En un día que Silvestre y La Naranja definen como «eterno» en sus redes, la banda estrena «Solo por Hoy», un single que es puro fuego emocional disfrazado de balada indie. Colaboración con Daniela Spalla ─la argentina radicada en México─, esta pieza captura la esencia de esos amores que se desvanecen como humo, pero dejan un eco que duele y abraza al mismo tiempo.
«Es una foto precisa de la sensibilidad que nos define», comparte Fran Nicholson, voz y alma de la banda, en un post que ya acumula corazones rotos y suspiros en X. Producido en un ritual íntimo entre Buenos Aires y Ciudad de México, el track no busca hits virales: busca reconectar con lo humano, en un 2025 donde la nostalgia es el nuevo lujo.
Silvestre y La Naranja –el grupo formado por Francisco Nicholson, Lucas Grasso, Justo Fernández Madero y Fernando Laprida– han sido la banda de la generación que creció bailando en terrazas porteñas y soñando con escapes callejeros. Desde su debut con «Lagunas» (2016), han tejido un sonido que fusiona indie rock con toques bolero y pop alternativo, ganando fans en festivales como Lollapalooza y lugares en playlists de Spotify que superan el millón de oyentes mensuales.
Su último álbum, «Alter Ego» (2025), fue un tapiz de ritmos veraniegos y letras confesionales, pero «Solo por Hoy» marca un giro: más introspectivo, menos bailable, con una producción minimalista que deja espacio para las pausas y los suspiros. «Queríamos algo que duela bonito», confiesa Nicholson en una nota de prensa, refiriéndose a cómo el proceso nació de noches de insomnio compartidas con Spalla durante su gira por México.
La colaboración con Daniela Spalla no es casualidad: todo empezó en 2023, en el Lunario de la Ciudad de México, donde la cantautora subió al escenario para un jam improvisado. Spalla, con su voz etérea y letras que diseccionan el desamor, trae a la ecuación un puente latino que enriquece el folklore urbano de la banda. Juntos, crean una balada que acelera el pulso con un estribillo hipnótico: «Solo por hoy, déjame fingir que no termina / que el fuego no se apaga en esta herida». Guitarras acústicas entretejidas con beats sutiles electrónicos, y coros que se entrelazan como un abrazo a medias –el resultado es un track de 3:45 minutos que se siente eterno, perfecto para playlists de medianoche o viajes solitarios.