Menú

Walter Meza: «Somos defensores de la fe»

27/09/2025 - Especiales
Walter Meza: «Somos defensores de la fe»

Horcas, la banda de heavy metal comandada por Walter Meza, lanzó el año pasado su álbum «El Diablo», que viene siendo presentado en una gira nacional, que tendrá su punto más destacado el próximo 11 de octubre con un show en el Teatro Flores de Buenos Aires.

Walter hace un repaso sobre su vida, su niñez y adolescencia en La Matanza, y lo que significa para Horcas ser una banda reconocida, que supo sortear varios obstáculos en sus más de 30 años de trayectoria.

«Primero tengo que meter el contexto donde yo me críe. Yo me críe en un barrio de San Justo, en La Matanza, a tres cuadras de la Ruta 3, donde pasé una… digamos, la infancia fue muy difícil. El nivel de soñar en un futuro mejor: o eras futbolista, boxeador, y después laburabas en fábricas metalúrgicas, o eras albañil en esa época».

«Mis padres paraguayos, que habían dejado su país por cuestiones políticas, ¿me entendés? Venir acá, el viejo tener al toque su hijo, yo fui el primero, vivir en un barrio con tierras ocupadas, porque en La Matanza venía gente y se parcelaba, no había nada».

«Y por suerte yo veía a los rockeros viejos, hubo una banda que es histórica dentro del barrio de San Justo, que fue El Reloj, y empezamos a escuchar eso porque había uno que era fanático y nada, y ahí pasa con la guitarrita. La música fue como mi rescate de una situación de vida muy complicada. Mi viejo a los 42 años queda postrado por un ACV, yo tengo que salir a laburar a los 16 años en la noche, y eso me fue vinculando con gente de rock pesado. Yo soy vecino del Tano Marciello, vecino del Tano Romano… todos estábamos en la misma».

«Teniendo 14 años yo vivía a tres cuadras de Skylab, donde ahí tocaron todos, Riff, Los Redondos… todos, y ver toda esa vida rockera como que también me permitía soñar, sacarme de mi entorno de pobre, ¿viste?».

«Y empecé a ir a los ensayos de una banda que se llama Aries, que hacía (música) tipo Deep Purple, empecé a escuchar discos, a prestarnos. Yo con mi laburo no me compraba ropa, lo primero que me compré fue un radio grabador y así empecé… era como el que traficaba cassettes (risas). Y ahí empecé a involucrarme, porque era como yo me sentía».

«Ir a bailar, que estábamos cerca de Ramos Mejía o (Isidro) Casanova, no me permitían entrar por mi apariencia o nada, ¿viste? O por no tener dinero para entrar, pero era por una cuestión de limitación de cada uno, ¿sí? Después laburé y fui, obvio fui. a conocer chicas porque si no, estábamos muertos. La esquina era brava. Y ahí me empecé a juntar con rockeros y empecé a tocar. Empecé a cantar, yo desde muy chico ya cantaba. A los nueve ya cantaba folklore en las fechas patrias de la escuela, me hice más o menos conocido dentro del ambiente».

«Y ya a los trece años, en una fiesta de la escuela para juntar dinero para un viaje de egresados, me invitaron a cantar e hicimos nuestra primera ─con un amigo─ una banda que se llamaba Barloff, con temas de Pappo, de Riff. Una época muy, muy divertida, donde hacíamos intercambios con colegios. En vez de jugar a la pelota tocábamos en el colegio de Haedo, con su banda que venga a tocar a mi colegio. Tocamos temas de Riff, de Vox Dei… todo rock».

«Somos a tal punto defensores de la fe, creo que esa es la denominación: somos defensores de la fe en cada lugar. Y vamos a un pueblito donde hay una bailanta y tocamos en una pizzería, porque lo hemos hecho y lo seguimos haciendo, y ahí se juntan 50 heavies. Y después vienen de un pueblo hacen 200 kilómetros en la Patagonia más profunda. Y ese pibe llega al lugar con una victoria y una alegría en los ojos y nosotros no nos podemos negar a darle un abrazo o sacarnos una foto, no nos escondemos en el camarín. Creo que cualquiera lo puede decir. Y el valor que tiene eso para darnos ganas de seguir tocando».

«Es más, nosotros por la situación estamos haciendo ciclos acústicos en el Conurbano. El otro día estuvimos en Santa Teresita, había 80 pibes y estaba lleno. Y los pibes decían, ‘loco, son los únicos que se animan a venir acá’. Y no podíamos hacer eléctricos porque tocábamos en un escenario muy chiquito, no hay volumen, los vecinos (se quejan). Y estaban emocionados cantando las canciones y yo decía ‘loco, lo tenemos que seguir haciendo’. Y bueno, ahí vamos».

«Vamos buscando, proyectando y buscando la excusa para el reencuentro. No la excusa para no hacerlo porque es fácil no hacer porque no logramos el estándar de audio y piripipí…».

«Gracias a Dios pude salir del revanchismo contra todos los que nos bardearon, todos los que nos pisotearon, los que nos ningunearon, y en un momento mi pareja y mi hija me hicieron soltar ese enojo y esa, digamos, confrontación conmigo mismo, con la búsqueda de un enemigo. Y no lo digo desde una situación de superado, porque sigo teniendo los mismos conflictos, pero quizás no tan destructivos, ¿me entendés?».

«Nosotros tuvimos secuencias muy complicadas de peleas con gente que nos bardeaba, que ahora son los haters, no sé, o con ex integrantes de la banda, cosas muy, muy feas. Ahora trato de ser un agradecido con mi familia, con la banda, que me estén dando una oportunidad, que esta altura de mi vida, con todo lo que pasamos ─que pueden ser adicciones y toda la pelota─, que todavía tenga sensibilidad para cantar una canción, que todavía se me paren los pelitos».

Meza también reflexiona sobre «El Diablo», el último disco de Horcas, que no pudo ser presentado formalmente porque la banda se encontraba organizando un show en Obras.

«Disfrutar nosotros del logro conseguido, que se materializó el disco . Después de Obras no lo pudimos disfrutar, pero ahora que fuimos tocando esas canciones en la gira por el interior, ahora que esas canciones se materializaron en carne, en nuestro fan, se va a sentir diferente. Y el Teatro Flores es ideal para eso, es chiquito, tiene buen audio y se le ve la cara a la gente. Primero, mirarnos entre nosotros cinco, todo lo que es parte, todos los que son parte de la familia de Horcas, nuestras gente, nuestro mánager, Flavia. Mirarnos y decir ‘loco, ¡qué huevos que tiene Horcas, papá!'».

Etiquetas: ,