Benito Cerati ha evitado siempre hablar en entrevistas de su padre, Gustavo Cerati. Tal vez por eso sorprenda que esta noche haya decidido abrir su corazón y contar su experiencia, que según dice «es lo último que voy a decir sobre el tema».
«Son los días en que me doy cuenta que estoy creciendo y dándome cuenta de cosas en los que te extraño tanto. Se me hace difícil no poder mostrarte como estoy ahora, tu punto de vista sobre las cosas como siempre. Me haces falta pero después me acuerdo que ya me diste todo», comenzó contando Benito.
«Entre todo lo que me enseñaste recalco específicamente en estos momentos, que yo puedo solo. Y demostrármelo me hace recordarte, porque siempre me lo dijiste y recién ahora lo estoy creyendo».
«Me acuerdo de que lo último que me dijo mi viejo fue ‘no nos vamos a ver por un largo tiempo, muchacho. Cuidate’. Y se fue de gira. X el universo. Me acuerdo de quedarme pensando: pero es re común que se vaya de viaje por un mes, no entiendo por qué tanto énfasis en el tiempo. Lo bueno es que él estaba seguro de que nos íbamos a volver a ver después de ese largo tiempo. Yo también lo estoy», reflexionó.
«Los cuatro años siguientes fueron horribles. Fueron ver a un padre morir todos los días. Fueron cuatro años donde mi vida estuvo estancada. Donde no hubo progreso, solo deterioro físico y mental para la familia. Hoy, recién en estos momentos estamos empezando a salir adelante».
Benito contó como fue su crecimiento como persona. «Entre todo esto también salí del closet, batallé contra una ansiedad generalizada y depresión profunda, vi a mi familia teniendo sus propios problemas manejando la situación y viendo como ninguno podía más. Otros buitres alrededor se aprovechaban de nosotros para hacer más daño».
«Hasta mis 22 años fui un zombie, sin pensamiento propio y estancado en mis 14 años. Estaba en piloto automático. No se puede procesar un duelo que no entendés. Remé contra varias relaciones abusivas donde me decían que todo lo que yo hacía estaba mal. Lo bien que estoy hoy, wow», manifestó.
Y recordó: «La ultima vez que pude visitar a mi papá en el hospital fue para decirle que mi disco había sido nominado a los Gardel. Hizo un movimiento semejante al que hacemos cuando nos da un ‘chucho de frío’, y apretó los dedos. El día que yo debía ir a los Gardel fue cuando falleció».
«Y guarden esto porque es lo último que voy a decir sobre el tema. Cuesta mucho. No lo digo en entrevistas ni al aire en nada porque no puedo no llorar. Quien quiera saber como se sintió para nosotros, dirijanlo a este thread. Hay muchas cosas muy dolorosas que sucedieron al mismo tiempo que mi padre estando en coma y la presión social que tuvimos en ese momento, que no tienen que ver con lo público y no quiero compartir. Pero ha sido duro. Ahora a esperar a ver que diario publica esto primero», vaticinó.
«Antes de pensar en una persona famosa como alguien que solo está para divertirte pensá que es un ser humano también. Detesto la imagen del ídolo. La detesté siempre. De chico que veo la dialéctica fan-músico y es dañina para ambos lados».
«Ojo. No estoy triste. Estoy feliz. Las cosas están saliendo increíblemente bien. Es justamente mi progreso lo que me hace melancólico. Nunca está mal recordar lo fuerte que sos, las que tuviste que pasar para valorar aun más estar donde estás ahora. Agradezco todo, en el fondo».
«A toda la gente que me ta siguiendo: les cuento yo no hablo de mi papa todo el tiempo, spammeo tweets en mis crisis, bombeo con mi proyecto y soy ultra LGBT y todos mis tweets hablan de eso, digo para que después no se quejen, son libres de apretar follow bajo estas condiciones».
«Mi abuela materna me dijo antes de fallecer por su batalla contra el cáncer: ‘Beni. Sos un chico muy fuerte. Sabelo’. Nunca me había dicho algo así de hermoso. Y nunca ví sus ojos tan sinceros como ese momento. El tema de Zero Kill ‘22164’ está dedicado a su memoria».
Benito Cerati hizo estos comentarios el mismo día en que murió Daniel Sais, tecladista de Soda Stereo. Gustavo Cerati falleció el 4 de septiembre de 2014 tras pasar más de cuatro años en coma tras sufrir un ACV.