«Ya desde chica cantaba y bailaba en todos los actos del colegio; incluso, a los once años me vinieron a ver Astor Piazzolla y Amelita Baltar, pues se enteraron que hacía una versión de ‘Balada para un loco’ bastante especial», recuerda con orgullo Fabiana Cantilo.
Después, post secundaria, vendrían los pubs donde con el único acompañamiento de una guitarra, entonaba temas de America y Genesis. Paralelamente, estudió Bellas Artes, pero a los dos años se fue a estudiar música a los Estados Unidos. No se habían cumplido dos meses de estadía en ese país cuando la invadió la nostalgia y decidió volver.
De regreso, tomó contacto con el underground local y formó parte de Ring Club, junto a Miguel Abuelo, Cachorro López, Juan del Barrio y Miguel Zavaleta. «Un día Zavaleta me dice: ‘cantante un blues’. Entonces me disfracé con muchas plumas y me puse unos anteojos bien punk. Me vieron actuar y se asombraron. Dijeron ‘esta mina pela bien'», contó en declaraciones a la revista Pelo en noviembre de 1985.
Luego, junto a Las Bay Biscuit, participó en los recitales de Charly García en el teatro Coliseo de Buenos Aires. La respuesta del público no fue precisamente aprobatoria pero continuó en la línea hasta que llegó con el grupo a la TV. «Cuando fuimos al programa de Quique Dapiaggi me dije ‘basta’. Tomé conciencia de que estaba teledirigida hacia la nada».
Al poco tiempo, Daniel Melingo la invita a integrar Los Twist y es a partir de este grupo que empieza a ser conocida. En un alto en la actividad del mismo, integra junto a Gonzalo Palacios, Melingo, los GIT y Fito Páez la troupe que acompaña a Charly García en la presentación de «Clics modernos’ en el Luna Park y en el interior del país.
Después de esta serie de shows, Cantilo pone punto final a su participación en Los Twist. «Me rayé porque había mucho machismo en el grupo y porque a mi opinión no se le daba bola. Mi papel era bastante fuerte, pero mis ideas escenográficas no eran tenidas en cuenta. Pese a esto, sigo teniendo un buen recuerdo de los chicos y de esa época», contó al periodista Gustavo Guillermo Lladós en 1985.
Inmediatamente después, Fito Páez, a quien la unía desde la gira algo más que la música, empieza a gravitar bastante en su vida y en su trayectoria artística. Como en las películas, el muchacho de clase media talentoso concientiza a la chica de clase alta y la transforma. Fabiana empieza a incursionar musicalmente en otros estilos alejados del rock’n’roll que había transitado siempre. «Permití que Fito me influenciara porque decía cosas que tenían que ver conmigo, él gatillaba sobre lo que yo necesitaba y así me ayudó a cambiar», dijo.
Así quedó atrás una etapa donde el abandono fue siempre la respuesta a todo lo que emprendido, ya sea la danza, el dibujo o la escultura, y donde Cleopatra era solo la reina del Nilo. En cambio, sostenía en aquella entrevista con Pelo, «ahora mi compromiso con la música es profundo y pienso demostrarlo sea como sea».
«Detectives», su primer disco, fue producido por Charly García, quien se encargó también de hacer la tapa en base a una foto de Fabiana de la época de «Clics modernos». «Charly decidió casi todo. Entiendo que es lógico que fuera así, ya que él es un capo y yo no. La música resultante terminó siendo del tipo bailable, pero más elaborada».
Los músicos que intervinieron en la grabación del disco fueron Oscar Moro, Polo Corbella y Fernando Samalea en batería, Paul Dourge y Rinaldo Rafanelli en bajos y Gustavo Bazterrica, Richard Coleman y Daniel Melingo en guitarras. Como artistas invitados participaron León Gieco, haciendo voces en el tema «Hagamos algo» de Rubén Goldín, y Fito Páez en su tema «Llaves».
También participó a último momento Luis Alberto Spinetta. «Estaba copada con meter un tema del flaco y un día, cenando con él y otros amigos, me dijo: ¿por qué no metés ‘El monstruo de la laguna’ en tiempo de reggae? y, de caradura que soy, acepté la propuesta. En el tema, Spinetta programó la batería y tocó la guitarra. Es un tema sacado con pinzas porque cuando se juntan el Flaco y García la cosa explota. No queda bien que lo diga pero la versión que hicimos mata».
El disco, que salió a la venta a fines de noviembre de 1985, fue grabado durante abril, mayo y junio. Cantilo señaló que el disco es un reflejo de lo que ella es en realidad. «Charly hizo las letras pensando en mí y casi son como mi propia historia».