De Alejandro Federico Lerner (nacido el 8 de junio de 1957), se puede sospechar que haya nacido tocando el piano y componiendo bellas baladas. No es así, pero la verdadera historia se asemeja bastante: «Un día volvía de jugar a la pelota -rememora- y me encontré con un piano en el living de mi casa. Tendría ocho o nueve años. Estudié durante unos cuatro años con una profesora de piano pero me gustaba más improvisar, era más divertido».
Luego de la profesora y del típico grupo del secundario, Anaconda, gracias al cual surgió la posibilidad de grabar en el segundo álbum de León Gieco como pianista invitado («Banda de caballos cansados»), Alejandro comienza a pensar seriamente en dedicarse profesionalmente a la música. Allí surge el ofrecimiento de Raúl Porchetto para integrar Reino de Muntt, junto a Gustavo Bazterrica en guitarra y Francisco Ojsterseck (Frank, luego Spinetta Jade) en bajo. Esta etapa duró dos años, durante los cuales Lerner acuña primeras experiencias. A la vez, estudia piano con Antonio de Raco y con Carlos Cirigliano, y arma un grupo con Oscar Moro y Alfredo Toth. «Era como para laburar; trabajábamos acompañando a Raúl Padovani -un ex cantante de Música en Libertad- en las giras», señala Lerner.
Es entonces que Gustavo Santaolalla, el ex Arco Iris, lo convoca para un ambicioso proyecto que llevará el nombre de Soluna. Alejandro se integra como tecladista del grupo, que graba un disco donde se incluye uno de sus primeros temas: «Detrás de un vidrio roto». Pese al alto nivel musical que destilaba Soluna, la repercusión no fue la que Santaolalla esperaba y el grupo se disolvió en poco tiempo.
Corre 1978 y Alejandro vuelve a encerrarse con el fin de perfeccionarse como instrumentista. Es por esta época que comienza a componer de un modo más prolífico, incluso algunos de los temas que luego verían el éxito. Mientras tanto, hace de asistente musical en varias películas, encara la producción musical de una obra de Moliere en el teatro Cervantes y hasta compone, canta y actúa en una obra para chicos del talentoso Hugo Midón: «Cantando sobre la mesa».
Después de integrar un efímero grupo con Rinaldo Rafanelli, Bazterrica y Gonzalo Farruggia, Alejandro funda Solopororo (sólo por oro). La intención es abordar la fusión latina, algo de jazz y también algunos ritmos latinoamericanos. Entre los temas instrumentales, Alejandro siempre mechaba sus canciones, cada vez mejor recibidas por el público. En 1984 (cuatro años después de la separación de Solopororo, cuando la fama ya había alcanzado a Lerner) cuatro temas de esta época vieron la luz: los instrumentales «Salsa parrillera» y «Largo y tendido», y las baladas «Cuatro estrofas» y «Encantado de haberte conocido». En efecto, la banda había tanteado la posibilidad de grabar un disco y había armado un interesante circuito en pubs, pero la cosa no funcionaba económicamente (pese al nombre de la banda) y, entonces, el bajista Jorge Alfano y el guitarrista Ignacio Elisaievsky emigran a Estados Unidos.
Alejandro considera la posibilidad de irse, pero prefiere no hacerlo. «Tenía que hacer un último intento», cuenta. Mientras va formando lo que sería La Magia, sigue acompañando a la ex actriz y ahora cantante Sandra Mihanovich.
Allí, el futuro de Lerner va aconteciendo paralelamente en dos planos: por un lado el de compositor y, por el otro, el del grupo La Magia. Mientras La Magia actúa en el Festival de Pan Caliente y en Prima Rock con buena repercusión, y luego en La Falda, con mejores críticas aún, Sandra Mihanovich graba un disco solista que la catapulta a la fama como intérprete. El compositor de la mayoría de los temas era un tal Alejandro Lerner.
«En los recitales y en los reportajes, Sandra hablaba mucho de mí, algo que nunca terminaré de agradecerle. El primer empujón a nivel popular me lo dió ella», dice Alejandro. Gracias a esto, aparece el ofrecimiento para que Lerner haga la banda de sonido de la película «Los pájaros del jardín», que interpreta Julia Zenko y que gana el premio a la mejor música de películas, otorgado por la Cámara de Críticos Cinematográficos. El tema «Cuatro estrofas» se hace conocido y gusta.
En marzo de 1982 aparece el ofrecimiento de grabar el disco de La Magia. Tras la guerra de Malvinas se organiza el Barrock y la banda de Lerner realiza una buena performance. En el disco (y film) queda registrado su irónico «Mediodías con amor», dirigido a Mirtha Legrand y la híbrida TV local.
«Por un minuto de amor», «La balanza del bien y del mal», »Nena neurótica», «Algunas frases», son algunos de los temas que integran su primer disco, para muchos el mejor de la carrera de Lerner. El álbum es presentado en Obras, con Oscar Moro en batería y el saxo de Oscar Feldman. A la única función previa debe agregársele otra. El disco vende estupendamente.
Sin embargo, al llegar el éxito se disuelve La Magia y arma un grupo nuevo junto con sus ex compañeros de Solopororo: «Habíamos hecho la promesa, al disolver Solopororo, que cuando alguno de nosotros la pegara iba a llamar a los otros».
A partir del segundo LP, «Todo a pulmón» (1983) la historia de Lerner volvió a hacerse más conocida, a tal punto que su «vida pública» comenzó a pesarle. Las letras de este segundo álbum hablan de la «fama que se encontró». «No quiero ser tan importante todavía», dice en «Para quererme bien»; el tema que titula el LP habla del esfuerzo, la fama, las obligaciones. El disco es autobiográfico al punto de incluir una canción cuyo título es «Conclusiones de mi vida» (donde canta Rubén Rada).
«Hace mucho que no compongo. Uno es una persona preocupada por la responsabilidad de componer ante tanta gente y no quiere mentir. Entonces prefiere cantar cosas que hizo antes, cuando no había dependencia, fama ni presiones comerciales», dijo alguna vez Alejandro Lerner.
Es por eso que su disco «Lernertres» (1984) está integrado por viejas baladas, entre ellas el difundidísimo «No hace falta que lo digas», una muy romántica canción por la que Lerner recibió algunas críticas. Lo cierto es que esta placa, orquestada y producida junto a Daniel Freiberg, resultó demasiado fría y prolija para muchos. No faltaron quienes sostuvieron que Alejandro cada vez se halla más lejos del «rock».
Entonces, tras varios ciclos de recitales exitosos, edita »Conciertos», para «mostrar el peso que tiene mi banda en vivo». Luego, el 30 y 31 de agosto de 1985, llenó el Luna Park reafirmando su poder de convocatoria.
Y como siempre, los discos posteriores a ediciones en vivo son cruciales. Recién en «Entre líneas» (1990) volvió a ganar reconocimiento masivo. Ese álbum le abrió las puertas de América Latina, en parte gracias a que el baladista mexicano Mijares grabó composiciones suyas, lo que lo catapultó a estatus de estrella en ese país.
Su placa «Amor infinito» (1992), grabado en los Estados Unidos con músicos de sesión y con un productor de la talla de Humberto Gatica (Chicago, Michael Jackson y Whitney Houston, entre otros) es un gran compendio de canciones de amor -además de «Indulto»- que hacen de Lerner uno de los artistas argentinos con mayor proyección hacia el resto de Latinoamérica.
En 1998 edita «Volver a empezar». En estos tiempos, Lerner se dedicó a «asumir desafíos profesionales, hice canciones para Luis Miguel, compuse temas con Gino Vannelli, coproduje un disco de Paul Anka con Humberto Gatica. Además conocí a Celine Dion».
A mediados de 1997 había lanzado «Magic Hotel» (BMG), que pronto fue retirado de la venta cuando Lerner pasó de esa compañía a PolyGram. «Volver a empezar» (PolyGram) es un disco maduro que fue coproducido por el propio Lerner y Cachorro López. Contiene doce temas, entre ellos el tema que da título al álbum, compuesto especialmente para la serie de TV «RRDT», protagonizada por Carlos Calvo y producida por su amigo Adrián Suar y con la que el músico obtuvo un Martín Fierro.
En 1999 edita un álbum de grandes éxitos («20 años») y el 2000 trajo a «Si quieres saber quién soy», con más temas de populares programas de televisión. En el 2002, «Lerner vivo» es una recopilación de los mejores temas de su carrera, grabados en vivo en los shows de diciembre del 2001.
Luego de cinco años de giras por toda América, Lerner presenta «Enojado», producido por él mismo junto a Humberto Gatica. Cuenta con la participación de Dominic Miller (guitarrista de Sting), Vinnie Colaiuta (baterista), Jimmy Jonson y Luís Conte (percusionista de Madonna y Phil Collins) y fue invitado el guitarrista Miguel Botafogo. El primer corte es el desprejuicidado «Masomenos (como el culo)».
En 2011 se edita «En vivo Gran Rex», un show donde Lerner repasó lo mejor de su carrera.
Durante el año 2012, Lerner forma parte del jurado del reality show «Soñando por Cantar», realizado por la productora Ideas del Sur en todo el país. Compartió estrado con sus colegas Patricia Sosa y Valeria Lynch (además integró el jurado el productor Oscar Mediavilla).
El 12 de noviembre de ese año es distinguido como Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por parte de la Legislatura Porteña. En un acto cálido llevado a cabo en el Salón Dorado del Palacio Legislativo, se celebrarán los 30 años de trayectoria de Lerner, con 19 álbumes editados y más de 3 millones de copias vendidas.