refleja la conexión de la banda con la cultura popular y su capacidad para transformar lo cotidiano en arte.
Un lanzamiento accidentado pero triunfal
El camino hacia la presentación de «Gulp!» no estuvo exento de obstáculos. La banda había alquilado el Teatro Astros para los días 16 y 17 de agosto de 1985, pero una reprogramación de shows de Valeria Lynch los dejó fuera. Finalmente, el disco fue presentado el 23 de agosto en la discoteca Cemento, un espacio icónico del under porteño. A pesar de la poca promoción y su distribución limitada en disquerías, la tirada inicial se agotó rápidamente, impulsada por el boca a boca y la creciente base de fans.
El impacto de «Gulp!» trascendió lo musical. Como explicó el Indio Solari en una entrevista de 1985 para la revista Cantarock, el disco fue el resultado de años de tocar en vivo y ahorrar para una grabación independiente: «Es bueno saber que un grupo que puede venderle su disco a mil personas, ya está en condiciones de hacerlo». Esta filosofía de autonomía marcó el ethos de Los Redondos, que siempre priorizaron el control creativo sobre las exigencias comerciales.
Legado y revalorización
«Gulp!» no solo marcó el debut discográfico de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, sino que también fue un punto de inflexión para el rock argentino post-dictadura. En un contexto de recuperación democrática y efervescencia cultural, el álbum capturó la voz de una generación desencantada pero llena de energía. Sus letras, cargadas de imágenes surrealistas y críticas veladas, junto con un sonido que combinaba crudeza y sofisticación, resonaron con un público que buscaba algo más allá del rock mainstream de la época.
Cuarenta años después, «Gulp!» sigue siendo un disco vigente. Las reediciones en vinilo han sido elogiadas por su calidad de sonido, con un brillo que mejora las grabaciones originales sin perder su esencia. Los fans destacan la calidez de las guitarras, la profundidad de los saxos y la voz inconfundible del Indio, que en vinilo parece «tocarte el alma». Canciones como «La bestia pop» y «El infierno está encantador esta noche» no solo son clásicos de la banda, sino himnos que definieron el espíritu ricotero: irreverente, poético y profundamente conectado con su audiencia.
«Gulp!» es más que un álbum debut; es el manifiesto de una banda que, desde los márgenes, construyó un universo propio. Con su mezcla de rock crudo, letras enigmáticas y una estética visual única, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota dieron el primer paso hacia la leyenda. Cuatro décadas después, este disco sigue siendo un testimonio de la fuerza del under, la pasión por la independencia y el poder de la música para transformar. Y «Gulp!» sigue latiendo, eterno, en el corazón del rock argentino.
