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Barbarita Palacios, una «Criolla» capaz de mezclar folclore y rock

24/10/2020 - Noticias
Barbarita Palacios, una «Criolla» capaz de mezclar folclore y rock

La cantautora Barbarita Palacios ultima detalles para el lanzamiento de su segundo disco, «Criolla», en el que asegura «se amigan» todas sus facetas: «las que gustan del folclore, el rock, el pop y lo alternativo».

«En ‘Criolla’ se incluyen todas las Barbaritas. Está la que le gusta más el folclore, la que le gusta más el rock y la que le gusta más la cumbia», grafica Palacios durante una entrevista con la agencia Télam.

La artista decidió retomar el camino que había trazado con su grupo Semilla a finales de los 90 y caminar por la senda del «rock alterlatino», mezclando las guitarras eléctricas con ritmos de raíz latina.

Con ese impulso este año editó los singles «Ángel en guerra» junto a Fernando Ruiz Díaz, la psicodélica «Sueño de piedra lunar» con su cuñado Gustavo Santaolalla, la balada alternativa y guitarrera «Sin llorar» y la festiva «Piba cumbia», con Julieta Venegas y Micaela Chauque.

La hija menor de Egle Martin trabaja con Santaolalla, Gaby Kerpel y Javier Casalla para ir terminando «Criolla», que piensa editar antes de fin de año.

P: ¿»Piba cumbia» y «Ángel en guerra» son los extremos del disco? ¿El disco transcurre entre un punto y otro?

Barbarita Palacios: Hay de todo. La verdad es que hay de todo, por eso yo pienso que este es un disco en el cual estoy amigada con todas las Barbaritas, porque tiene un montón de rock, otras canciones con mucho de folclore. Grabar con Gustavo Santaolalla en un disco producido por él implica encarar un trabajo que lleva mucho tiempo, son como tres años de estar ‘demeando’ diferentes aspectos. No es un disco que se queda con una parte mía, incluye todas las Barbaritas y todas ellas están amigadas en «Criolla».

P: ¿Hay más para bailar a partir de los ritmos orgánicos que se oyen en «Piba cumbia»?

BP: Sí, hay una canción de mi mamá (Egle Martin) que la escribió hace mucho tiempo en Corrientes que se llama «Mbae pa’ ere cheve nde», que es un son, es muy linda y fue grabada por Los Huanca Huá (grupo folclórico formado en 1960 que comandaron tanto Chango Farías Gómez como su hermano Pedro). El título en guaraní quiere decir «¿Qué le parece a usted?». Y la hicimos en un ritmo medio indefinido afro, no es catalogable ni como folclore ni como rock. Es un ritmo definitivamente latino al que yo le metía una cosa más sónica, también. Está mi mamá de invitada también. Hay otros temas más power, rockeros, y hay una especie de reggaetón muy rockero que es totalmente bailable. Hay de todo (risas). Es un disco que está buenísimo, estoy muy contenta porque todo lo que me gusta está.

P: ¿Cuánto de folclore latinoamericano condensa «Criolla»? ¿Puede emparentarse con Lila Downs, Los Tigres del Norte o Los Ángeles Azules?

BP: Todos esos artistas me encantan, pero no sé si es un disco latinoamericano en ese sentido. No tengo un bolero, para nada. Es un disco alternativo, más bien. Latino, pero alternativo, más cerca del rock y si querés del folclore, pero tiene electrónica y de todo. Por eso digo que es más cercano a lo que hacen Julieta Venegas o Natalia Lafourcade, como para nombrar referencias. O de Mateo Kingman, que también está invitado en el disco. Es alternativo por sobre todas las cosas me parece.

P: ¿Hay un link tuyo con ese rock alterlatino de los 90 con los que Santaolalla tuvo mucho que ver?

BP: Sí, claro, por supuesto. Yo vengo de ahí, a mí me encanta todo eso. Un Café Tacvba, por ejemplo. Es un proyecto latino con alternativo, con rock e influencias folclóricas. Y esa variedad se nota en los invitados ya que están Mateo Kingman, Mariana Baraj, Javier Casalla, Gustavo Santaolalla, Federico Gil Solá, Fernando Ruiz Díaz, Julieta Venegas, Micaela Chauque, Sonia Álvarez, Javier Montalto y Pablo González que es el baterista que también toca en la banda de Gustavo.

P: Un elenco numeroso…

BP: Es que yo soy un bicho de banda y esta cuestión de compartir con el otro me gusta, más allá de que sea solista hoy en día. No solamente quiero canciones mías sino que quiero de otros artistas y me gusta abrir el juego para invitar a que canten y toquen instrumentos. Son canciones que me parece que son para ellos, como «Sin llorar», que sí o sí quería que la tocara Fede Gil Solá.


Texto: Adrián Mouján / Foto: Télam